Techo de capi ñaro: un ciclo de esfuerzo y aprendizaje comunitario
En Punta Querandí comenzaron a trabajar con la paja brava (capi ñaro en guaraní) del terreno para aprender a construir un techo de este material. A lo largo de casi un año muchas personas participaron del proceso que concluyó a fines de agosto cuando el techo de paja fue chayado luego de ofrendar a la Pachamama. “En conjunto entre todos podemos hacer muchas cosas más por nuestra cultura”, señaló Reinaldo Roa del Movimiento en Defensa de la Pacha, quien manifestó haber cumplido el sueño de volver a construir un techo de paja como había hecho con su padre hace medio siglo atrás: “A mí me hizo muy bien, me encontré de vuelta lo que era yo antes”.
ANDAR en Tigre
(Movimiento en Defensa de la Pacha) “Nos salió muy lindo, para mí fue una gran cosa lo que logramos con todos en Punta Querandí”, contó Reinaldo Roa, vecino de La Paloma (Tigre) y miembro del pueblo guaraní, quien recordó parte de su infancia en el Departamento de Guairá en Paraguay: “Mi papá hacía techo de paja, cuando tenía 11 años aprendí algo de cómo se va tejiendo, me quedó en la mente. Mi sueño era hacer eso en Punta Querandí. A los 66 años otra vez me tocó hacer el techito de paja”, manifestó.
El armado se extendió 10 meses, inició a principios de septiembre de 2015 y finalizó en julio de este año. Sólo se cortó la paja durante las lunas menguantes, es decir aproximadamente un domingo por mes, si es que no coincidía con otra actividad. “Tardamos casi un año, porque hay que respetar la luna para cortar los árboles y la paja, íbamos solamente los domingos y hacíamos lo que podíamos. Nos llevó bastante tiempo, pero hicimos y eso es un logro muy grande del conjunto”, relató.
Muy contento explicó: “Participó mucha gente, muchachos, mujeres, varones, lo hicimos con todo el alma, con todo el corazón, con mucha alegría. Y a mí me hizo muy bien, me encontré de vuelta lo que era yo antes, porque un cambio muy brusco se me hizo de la selva a la ciudad”.
El domingo 28 de agosto se chayó el techo del quincho para festejar la culminación de esta obra y pedir que la estructura dure mucho tiempo. Al respecto, Reinaldo decía unos días antes: “Lo que más quisiera es que vengan todos los compañeros que participaron y todos los que quieran venir. En conjunto entre todos podemos hacer muchas cosas más por nuestra cultura de todo este continente, no solamente los guaraníes: los tobas, los hermanos wichí, los hermanos andinos. Eso me llena el alma porque ahí hay alegría, cariño, amor, hermandad y eso es lo que busco, la hermandad”.
Reinaldo agregó: “En el campo todos teníamos techo de paja y pared de barro. Nuestros antepasados hacían su ranchito con los materiales que hay en el lugar, respetando la naturaleza, y en Punta Querandí teníamos todo, hay palos y hay capi ñaro, con eso se puede hacer una casa o un quincho”, relató. “Yo viví esa vida, entonces es como que necesito un lugar para que se vea cómo se hacía. Es importante que los chicos aprendan cómo trabajaban nuestros antepasados”, subrayó. “Punta Querandí para mí es muy importante, es un lugar sagrado que necesita toda la humanidad”, se despidió Reinaldo.