PREOCUPAN LOS ANTECEDENTES DE UN FUNCIONARIO MUNICIPAL Un ex policía condenado por apremios ilegales monitorea la seguridad de Ramallo
Fue cesanteado de la fuerza en 2001 y condenado a un año y medio de prisión y 3 de inhabilitación en 2003 por golpear brutalmente a un joven en el destacamento policial donde se desempeñaba como jefe. La Comisión Provincial por la Memoria manifestó su preocupación al corroborar estos antecedentes y sugirió mediante una nota al intendente y al concejo deliberante que revieran su designación de Edgardo Espinel como Jefe de monitoreo de las Cámaras de Seguridad del partido. El tema se trataría en la próxima sesión del Concejo.
ANDAR en Ramallo
(Fernando Latrille/ Agencia) Edgardo Espinel fue designado como Jefe de monitoreo de las Cámaras de Seguridad del partido de Ramallo en los primeros días del mes de diciembre de 2014, por el Intendente del lugar, Ariel Santalla. El problema es que este ex policía devenido funcionario municipal cuenta con antecedentes penales que lo invalidan para ese puesto: Edgardo Espinel fue condenado por apremios ilegales cuando era policía y cumplía funciones en La Emilia, acusado haber golpeado y torturando a un joven. También ha sido investigado por falso testimonio en lo que se conoció como “la masacre de Ramallo”.
[pullquote]Edgardo Espinel fue condenado por apremios ilegales cuando era policía[/pullquote]
A pesar de contar con estos antecedentes tras el cambio de gobierno en Ramallo, en el que quedó Mauro Poletti como intendente y Juan Carlos Maciel fue designado como Secretario de Seguridad, esta designación no se revisó. Espinel sigue en funciones como se informó en la página del Municipio de Ramallo.
La Comisión Provincial por la Memoria al ser informada sobre la situación presentó una nota a las autoridades municipales manifestando su preocupación y considerando que los antecedentes de Espinel lo inhiben para el desarrollo de tareas vinculadas con la seguridad pública. El cargo que actualmente ocupa, implica entre otras funciones, la regulación del accionar policial en el espacio público y la capacitación del personal en la utilización de cámaras y monitoreo urbano.
La CPM corroboró con información suministrada por la Auditoría de Asuntos Internos que Espinel se desempeñó como agente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y fue cesanteado en octubre de 2001 por una sentencia del Tribunal de Ética del Ministerio de Seguridad en la causa por apremios ilegales cometidos contra un joven detenido en el Destacamento La Emilia, en octubre del año anterior. Espinel además resultó condenado por el Tribunal Oral Criminal N 1 de San Nicolás, en marzo de 2003, a la pena de 1 año y 6 meses de prisión y 3 años de inhabilitación especial.
Elvio Zanazzi, presidente del Concejo deliberante de Ramallo respondió a la solicitud del organismo comprometiéndose a tratar la cuestión en la próxima sesión del cuerpo legislativo. “En un paradigma de seguridad democrática, donde debe abandonarse la concepción punitiva y represiva y abordar la problemática desde una concepción integral, una tarea como la descripta no puede ser desempeñada por un agente estatal cuyos actos, como miembro de una fuerza de seguridad, contravinieron el pleno respeto por los derechos humanos que debe regir la labor de funcionarios públicos”, señalaron desde la CPM.
En las portadas del diario
Un recorrido por el archivo del diario El Norte también puede dar cuenta de los antecedentes de Edgardo Espinel mientras se desempeñó como policía. El 6 de octubre del 2000 el diario El Norte publicaba en su portada “Denuncia por apremios ilegales”. La foto que ilustraba el título era la imagen de Marcelo Carpintieri con su rostro lastimado. En la bajada el diario informaba: “ayer, a través de su padre, se ratificó oficialmente la denuncia por apremios ilegales cometidos en perjuicio de Marcelo Carpintieri, presuntamente por parte de personal policial de La Emilia”.
La Nota continúa en la página 10 del diario con el título “Lo golpearon sin piedad” que se desprende del relato que hace el padre del joven al diario. “Marcelo se encontraba con su novia en la plaza del pueblo,-cuenta el padre -conversando y departiendo como cualquier muchacho a esa edad, cuando cayó la policía con un patrullero. Enseguida lo invitaron a acompañarlos hasta la dependencia para producir consulta sobre sus antecedentes. Mi hijo, ascendió al móvil sin resistencia alguna ya que es un muchacho bueno y hasta ingenuo, si se quiere, tanto que nunca llegó a imaginarse lo malo que iba a tener que enfrentar. Una vez en la comisaría lo obligaron a tirarse en el piso y en ese lugar lo sometieron a una golpiza tremenda. Incluso el jefe, el oficial Espinel, lo comenzó a usar de alfombra. Es decir que cada vez que pasaba por el lugar lo hacía pisándolo. Le exigían que les entregara un arma que mi hijo nunca tuvo y lo acusaron, junto a otros chicos, de haber asaltado a un muchacho de Villa Riccio que supuestamente lo estaba señalando falsamente a mi hijo como uno de los autores del atraco. A Marcelo lo llevaron finalmente a la comisaria Primera de San Nicolás donde al verlo los propios policías se sorprendían y se le escuchaban expresiones del tipo ‘¡qué macana se mandaron los de La Emilia’”.
Al otro día el mismo diario informó, también en su portada que “José Ferrari pidió la disponibilidad para policías de La Emilia”. En la la nota se describe que “anoche, el comisario inspector Ferrari admitió ante El Norte, que ‘se lograron las pruebas para considerar a nivel de nuestra institución, que el chico Carpintieri fue golpeado en el interior de la dependencia, lo que precipitó algunas decisiones”.
El seguimiento del caso continuó en portada el 8 de octubre de 2000 con el título “Habló la madre de Marcelo Carpintieri”. La madre, entre otras cosas que expresa en la entrevista cuenta: “Los castigos venían acompañados de gritos y reproches…y preguntas..¿dónde está el arma?, ¿dónde robaste?…Marcelo rogaba un poco de indulgencia, de piedad y les decía que él no había hecho nada y que no tenía arma alguna. Pobrecito, lloraba, le daban trompis y puntapiés en el ojo, en el oído y no se podía defender. Tanto miedo tuvo en determinado momento que se hizo el desmayado y Espinel le gritaba ‘no te hagas el muerto hijo de puta y decinos dónde está el arma’”…
Murray: “no comprendo cómo la Municipalidad de Ramallo le ha confiado algo tan delicado”
El actual fiscal Juan Patricio Murray ofició en aquel año como abogado defensor del joven Marcelo Carpintieri. Durante un reportaje explicó porqué Marcelo Carpintieri no fue un “joven ladrón” como sostienen desde la sección Ramallo del diario El Norte, y lo de Edgardo Espinel no fue un “conflicto”, sino una condena por clara violación a los derechos humanos, que debería tenerse en cuenta para que no ocupe actualmente el cargo de jefe de monitoreo de cámaras.
“Yo representé a Marcelo Carpintieri en la causa en la que él denunció a los policías del Destacamento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires de La Emilia (el cual dependía de la Comisaría Primera de San Nicolás) por el delito de apremios ilegales. También lo representé en la causa que falsamente se le armó tratando de implicarlo en una tentativa de robo calificado. En el mes de Octubre del año 2000 fue detenido encontrándose con un grupo de jóvenes en la plaza de esa localidad y trasladado a la dependencia policial mencionada. Allí fue salvajemente golpeado como lo ilustraron las fotografías que puso el diario El Norte en sus ediciones, inclusive creo que una fue tapa de dicho diario. A la par se lo implicaba en la comisión de un delito que no había cometido. En esta segunda causa fue sobreseído, quedando totalmente desvinculado de la misma y demostrándose acabadamente su inocencia”, describió Murray.
¿Qué sucedió con los policías que golpearon al joven, se pudieron identificar, fueron juzgados?
Sí pudieron identificarse, uno de ellos era Edgado Espinel, oficial del Destacamento de La Emilia. Tanto Espinel como su compañero de la dependencia policial fueron condenados por el Tribunal en lo Criminal Nº 1 del Departamento Judicial de San Nicolás a la pena, creo recordar, de tres años de prisión por el delito de apremios ilegales. Sentencia que quedó firme y sobre la que se suspendió su ejecución. Pero fueron ambos (Espinel incluido) declarados penalmente responsables por haber golpeado salvajemente a Marcelo Carpintieri, un chico bueno de La Emilia que sin ningún tipo de fundamento fue acusado de haber cometido una tentativa de robo calificado.
En los medios locales, ahora que Edgardo Espinel fue nombrado como jefe del centro de monitoreo de cámaras de seguridad, señalan que Edgardo Espinel “formó parte de la fuerza de la provincia de Buenos Aires, pero fue desafectado luego de un conflicto con un joven ladrón, que lo tuvo como protagonista cuando prestaba servicio en la localidad de La Emilia”
Diría que es una información que no es cierta. Marcelo Carpintieri no fue ni es un ladrón, y quien lo haya afirmado seguramente deberá responder ante la justicia por haber dicho eso. Edgardo Espinel es un ex Policía de la Provincia de Buenos Aires que ha sido condenado penalmente (con condena firme) habiendo él mismo admitido los hechos en un juicio abreviado por un delito sumamente grave, cual es el de apremios ilegales. Seguramente ha sido, en base a dicha condena penal por un delito doloso, cesanteado o exonerado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
También recuerdo que, en base a las discrepancias de sus dichos durante la etapa de instrucción y en el juicio, el Tribunal Oral Federal en lo Criminal número 1 de Rosario dispuso se lo investigara por el delito de falso testimonio, cometido en la causa llevada adelante contra los policías bonaerenses en la conocida como “Masacre del Banco Nación de Villa Ramallo”. Me refiero a aquella causa en que se enjuició a policías por haber asesinado a los rehenes (el Gerente y el Contador), causa en la que Espinel declaró como testigo por haber estado presente como Policía del Comando de Patrullas Bonaerenses en el lugar de los hechos. No comprendo entonces como la Municipalidad de Ramallo le ha confiado algo tan delicado como la Jefatura del Control de las Cámaras de Monitoreo de Seguridad. Quiero creer que seguramente se debe a que no se han testeado correctamente sus antecedentes.