EN SAN MARTÍN Y LA MATANZA Una organización de canillitas gestiona proyectos en el conurbano

José Amelotti, referente de la organización Canillitas, relata para Andar la experiencia de construcción con barro de un bachillerato popular en un barrio de San Martín, el proyecto de una universidad de los trabajadores en La Matanza y la publicación de un diario propio.
ANDAR en Loma Hermosa
(Jesús Cabral para Agencia Andar) Un grupo de trabajadores de la actividad canillita de San Martín, se organizaron y construyeron un bachillerato popular con adobe de barro y techo natural al ver la deserción escolar de los adolescentes, la falta de oportunidades y la ausencia del Estado. Así lograron que muchos jóvenes y adultos retomen sus estudios y 62 se graduados con título oficial.
El bachillerato popular de barro El Cobijo, como lo llaman los vecinos se inauguró en 2011 y está ubicado en Eva Perón y Tucumán de Loma Hermosa: «Somos trabajadores de la actividad canillita, nos organizamos y empezamos a discutir los problemas que tenemos que enfrentar. Por eso empezamos a estudiar, para entender las razones profundas de todo tipo de evento que se nos presente en la vida», cuenta José Amelotti, que tiene 41 años y es parte del proyecto.
El terreno perteneció antaño a un corralón de materiales, que presentó su quiebra en 2001, cuando el país atravesaba una de las peores crisis de su historia que luego se tradujo en un estallido social. Un año después, una vecina tomó el terreno con fines útiles para el bien común. Por mucho tiempo fue usado para hacer huerta y proveer de verduras a los vecinos, entre otras producciones que son centrales en la economía circular que aplican los sectores populares cuando hay hambruna. Porque comprenden que la tierra es la que brinda todo lo que el ser humano necesita para el desarrollo de la vida.
«Así nos dimos cuenta que los trabajadores somos los que hacemos todas las cosas. Somos los únicos que tenemos el interés real de resolver los problemas planteados en la humanidad, que hoy, es organizada por la burguesía mundial desde su pata norteamericana», dice Amelotti. «Hace más de 20 años venimos laburando, construyendo sobre la experiencia que tenemos como trabajadores, nos hacemos cargo de todos los problemas. Por eso el primer paso que dimos fue con la educación y el análisis sobre lo que nos dejó el bachillerato popular de barro, que nosotros le llamamos ‘El Cobijo’ hace mucho tiempo». «Como resultado tuvimos 62 graduados con título oficial. Nosotros siempre nos manejamos con una política de autofinanciamiento, es lo que nos permite tomar decisiones propias. No tenemos ningún tipo de condicionamiento. La experiencia que nos dejó el bachillerato es que todo se puede lograr».
Siguió relatando: «En el embrión de este proyecto no está solo la historia de la pelea ganada de los trabajadores, sino de todo lo que pudimos construir para llevar adelante la lucha que estamos dando, tanto en la creación de herramientas científicas como culturales».
«Como organización fuimos viendo y valorando lo que nos dejó el Bachillerato. Porque nosotros sobrevivimos a cualquier gobierno, del tinte político que sea. Además, en la actualidad estamos desarrollando, tanto en la Provincia de Buenos Aires y en el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un debate permanente con los vecinos».
Resulta imprescindible destacar que han realizado un gran trabajo, que lo sostuvieron en el tiempo y que eso generó valor. El proyecto que llevan adelante tiene bases sólidas de la comunidad y no tiene techo. La experiencia de miles de casos a lo largo y ancho del país muestra que la autogestión tiene la capacidad de producir todo de la nada misma.
Ahora, quieren encarar un proyecto de educación superior. «Queremos la Universidad de los Trabajadores. La estamos construyendo en Villa Insuperable, en el partido de La Matanza, con compañeros que todos los días le ponemos el lomo y laburamos porque somos personas de acción. Además, queremos seguir haciendo cosas», remarcó José.
«Estamos auto-organizados para poder crear y desarrollar las herramientas que necesitan las personas en la cotidianidad. Para hacer frente a todas las adversidades que nos toca vivir a diario como trabajadores», enfatizó.
Ejes del mundo en la patria
«Realizamos un plan de agitación y propaganda que incluye pintadas y volantes, peñas bimensuales, bocinas con resúmenes de noticias de nuestro propio diario, Ejes del Mundo de la Patria, que sale diariamente», subrayó el trabajador. «La gaceta que hacemos fue posible gracias al acuerdo político y el esfuerzo de todos los compañeros que todos los días seleccionan, escriben y editan. Es la herramienta comunicacional que usamos para mantener informada a la clase trabajadora en los barrios».
«Cuando hacemos las peñas bimensuales, no es solo para divertirnos, porque aprovechamos ese momento para poner de manifiesto las herramientas históricas, culturales y políticas. Para que no sea solo un momento de entretenimiento sino también de discusión. Asimismo, utilizamos el elenco de teatro popular para distintas expresiones muy significativas», detalló José. «Nuestras tareas laborales están basadas en juntarnos todas las semanas a debatir en reuniones y asambleas permanentes con los trabajadores en las plazas de los barrios. En esos momentos profundizamos en distinto temas y llevamos formación para el momento de realizar la denuncia pública».