ENTREVISTA A SOL ARIAS LANDA Un canto, como un cuento
Sol Arias Landa tiene 22 años y es la directora de El canto del río, un cortometraje que narra desde lo fantástico uno de los hechos más terribles de la historia reciente: los vuelos de la muerte. Este jueves la realizadora participará de una charla sobre el terrorismo de estado en la región en el marco de las actividades organizadas por la Comisión por la Memoria. El organismo declarará la pieza como de interés para la lucha por los derechos humanos en la provincia de Buenos Aires.
ANDAR en Punta Indio
(Agencia Andar) El proyecto del cortometraje, cuya historia transcurre en Punta Indio, fue declarado de interés municipal en la localidad logrando uno de sus objetivos: ser parte del patrimonio cultural de la región. Ese escenario no es casual: Sol es oriunda de Verónica y solía pasar fines de semana o dar largos paseos por Punta Indio. “Yo no viví el proceso militar, ni siquiera estaba aún en los planes, soy muy joven, tengo 22 años pero de ser oriunda de acá y de vivir prácticamente en Punto Indio en una de esas visitas que hacés los fines de semana y vas a recorrer, mi papá me cuenta que él era conocido de un peón de campo y que este hombre le dijo que se había cansado de sacar cuerpos de las orillas del río”, recuerda.
Esa anécdota quedó grabada. “Y eso que quedó en algún rincón de la memoria empezó a resurgir cuando era más grande y salió para pedirme que la transforme en algo esa memoria, esa pequeña historia que me contó mi papá en un viaje. El canto del río nace así, de esa pequeña memoria, de mi memoria que ni siquiera es mía porque es un traspaso generacional”.
¿Por qué contarlo desde la perspectiva de la infancia?
Siempre me aboqué un poco inconscientemente, y después me di cuenta que era una marca personal, a los relatos narrados a través de la infancia porque creo que ahí están muchas de las respuestas que uno busca de grande, cuando se convierte en adulto y así fue que la gran mayoría de los guiones y cortometrajes que he dirigido se abocan a narrar desde las infancias.
Cuando era chica no lo comprendí, no podía entender qué significaban esos cuerpos en el río, de dónde venían, y cuando te contaban que eran cuerpos que caían del cielo parecía como un cuento, una cosa fantástica de las que solamente pasan en las películas. Y ahí está la pregunta de ¿porqué me enteré así? Fue contado como un cuentito y de grande entendí que ese cuentito me contaba otra cosa, me hablaba de un hecho histórico que en ese momento no tomé así. Entonces mi rol como artista en la sociedad creo que es narrarlo a través del cine que es mi posibilidad. Además el nivel de la infancia te permite contar con una sensibilidad que no tienen otros registros, lo que se dice y lo que no se dice, lo que completa la imaginación.
¿Lo fantástico tiene que ver con ese registro infantil?
En la herencia que tenemos como cine argentino muchísimos cineastas han narrado contemporáneamente a la dictadura esos sucesos, ya sea desde lo documental o la ficción siempre con un arraigo muy militante y un objetivo muy claro que era denunciar lo que se estaba sufriendo a través del arte. Y más tarde, los cineastas de hoy tomaron esos hechos también y los convirtieron en relatos cinematográficos y lo que yo me di cuenta era que esos relatos estaban muy arraigados a lo histórico a la veracidad histórica de contar cómo fueron los hechos, como eran las organizaciones.
En su búsqueda también se encontró con el material producido por los y las estudiantes de la Escuela Media 2 de Verónica en el marco del programa Jóvenes y Memoria de la CPM “NN: ni en el río ni en las tumbas”, una investigación sobre los cuerpos aparecidos en las costas del río, en su comunidad. “Fue un encuentro con un material muy fuerte, visualmente y como parte de esta comunidad, así que ese material me cambió mucho la forma de ver, pero es de un registro bien periodístico, muy testimonial”, dice la joven.
“Y descubrí que quizás había algunas miradas que no se estaban narrando –continúa-. Muy pocas películas estaban narradas desde la mirada de un niño, las infancias también fueron protagonistas de la dictadura, quizás hay más en la literatura pero en el cine no tantas, se pueden contar con una mano. Ahí también me di cuenta que la ficción no estaba llevada a su extremo que es narrar de lo fantástico, de lo evocado, entonces esta conjunción de la infancia, de la inocencia y lo fantástico me permitió a mi crear un universo donde hay una veracidad histórica conjugada con los elementos de lo fantástico que te permiten que sea más llevable y sobre todo sea más universal, que el cortometraje sea de llegada total, a cualquier edad y todos lo puedan comprender”.
Así nace la historia de Amelia, una niña de 11 años hija de un peón de campo de Punta Indio. En la escuela rural a la que asiste hay una maestra con la que tiene un vínculo muy fuerte, la docente de su grado. Un día esa mujer desaparece. No va más a la escuela. Pero antes le regala a Amelia un libro. “Ese libro narra que en el fondo de la casa de Amelia, en ese río detrás del campo donde ella habita, suceden cosas. Y el río se trata de defender y trata de cantar para avisarles que está pasando algo. Entonces ahí, en esa ficción desde lo metafórico, lo que está contando es eso: lo terrible, los aviones que tiraban cuerpos. Amelia lo va a descubrir en el final, poco a poco, que en realidad ese libro le estaba queriendo decir algo más. No había una ficción fantástica que cuente un hecho así”, asegura la directora.
“Encontré en la carrera de cine una nueva forma de comunicarme y de expresión y descubrí que a través del cine podía hablar de las cosas que me preocupaban. No sólo dar rienda suelta a la imaginación, también contar lo que me rodeaba, no solamente a mí como persona individual sino también a la comunidad a la que pertenezco, tanto local como a nivel social”, relata Sol a Andar. Y subraya que la universidad pública fue el lugar donde su film terminó de “cobrar vida” en el marco de un festival de proyectos de la facultad de Bellas Artes, el LABAF (Laboratorio Bellas Artes Filma), donde estuvo entre los ganadores del 2020.
Mañana la realizadora participará de la charla debate Memorias del río: el terrorismo de Estado en Punta Indio que realiza la Comisión por la Memoria junto a organizaciones locales en el marco de las actividades de marzo como mes de la memoria. Más adelante se podrá ver un pre-estreno del material en el Festival REC y el equipo de realización espera que luego el material gire por distintos espacios.
Ver adelanto: https://vimeo.com/