Uso letal de la fuerza: investigan si se trató de un ajuste de cuentas y la familia de la víctima denuncia hostigamiento policial
Luego de una pelea entre sus hijos, en la madrugada del 18 de octubre, el comisario de la Policía Bonaerense Gustavo Rodas disparó con su arma reglamentaria una decena de veces contra Ángel Martínez: el hombre de 45 años murió en el hospital con heridas de bala en cada una de las rodillas, en la pierna izquierda y en el pómulo. Según la versión oficial fue un intento de robo y el policía disparó luego de que Martínez hiriera en una pierna a su hijo. La fiscalía que interviene dejó la investigación en manos de los compañeros de fuerza de Rodas; para el fiscal Marcelo Domínguez no es un hecho de violencia institucional, que amerite la aplicación de la resolución 1.390, porque el comisario no estaba de servicio. La familia también denuncia hostigamiento policial.
ANDAR en Almirante Brown
(Agencia Andar) Desde el momento de la muerte de Ángel Martínez, la familia es víctima de permanentes actos de persecución y hostigamiento policial. El mismo 18 de octubre, comenzaron a notar la presencia de un auto de civil o patrulleros policiales merodeando la vivienda familiar; varias veces al día, el vehículo blanco marca Volkswagen se estacionaba en la esquina o, directamente, frente a la casa. En uno de los videos grabados por la familia, se ve el auto estacionado junto a un móvil policial y a los conductores de ambos vehículos charlando amistosamente.
El mismo auto Volkswagen blanco estuvo el 22 de octubre en el cementerio durante el breve velatorio que realizó la familia; en esa oportunidad, había otras personas de civil, que nadie conocía, y filmaban y fotografiaban la ceremonia. La UFI Nº 5 de Lomas de Zamora, que investiga el homicidio de Martínez, les informó que no había dispuesta consigna policial en el domicilio y que desconocía la razón de la presencia de patrulleros frente a su casa.
Por intermedio de la Obra del Padre Pepe, la familia se puso en contacto con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que presentó ante el juzgado de garantías Nº 8 del mismo departamento judicial un habeas corpus preventivo para hacer cesar cualquier acto de intimidación y hostigamiento.
La CPM también realizó un pedido de informe ante la UFI 5 y la Fiscalía General de Lomas de Zamora para conocer el estado de la causa que investiga la muerte de Ángel Martínez de 45 años, el hecho que desencadenó esta serie de acciones que denuncia la familia.
La versión oficial dice que el 18 de octubre, alrededor de las 2 de la madrugada, Ángel junto a otras tres personas que se movilizaban en dos autos intentaron robar a Gustavo Rodas, comisario de la Policía Bonaerense, que estaba de franco, y su hijo que estaban tomando una cerveza en la puerta de un quiosco ubicado en la esquina de Chaja y Frías de la localidad de Almirante Brown. Según el relato del policía, Ángel descendió del auto y disparó al aire; cuando dio la voz de alto, Martínez volvió a disparar hiriendo en una pierna a su hijo y él comenzó a disparar con su arma reglamentaria para defenderse de la agresión.
El comisario disparó, al menos diez veces; Ángel Martínez quedó tendido en el suelo, tenía cuatro heridas de bala: en cada una de las rodillas, en la pierna izquierda y en el pómulo. Su familia cree que lo remató cuando ya estaba en el suelo. Una pareja que, en ese momento, pasaba por el lugar: lo cargó en el auto y lo llevó hasta el Hospital de Rafael Calzada donde murió.
A pesar que esta versión se instaló desde el primer momento, la familia desmiente que haya ocurrido como declaró el policía. Tienen duda sobre la secuencia de cómo ocurrieron los hechos, pero saben que no fue un intento de robo sino un ajuste de cuentas. Esa misma noche, uno de los hijos de Ángel Martínez había tenido una pelea con el hijo de Rodas.
El policía, que presta funciones en la comisaría 8ª de Lanús, quedó detenido, fue indagado por el homicidio y luego liberado. A pesar de la resolución 1390 que prohíbe a la Policía Bonaerense investigar un hecho en el que está involucrado un integrante de la misma fuerza, las primeras diligencias investigativas las realizó la misma Policía.
Más irregular aún, y tal como pudo saber la CPM tras la respuesta de la UFI Nº 5 de Lomas de Zamora, la investigación continúa a cargo de la Bonaerense: para el fiscal Marcelo Domínguez, el caso no es un hecho de violencia institucional, que amerite la aplicación de la 1390, porque el comisario Rodas no estaba de servicio al momento de los hechos. Una interpretación que desconoce el estado policial, que los obliga a responder como funcionario las 24 horas del día, que el mismo Rodas se identificó como policía y utilizó el arma reglamentaria, provista por el Estado, en un caso que sería de índole privada.
En el transcurso de la investigación, la familia de Martínez señala varias irregularidades. Según el testimonio de las personas que recogieron a la víctima en el suelo, cuando llegaron al hospital ya había efectivos policiales, presuntamente avisados por Rodas. La pareja dice que dejaron a Martínez aún con vida y que fueron trasladados inmediatamente a declarar a sede policial. En el acta del nosocomio, figura que la víctima ya ingresó sin vida. La familia de Martínez también asegura que se extraviaron prendas que el hombre llevaba cuando ingresó al hospital.
La última vez que hablaron con el fiscal para preguntarles por la causa, el funcionario les dijo: “Tráiganme testigos, si no es muy difícil investigar a un comisario”. Más aún, si la investigación corre por cuenta de sus compañeros de fuerza.