Secuestro y tortura a un joven en Miramar
Oficiales policiales sin identificación secuestraron, amenazaron y torturaron ayer por la mañana a Lautaro Blengio, un joven de Miramar. El hecho se inscribe en una serie de hostigamientos que él y otros jóvenes de la ciudad vienen recibiendo desde el año pasado por parte de la policía. La Fiscalía a cargo de la Dra. Ana María Caro tomó la denuncia realizada por los padres de Lautaro, que se encuentra sano y salvo. La CPM interviene en el caso desde su delegación en Mar del Plata.
ANDAR en Miramar
(Agencia) Lautaro tiene 17 años, es el presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela Media N° 1 Rodolfo Walsh y militante de la comunidad LGBTIQ. Ayer por la mañana, mientras caminaba desde la escuela hasta su casa, fue interceptado por un vehículo. Un hombre bajó y lo apuntó con una pistola, se identificó como policía y lo obligó a subirse al automóvil que manejaba otro individuo. Lautaro lo reconoció inmediatamente como uno de los oficiales de policía que la noche anterior lo había amenazado y agredido en una requisa irregular a cargo de la policía de Miramar. El auto inició camino hacia el vivero dunícola Florentino Ameghino.
ANDAR conversó con Daniel Blengio, papá de Lautaro, que hoy por la mañana estaba en el Concejo Deliberante de General Alvear exigiendo a los concejales la urgente intervención para proteger la vida de los jóvenes de su ciudad.
“Lautaro fue levantado por un auto particular, lo encañonaron, lo hicieron subir y se lo llevaron. La persona que lo amenazó y lo obligó a subir fue reconocido al toque por Lautaro como uno de los policías que la noche anterior, en un procedimiento, lo había amenazado de que lo iba a tirar muerto en el Vivero de Miramar. Esta amenaza fue porque mi hijo quiso sacar una foto de la patente del patrullero porque el procedimiento que estaban haciendo era irregular. Era un procedimiento policial más como otro de los tantos que ocurren contra los jóvenes en Miramar, a las dos de la mañana, donde los increpan, insultan y maltratan y la justificación era averiguar sus antecedentes. Cuando se dan cuenta (la policía) que están limpios, los dejan. Pero continuamente los viven violentando. Lautaro exige que se respeten sus derechos en determinadas situaciones y termina siendo agredido verbalmente y, en este caso, físicamente: lo golpearon, lo tomaron del cuello, lo quemaron”, explicó Daniel. Y agregó: “Lo llevaron en el auto al Vivero, lo encapucharon cuando bajaron, lo hicieron caminar a un bosque, hicieron un simulacro de fusilamiento sobre su cabeza; le apagaron cigarrillos en la frente y manos, lo cortaron, le hicieron una cruz en el pecho. Le dijeron que ahí mismo, en esa cruz, le iban a clavar un balazo. Lo golpearon, lo patearon hasta dejarlo desmayado. Cuando se estaban yendo, Lautaro levantó la cabeza con algo de conocimiento. Ahí le gritaron: ¡vos tenes tus derechos, pero nosotros tenemos los nuestros!”.
Lo narrado por Lautaro no es un hecho aislado. Requisas arbitrarias en la zona de la costa de la ciudad, efectivos policiales sin la identificación correspondiente y amenazas parecen ser prácticas habituales en la ciudad balnearia.
Desde el verano pasado, personal policial viene deteniendo sistemáticamente a Lautaro Benglio en la vía pública, para solicitarle documentación y por averiguación de antecedentes que siempre resultan negativos. Preocupados por la escalada en la persecución a su hijo y estas prácticas policiales que incluían abuso de autoridad, insultos, discriminación, amenazas, y procedimientos inapropiados, sus padres recurrieron a la Justicia porque nunca obtuvieron una respuesta de la cúpula policial.
Solicitaron un habeas corpus a la jueza de Paz de General Alvarado, Florencia Hogan. Este les fue denegado, porque la jueza consideró que no corría riesgo la integridad psicofísica del joven. El mismo procedimiento se realizó posteriormente en el Juzgado de Garantías N° 3 de la ciudad de Mar del Plata, también fue denegado pero dándole curso a la investigación la Fiscalía General y puso en conocimiento a la Comisión por la Memoria. Ayer mismo se realizó la denuncia correspondiente por el secuestro y tortura, ante la fiscal de General Alvarado, Ana María Caro, y se dio intervención a la juez de Garantías Nº 5, Gabriel Bombini.
En el hospital municipal de Miramar los médicos de guardia no quisieron constatar las lesiones y fue por la postura firme de los padres que terminaron realizando lo que se llama en la jerga médica un “precario”, que consiste en una revisación muy básica del estado de salud del paciente.
“Esto da cuenta de un grupo de policías que pretenden seguir conservando la impunidad. Acá en Miramar circulan los policías sin identificación, uno no logra distinguir ninguna placa para poder decir con quien estoy hablando y a quienes podés o no denunciar. La fiscalía a cargo de Ana María Caro es donde radicamos la denuncia y confiamos en su intervención. Creemos que será fácil saber quienes estuvieron de guardia ese día y con esa nómina se hará el reconocimiento que corresponde”, expresó Daniel. Y continuó: “Hasta el momento Lautaro no había sido amenazado por su orientación sexual, sí lo fue, como sus compañeros y amigos, por ser joven. Uno no puede determinar cuáles son las razones de los irracionales. Les dicen: “crestita, no tenes que andar así” o, “ya conocemos a los de tu clase”; o lo siguen a la puerta de las casas con el argumento de que “los vigilamos porque ustedes hacen lío”. No lo sé, es un nivel de discriminación que supera lo imaginable. Creo que pasa esto porque son jóvenes. Porque te vestís así, porque tenés determinada orientación sexual, porque sí, siempre hay una forma de violentar y discriminar. Lautaro además es presidente del centro de estudiantes de su escuela. El día anterior al secuestro, había estado reunido con otros centros de estudiantes de escuelas públicas y debatiendo como organizar la conmemoración por el Día de la Memoria. También podemos sumar que esa podría haber sido una causa, nunca se sabe. Insisto, los irracionales no razonan”, concluyó Daniel Blengio.