A RAÍZ DEL PEDIDO DE CASACIÓN SOBRE AUDIENCIAS POR VÍA REMOTA Se reanudaron los juicios CNU 2 y Megacausa Campo de Mayo
El debate por los crímenes cometidos por la banda de extrema derecha Concentración Nacional Universitaria (CNU) se retomó el viernes 29 con la declaración testimonial de Ricardo Leventi por videoconferencia desde Suecia, mientras que el juicio por Campo de Mayo se reanudó, por la misma modalidad, con las testimoniales de Lorena y Flavia Battistiol -que todavía buscan a su hermano víctima de apropiación clandestina en cautiverio- y de María Esther y Roberto Landaburu, tíos de otro niño o niña apropiado en la maternidad clandestina. Por otra parte, aún no se determinó la fecha de inicio para otro megajuicio pendiente: el que ventilará los delitos de lesa humanidad cometidos en los pozos de Banfield y Quilmes.
ANDAR en la Justicia
(Agencia) La noche del velatorio de Enrique Piantoni, líder de la CNU, Ricardo Leventi estaba trabajando en una playa de estacionamiento de un amigo, situada a pocos metros de la sala velatoria Sampietro, en Mar del Plata. Desde donde estaba parado, veía a la gente que ingresaba, además de “autos de policía, que pasaban como si nada estuviera sucediendo”.
Los recuerdos de Ricardo Leventi son precisos: menciona a los canillitas que aquella noche vendían el diario local El Atlántico; los ruidos y movimiento en las calles; las marcas de los vehículos que estacionaban cerca del local que llamaba su atención.
Su declaración testimonial se realizó el viernes pasado, y fue la última entre las previstas para este juicio que tiene como imputados a Oscar Héctor Corres Eduardo Salvador Ullúa, dos integrantes de la CNU de Mar del Plata que no habían sido juzgados en el primer debate oral.
Leventi declaró por videoconferencia desde Suecia, lugar de su actual residencia. Los magistrados Daniel Obligado, Nicolás Toselli y Enrique Méndez Signori, además del representante del Ministerio Público Fiscal, Pablo Ouviña, escuchaban el relato desde Capital Federal, mientras que las querellas y uno de los abogados particulares de la defensa lo hacían desde Mar del Plata.
“Llegaban autos, muchos, tres-cuatro-cinco, se llenaban con gente, salían de la puerta de Sampietro haciendo ostentación de armas, a los gritos (…) Había Peugeot 504 con techos corredizos, y era tanta el odio y la bronca que esta gente tenía, que sacaban la cabeza; armas largas había”, describió el testigo sobre aquella noche del 21 de marzo de 1975 conocida como la del 5 por 1.
En efecto, aquél último día del verano de 1975 concluiría con el asesinato de 5 personas en dos operaciones consecutivas. Los preparativos de esos crímenes se habían iniciado en la propia sala velatoria y entre los hombres que subían a los vehículos estacionados frente a la sala Sampietro, Ricardo Leventi logró identificar a Demarchi, a Corres, a Gómez y a Coronel.
“Corres era abogado, lo conocía todo Mar del Plata, ¿cómo no lo iba a conocer?”, señaló el testigo desde Suecia, y luego ratificó: “No tengo dudas que era Corres”. También aclaró que lo conocía no solo por los diarios sino de distintos ámbitos que por aquella época frecuentaban los miembros de la CNU, entre ellos los pasillos de la Universidad. Respecto a la noche en la sala velatoria, dijo que lo vio salir armado.
Cabe destacar que Ricardo Leventi ya había declarado en el primer juicio por los crímenes de la CNU que terminó con 7 condenas, y ahora fue convocado por la propia defensa del imputado Corres para ampliar su testimonial.
En cuanto a los datos generales de este debate oral, tanto Ullúa como Corres están acusados de integrar la asociación ilícita -junto a los siete miembros que ya fueron condenados en diciembre de 2016- con el objetivo de cometer una serie de delitos con una clara voluntad de persecución hacia militantes de organizaciones políticas que mantenían diferencias con la agrupación de derecha a la que pertenecían.
A su vez, Ullúa está procesado también por los homicidios de Enrique “Pacho” Elizagaray, sus primos y tío Guillermo Enrique Videla, Jorge Enrique Videla, Jorge Lisandro Videla, el médico Bernardo Alberto Goldemberg, Daniel Gasparri y Jorge Stoppani, y la privación ilegítima de la libertad y homicidio de la entonces decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica, María del Carmen Maggi.
En febrero pasado, la directora del programa Justicia por Delitos de Lesa Humanidad de la CPM, Claudia Bellingeri, había realizado un pormenorizado relato técnico -en carácter de testigo de concepto- ante los magistrados del Tribunal Oral Federal 1 de Mar del Plata respecto a los legajos, fichas y notas extraídas del archivo de la DIPPBA en los que aparecen los roles, pertenencia orgánica y acciones concretas desplegadas por Oscar Héctor Corres y Eduardo Salvador Ullúa.
Por otra parte, el miércoles 27 de mayo, a instancias del Tribunal Oral Federal de San Martín integrado por los jueces Daniel Omar Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega, se reanudó el juicio por la Megacausa Campo de Mayo, con las declaraciones de cuatro testigos en torno al caso conocido como “la caída de los ferroviarios” -23 trabajadores del sector secuestrados entre agosto y octubre de 1977- que investiga desapariciones y apropiaciones de niños nacidos en cautiverio.
Los testigos Roberto y María Esther Landaburu testimoniaron respecto al secuestro de su hermana, Leonor Rosario Landaburu -embarazada de ocho meses- y su marido, Juan Carlos Catnich, ocurrido el 31 de agosto de 1977.
El bebé que debía nacer en octubre resultó apropiado y aún permanece desaparecido al igual que sus padres, sobre quienes se sabe que fueron llevados al centro clandestino de detención “El Campito”, de Campo de Mayo.
En cuanto a los relatos de Lorena y Flavia Battistiol, describieron el secuestro de sus padres -Egidio Battistiol y Juana Colayago, embarazada de 6 meses- en su casa de Boulogne durante la noche del 30 de agosto de 1977.
“Me gustaría que los imputados nos digan dónde están nuestro padres y mi hermano. Pasé toda vida estudiando esta causa de los ferroviarios y les pido que tengan el gesto de decirnos la verdad para terminar con tanto dolor”, subrayó Lorena, querellante en la causa e integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de plaza de Mayo.