COMUNICADO Sobre la creación de la policía local en Tandil
Luego de una reunión y debate un conjunto de ciudadanos tandilenses autoconvocados emitieron el siguiente comunicado sobre las políticas de creación de nuevas policías,
ANDAR en Tandil
Por Autoconvocados y autoconvocadas contra la creación de la policía local
Entendemos que la propuesta de crear una Policía Local parte del supuesto de la existencia de una “emergencia de seguridad”. Lo cierto es que en la provincia de Buenos Aires hay inseguridad, y que esa inseguridad se manifiesta no sólo en la existencia del delito sino también en la existencia de falta de trabajo, precariedad educativa, no acceso a una vivienda digna, y limitaciones en atención sanitaria, ni que hablar de atención primaria de la salud.
Los que trabajamos en el territorio sabemos bien de las necesidades e inseguridades que viven los ciudadanos de la provincia. Sabemos de los recortes sistemáticos a las políticas de promoción y protección de derechos, de la precariedad de las condiciones laborales de los compañeros y compañeras que trabajan con y desde el amor a los demás. Sabemos de las condiciones en que enseñan los y las docentes de nuestras escuelas, de su rol como contenedores de situaciones de “riesgo”, y hemos aprendido que estas problemáticas no se trabajan desde la autoridad: sabemos bien que la violencia genera más violencia. Que la única manera de construir seguridad es brindando seguridad: un sueldo mensual digno, condiciones habitacionales, salud y educación. Es bien conocida la intervención de la gestión nacional, provincial y municipal en las políticas de infancia. Muchos investigadores hemos llegado a suponer que finalmente las gestiones no quieren que los derechos de los niños, niñas y adolescentes sean una realidad, y muy por el contrario prefieren que las políticas retrocedan, o se conserven, lo cual en cualquier caso implica profundizar la desigualdad.
[pullquote]en la provincia de Buenos Aires hay inseguridad, y esa inseguridad no sólo se manifiesta en la existencia del delito[/pullquote]
En este caso, proponer la creación de una policía comunal, es proponer profundizar la desigualdad, la fragmentación, la pelea de pobres contra pobres. Ningún hijo de médico será policía; muy por el contrario, los pibes y pibas de los barrios aspirarán a tener un salario descomunal y a patrullar las calles desde el poder que da un arma. Esta propuesta no sólo profundiza la inseguridad, sino que pone más piedras en la rueda para los que trabajamos por la liberación de nuestros pueblos.
Entendemos que la responsabilidad de la Universidad es aportar conocimiento crítico para abordar el problema de la inseguridad como lo que es: un problema social, que no se resuelve reprimiendo el delito, sino revirtiendo los problemas sociales pendientes. Acreditar académicamente la formación de policías es legitimar un discurso hegemónico que, lejos de problematizar, debilita y aplasta las demandas sociales, criminalizando la pobreza y la protesta social.
[pullquote]hemos aprendido que estas problemáticas no se trabajan desde la autoridad: sabemos bien que la violencia genera más violencia[/pullquote]
Un argumento que circula es “la policía local se creará, entonces preocupémonos por formarla humanamente”. Este conformismo es un engaño. Claro que todos y todas queremos una policía más humana, pero no seamos ingenuos… no existe humanidad que porte armas de fuego para defender la propiedad privada, o los derechos individuales.
Esta política de Estado represiva es claramente una política derechista, opta frente a las múltiples opciones por poner el dinero del Estado en ampliar la institucionalización de su aparato represivo. Discutir la posibilidad de formar humanamente a los cuadros que den vida a esta institucionalidad, es discutir la mejor forma de seguir oprimiendo al pueblo. Una política que no llega a ser ni siquiera reformista, como podría ser la Asignación Universal por Hijo, o el plan PROCREAR, sino que es profundamente conservadora. Conserva el orden, conserva la desigualdad, y claro… conserva el poder en manos de unos pocos. Nos seamos rehenes de este conformismo, tengamos la lectura histórica y rechacemos entender la seguridad como mano dura.