MIRADAS Sedición policial
Por Eduardo A. Hidalgo*
Hemos sido testigos en Latinoamérica, de intentonas que con enmascaramientos diversos, apuntaron a violentar la institucionalidad, la policía de un país hermano como Ecuador, hasta atentó contra la vida de su presidente.
Si hay fuerzas, que contrariamente al resto no han sido alcanzadas por la democratización, son las policías. Hoy las policías bravas de nuestro país, corruptas en su mayoría y hasta permeables al narcotráfico como ha sido denunciado y probado en Santa Fe y Córdoba, no titubean en aplicar la mano dura que en muchos casos se traduce en el reconocido gatillo fácil o en torturas que eufemísticamente y desde el Poder Judicial se denominan apremios ilegales.
Hoy en Argentina, ¿por casualidad?, en el aniversario de los 30 años del reinicio de la vida institucional, aparecen como hongos supuestos reclamos de salarios de estas policías a lo largo y ancho de nuestra Patria. Estos policías pretenden ahora, como cobertura de su supuesto reclamo, entidad de trabajadores. Estos uniformados que portan armamento, deben responder a su cadena de mandos para cualquier reclamo por ser fuerzas el Estado de Derecho y no grupos de tareas, sin embargo esto tampoco lo cumplen.
¿Es esta una movida solamente policial?. No. Son las policías una de las patas que articulan en algo mucho más profundo que abarca sectores del poder económico, y que incluye a sectores políticos que hasta promueven los saqueos como otra de las patas, desde las redes sociales de internet.
Estamos frente a un nuevo hecho que en nuestro país en otras épocas se expresaba en este mismo mes de diciembre, con fragoteros uniformados que generaban la inestabilidad social suficiente para mantener de rehén a la sociedad, intentando golpear a la democracia. Hoy las metodologías han mutado en estas que expresan las policías y los civiles que articulan con ellos y que quieren volvernos al pasado.
La incitación a la violencia y el delito, como acción colectiva a través de las redes sociales debe ser detenida sin titubear aplicando la ley con todo su peso, lo mismo que encolumnar a las policías que son el factor predominante y evidente en esta situación de inestabilidad por no responder a sus mandos naturales para sus reclamos como debió haber sido llevado adelante, y no como patotas sediciosas.
Repudiamos a esta policía que nos usa y nos violenta cotidianamente, como lo demuestran las diversas causas judiciales cuya estadística no se hace pública, vale recordar a algunos tan notorios como el de Bru, Arruga, Kosteky y Santillan, etc.
Reclamamos a nuestro gobierno nacional la aplicación de TODAS las medidas que terminen con este estado de inseguridad que promueven estos uniformados. Llamamos hoy más que nunca a los sectores democráticos, incluídos a los que sorprendentemente hoy se mantienen en silencio, a manifestarse contundentemente por los 30 años de vigencia de la democracia frente a este despropósito, que a esta altura de la vida institucional y con un gobierno nacional y popular validado en cada elección no debe ser aceptado naturalmente y mucho menos tolerado.
* Secretario General Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bahía Blanca