MEGAJUICIO POZOS DE BANFIELD Y QUILMES Y BRIGADA DE LANÚS «Ya se va a enterar»
Se inicia el ciclo 2023 del Juicio a las Brigadas, con la aparición sorpresiva en pantalla de Federico Minicucci, represor que da nombre al expediente judicial que conforma la causa. El presidente del Tribunal, Dr. Basílico, da lugar a la declaración de Laura Treviño, hermana de Víctor Treviño, desaparecido en 1976.
ANDAR en los juicios
(Agencia) Laura Treviño inicia su testimonio con el relato del secuestro de su hermano Víctor, estudiante de 17 años el 11 de septiembre de 1976. A la madrugada de ese día, un grupo de 6 hombres vestidos de civil, algunos con pasamontañas y fuertemente armados, golpean la puerta del domicilio familiar en La Plata. Responden que son “el Ejército” ante la consulta de la madre y preguntan por Víctor. Lo buscan en su cuarto, le indican que se vista y se lo llevan esposado.
“Ya se va a enterar” fue la respuesta a la mamá que los seguía detrás, preguntando por el destino de su hijo. A partir de ese momento Iris Rabal de Treviño inició una búsqueda en el Ministerio del Interior y en la Jefatura de Policía entre otros sitios, pero sin obtener ninguna información. Recibió el apoyo de la mamá de Gustavo Calotti, también maestra, quien la orientaba sobre los posibles lugares donde encaminarse, en función de lo que ella misma hacía por su hijo secuestrado. Continuó ese rastreo hasta que fue amenazada con que si seguía averiguando iba a recibir a Víctor muerto.
La misma madrugada del secuestro, una patota allana la casa de Graciela Morán. Al ser interrogada por su novio, el padre da el nombre y apellido de Víctor y le contestan: “A ese lo tenemos ya”. Ella no es detenida.
Pablo Díaz, estudiante también secuestrado en La Plata, al ser liberado le informa a Iris que había visto a Víctor contento porque había empezado a poder bañarse y cambiarse de ropa, con lo que suponía iba a ser liberado. Nadie supo más de él.
Ante el pedido de la Fiscalía, Laura traza una semblanza de su hermano, de quien era un año mayor. Relata que estudiaba en “La Legión”, la Escuela de Enseñanza Media Nº 2 de La Plata. Allí militaba en la Juventud Guevarista, participaba en las luchas por el boleto estudiantil, iba a las marchas. Pero él, para cuidar a su familia, no les brindaba más datos sobre sus actividades.
“Era muy inteligente, quería ser abogado (como su papá)”, afirma Laura. “Luchaba por el bienestar de la Argentina… era un chico bueno, era muy joven”, expresa.
La familia supo con los años que Víctor estuvo detenido en el centro clandestino de las calles 1 y 60 de La Plata, luego en Arana, después en el Pozo de Quilmes y en el de Banfield (donde fue visto por Díaz).
Las consecuencias familiares fueron muy dolorosas. Su madre tuvo una diabetes fulminante, quedó ciega al poco tiempo y falleció con la esperanza de saber qué había pasado con su hijo. Su hermana, aún hoy no puede dejar de asociar los movimientos nocturnos de autos y de helicópteros con el secuestro. “Pienso que vienen a buscar a mis hijos”, relata con la voz entrecortada. ”Siempre me va a quedar”, es la síntesis final del testimonio de Laura Treviño.
El juez Basílico cierra la audiencia indicando que el próximo encuentro será el martes 14 de febrero a las 8.30. En él se dará la posibilidad de la declaración indagatoria a los imputados dada la incorporación de nuevos casos por los que son juzgados. Se suma como imputado el represor Castillo, a raíz de la persecuciones al colectivo travesti en las Brigadas durante la dictadura.
*Cobertura realizada por Adriana Redondo.
Cómo citar este texto: Diario el Juicio. 7 de febrero de 2023. “YA SE VA A ENTERAR”. Recuperado de https://diariodeljuicioar.wordpress.com/?p=1481