JUICIO ARIEL CANIZZO “Voy a llegar hasta el final, porque una mamá no olvida”
La semana pasada comenzó el juicio por el asesinato de Ariel Canizzo, ocurrido en 2011. Cuatro policías de la comisaría 3ª de Berisso están acusados de homicidio calificado. Mónica, la mamá de Ariel, impulsó desde el principio esta causa con el acompañamiento de la Asociación Miguel Bru; en la primera audiencia declaró que vio cómo se llevaban de su casa a su hijo golpeado y ensangrentado, y que se lo devolvieron en un cajón. “Sólo quiero que se haga justicia. Es doloroso pero voy a llegar hasta el final. Sé que no lo voy a volver a ver, pero quiero que mi hijo sienta que nunca lo olvidé”.
ANDAR en La Plata
(Agencia Andar) “Soy Mónica Yllescas, madre de Ariel Canizzo, asesinado por cuatro policías de la comisaría 3ª del Carmen, Berisso. Soy una madre esperando que se haga justicia”, así se presenta Mónica. En los tribunales de La Plata, comenzó la semana pasada el juicio por la muerte de su hijo. Luego de las primeras audiencias, cuenta sus sensaciones y expectativas. Cuenta cómo fueron estos años de lucha. Se promete llegar hasta el final y también recuerda a Ariel, “mi gordo loco, un hijo maravilloso”.
El miércoles 20 de marzo, ante el Tribunal Oral Criminal 1 de La Plata, Mónica fue una de las primeras en declarar. Un testimonio preciso, a pesar del tiempo transcurrido. Su relato tiene dos instancias: una es el día que se lo llevan; otra, anterior, el constante hostigamiento que Ariel venía sufriendo por parte de los efectivos de la comisaría 3ª de Berisso: “Es doloroso perder a un hijo por nada, por una venganza. Ellos se metieron a mi casa, lo golpearon y me lo entregaron en un cajón”, resume Mónica.
El 21 de octubre de 2011, policías de la comisaría 3ª de Berisso entraron a la casa de Ariel Canizzo mientras perseguían a un adolescente de 14 años. Ariel estaba marcado. En ese operativo irregular, los agentes lo golpearon brutalmente y, sin orden de captura ni motivo para hacerlo, se lo llevaron detenido. En la comisaría 3ª lo siguieron golpeando. Después, según la versión policial, Ariel se negó a ser revisado en el reconocimiento médico. Esa misma noche, su hermano lo vio golpeado y descompuesto en la comisaría 4ª. Pocas horas después, en la madrugada del 22, Ariel murió en un calabozo sin atención médica.
“El día que se lo llevan es un viernes y el sábado era día de visita, le dice a su hermano que me avise para que vaya a verlo. El sábado me llaman de la comisaría y me preguntan si mi hijo sufría de alguna enfermedad, porque había muerto de un paro”, recuerda Mónica. Todo esto lo dijo en el juicio, también declaró que vio cómo se lo habían llevado golpeado y ensangrentado de su casa y aseguró que Ariel estaba bien de salud; es más, sostuvo que tenía exámenes médicos recientes por un pre-ocupacional.
Ariel estaba marcado. Ya había tenido problemas con los efectivos de la comisaría 3ª y estuvo cuatro años preso por un delito que no cometió: “Ya le había ganado el juicio a los jefes de calle por una causa armada. Desde entonces empezaron a seguirlo y molestarlo”, dice Mónica. El día de su detención ilegal tenía una causa abierta por resistencia a la autoridad. Era parte de esa persecución y hostigamiento que Ariel venía sufriendo. “Es difícil perderlo por nada”, repite.
Desde que empezó el juicio, los compañeros de fuerza de los cuatro policías imputados siguen hostigando a la familia y a testigos, infundiendo el miedo: “A mi nieto lo amenazaron, al chico que perseguían el día que detuvieron a Ariel también. Yo vivo a dos cuadras de la comisaría y es duro enfrentarse a todo esto, pero no les tengo miedo. Llegamos al juicio y vamos a seguir hasta el final”, asegura.
Mónica dice también que fueron duros todos estos años hasta llegar al juicio, que los policías quisieron cubrirse, que tuvo que luchar contra todos, que recién ahora está aprendiendo “toda la maldad y toda la injusticia” que hay detrás de cada caso de violencia institucional. Mónica también dice que pudo llegar hasta acá por el apoyo de la Asociación Miguel Bru y de Rosa: “Para mí fue, desde el principio, una compañía, es una madre del sufrimiento como yo, esperando también que se haga justicia.
La Asociación Miguel Bru patrocina a la familia. Luego de la primera audiencia, junto al fiscal, pidieron que se amplíe la acusación contra el ex capitán Ricardo de La Canal, los tenientes Roberto Percuoco y Ernesto Conti y el oficial principal José Antonio Cáceres a homicidio calificado. Los imputados habían llegado al juicio caratulado como apremios ilegales. El TOC 1 de La Plata aceptó el pedido del particular damnificado y el Ministerio Público Fiscal. “Lograron que se cambie la carátula, es un paso más, tenemos que llegar a la condena”, se esperanza.
Mónica fue a todas las audiencias; después del tribunal se va a trabajar. “Es duro estar ahí, representar a mi hijo y mi familia. Es duro estar sentada en el tribunal y ver las imágenes de Ariel, recordar. Yo sé que no voy a volver a ver a mi hijo, pero quiero que los culpables de su muerte sean condenados, quiero que mi hijo sienta que no lo olvidé. Una madre nunca olvida”.