AUDIENCIA 40 «Tuve la suerte de ser liberado pero uno no se siente bien cuando otros compañeros perdieron la vida»
Este 14 de septiembre nuevamente las pantallas del tribunal se abrieron al público en la audiencia N°40 del Juicio a las Brigadas. Fecha en la que declararon Oscar Solís, sobreviviente de “El Infierno” de Avellaneda y Luis Paredes, quien testifica por Jorge “Piura” Mendoza Calderón, detenido desaparecido.
ANDAR en la Justicia
(Por Diario del juicio) El primer testimonio virtual, desde Shangai (China), es el de Oscar Solís, quien cuenta que el 16 de diciembre de 1976 a sus 22 años fue detenido junto a su hermano de 21, Alberto Mario Solís, en su casa ubicada en La Tablada, partido de La Matanza.
Ambos estudiaban en la Facultad y Oscar fue el fundador de la Federación de Estudiantes Peronistas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. La noche del secuestro, llegó a su casa alrededor de las 00.30. En la madrugada un grupo de policías irrumpió en su domicilio. Allí se encontraban sus padres, su hermano y una prima. Ingresaron a la fuerza y fueron por Oscar y Alberto. Los sacaron encapuchados y los subieron a un auto. Además les robaron dinero, joyas y objetos personales de la familia.
Oscar sostiene que el trayecto hacia el centro clandestino de detención duró alrededor de 40 minutos. Al llegar los llevaron a una habitación y allí comenzaron las torturas. Luego de eso y ya desvanecido lo ubicaron en una celda y al poco tiempo ingresaron a su hermano en pésimas condiciones físicas, a los 4 días los separaron.
En el calabozo de Oscar había 7 personas más. Allí vio a un vecino del barrio, José Ríos, pero estaba irreconocible ya que había bajado 45 kilos debido a las torturas y a las condiciones en las que se encontraban. Reconoció también a Luis Jaramillo, quien fue secuestrado después de cobrar una indemnización por despido de la empresa SAIAR.
El 23 de diciembre, tras 7 días de detención y torturas, los hermanos fueron atados de manos y con los ojos vendados fueron subidos a un vehículo. En ese momento creyeron que era el final, pero luego de un trayecto de 25 minutos los bajaron en Villa Domínico y les hicieron contar hasta 100 para sacarse las vendas. Alberto pidió contar hasta 200 debido al miedo y la incertidumbre que sentía. “Cuando nos sacamos las ataduras nos pusimos a llorar”, cuenta Oscar.
El testigo relata que pidieron ayuda al ver que una camioneta se acercaba y dijeron que les habían robado. Arriba del vehículo el susto de ambos volvió porque inmediatamente percibieron que uno de los hombres era policía. Sin embargo, entre lágrimas y con la voz temblorosa, Oscar Solís recuerda que esas personas los llevaron a su casa, les dieron de comer y les permitieron higienizarse. Allí avisaron a su familia de la liberación.
Oscar explica que mientras estuvieron detenidos comían una vez al día un guiso inhumano y tomaban agua de una manguera. Añade que para poder ir al baño rogaban a los policías y que era algo casi imposible. Estuvo detenido junto a su hermano 7 días en “El Infierno” de Avellaneda. “Eran condiciones infrahumanas”, se lamenta.
El testigo recuerda que escuchaba gritar en las noches a una muchacha llamada Nilda Eloy de 19 años, la cual estaba aislada para ser sometida a abusos sexuales. También cuenta que sus padres hicieron todo lo posible para ubicarlos. Presentaron un hábeas corpus y hablaron con mucha gente. “Tuve la suerte de ser liberado pero uno no se siente bien cuando otros compañeros perdieron la vida”, expresa.
“Me parece esencial el trabajo que están haciendo buscando justicia. Tenemos que colaborar y yo lo siento como una carga pública y voy a seguir haciéndolo”, añade. “No quiero que mis nietos, hijos, hijas vuelvan a pasar algo tan horroroso. Justicia para que realmente castiguen a los culpables”, manifiesta y se despide.
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Es el turno de Luis Paredes, quien declara por su amigo Jorge Mendoza Calderón, alias “El negro Piura”. Jorge nació el 19 de junio de 1943 en el seno de una familia numerosa y humilde. Era profesor de Educación Física y llegó a la Argentina desde Perú en 1968. Al momento de su detención llevaba 8 años viviendo en el país.
Antes de comenzar con los detalles, Luis Paredes muestra una foto de Jorge. Afirma que siempre lo recuerda con una sonrisa y que era un joven “amable, discreto y sonriente, con una educación tradicional, despertaba confianza a cualquier persona que conocía”.
Ambos transitaron juntos la Licenciatura en Cinematografía. Eran militantes de la Juventud Universitaria Peronista y luego del Partido Auténtico.
La noche del 5 de octubre de 1976 la policía y el ejército argentino ingresaron a la fuerza en el domicilio de Luis y se llevaron a Jorge junto a otro joven de 17 años que vivía allí y que fue liberado a las pocas horas.
Las fuerzas represivas se robaron dinero, joyas y objetos. Al otro día un camión se llevó los muebles y las puertas. Más tarde un patrullero se llevó el inodoro y las cañerías e incluso fue destrozado lo poco que quedaba del hogar. “No solo eran asesinos sino ladrones”, asegura Luis.
El testigo cree que su casa fue marcada por un amigo llamado Eduardo Pichenski ya que él era un “delator o colaborador”. Esa noche él no estaba en el domicilio porque había nacido su hijo Pablo quien falleció a los dos días. “Era una casa segura no la conocían muchas personas. Solo quienes integraban la comisión de presos y algunos militantes de la Juventud Peronista”, sostiene Luis. Funcionaba como centro de asistencia a presos puesto que su señora tenía a sus 3 hermanas prisioneras.
Jorge “El negro Piura” fue socio fundador del grupo de Cine Peronista de La Plata, junto con Luis filmó acontecimientos importantes del país. En el 75 guardaron los archivos y pocas personas conocían su ubicación. En la actualidad parte de esos archivos fueron recuperados y se encuentran en la Ex ESMA.
Luis, Jorge y otros amigos que fueron secuestrados sabían que si ese material caía en manos de la policía podría ser “desastroso”. Allí se veían los rostros de todos sus compañeros. El testigo se lamenta y manifiesta que aún desconoce las razones de Pinchevski para hacer lo que hizo. Ante esto Luis se estremece y asegura que esta persona murió el año pasado.
A los 2 días de la detención, Luis se comunicó con la Embajada de Perú y el Consulado en La Plata para denunciar el hecho, sin embargo nunca supo si realmente hicieron algo por la desaparición de Jorge. Luis se exilió en Francia y allí vivió por 4 años. En el 2012 fue al Consulado a averiguar pero no supieron contestarle. Dejó un escrito para que se contacten pero no lo hicieron.
Luis fue padre de un varón y en memoria de su amigo decidió nombrarlo Jorge Manuel Paredes. Lo recuerda con lágrimas en los ojos y cuenta que para él era un hermano, el tío de su hijo. Agrega que era un excelente camarógrafo y que siendo profesor de Educación Física sus condiciones eran buenas, cree que eso lo ayudó a soportar las torturas.
En “El Infierno” de Avellaneda estuvo con otras personas y Nilda Eloy dio algunos detalles de sus últimos momentos. Jorge no hablaba y no podía mantenerse de pie. El 5 de octubre la policía ingresó a las celdas. Se llevaron a Jorge, a Mario Salerno y a una muchacha. Los subieron a un avión con destino a La Perla pero Jorge no subió. Durante el traslado Salerno reconoció a uno de ellos y era Pinchevski. No se sabe qué pasó con Jorge, pero supone que murió por las torturas o le dieron muerte final.
La última mujer que vio a Jorge fue Nilda Eloy, quien comentó que a pesar de estar lastimado y en pésimas condiciones, su rostro reflejaba una leve sonrisa, incluso en sus últimos momentos. “Recordar todo esto y ponerlo en palabras es bastante difícil”, finaliza Luis.
La próxima jornada del debate oral y público será el martes 21 de septiembre a las 9:00 y se tomarán las declaraciones testimoniales de Claudia Dafne Gorban, Silvia Beatriz Gorban y Eduardo Kiernan.