VERDAD, JUSTICIA, MEMORIA Y SOBERANÍA Se prepara el estreno de “El viaje”, una película sobre la visita de la CPM a Malvinas
En 2017 la Comisión Provincial por la Memoria realizó por primera vez un viaje a las Islas para reafirmar que tanto la guerra como el reclamo de soberanía deben pensarse desde la perspectiva de los derechos humanos. Este año el organismo estrenará la película El viaje, instantáneas y relatos de esa experiencia que busca disputar los sentidos en torno a ese pasado y este presente, homenajear a los ex combatientes y, fundamentalmente, reivindicar el derecho soberano del pueblo argentino sobre ese territorio, reclamando la paz y la condena de los crímenes de lesa humanidad cometidos por las Fuerzas Armadas en continente y en las Islas.
ANDAR en Malvinas
(Agencia) Fue un viaje histórico. Por primera vez un organismo de derechos humanos hizo pie en Malvinas, el territorio insular argentino ocupado desde 1833 en forma ilegal e ilegítima como enclave colonial de Gran Bretaña. Una delegación de la CPM encabezada por dos figuras emblemáticas de las luchas contra la dictadura militar ‑Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz- estuvieron allí. En ese territorio se evocó la experiencia de los protagonistas de la guerra, y se homenajeó a todos los que perdieron la vida y padecieron la violencia del propio Estado argentino.
“Malvinas es uno de los territorios más militarizados del mundo, hay un militar cada dos habitantes civiles”, describe Ernesto Alonso en El Viaje, la película que se filmó durante la visita que la CPM realizó a Malvinas. Alonso tenía 20 años cuando fue llamado a combatir. Desde el año 1986 integra el Centro de ex combatientes, CECIM La Plata y actualmente es miembro de la CPM. Como sobreviviente lucha desde hace 35 años para que el relato y el recuerdo de la guerra se sitúe en el marco de las memorias de la dictadura: un acontecimiento que sigue expresando la violencia desatada por el gobierno de facto, y en gran medida también de un relato de Nación que sirvió de legitimación del genocidio llevado adelante por la dictadura. Este fue su quinto viaje a las Islas y dice: “es un campo de entrenamiento y de práctica de alta tecnología militar, que es una amenaza para toda la región”. Gran Bretaña posee en la base de Monte Agradable (Mount Pleasant) que se encuentra en las islas Malvinas unos1.200 efectivos militares activos, misiles de tierra y aviones caza, entre otros equipos.
“Pudimos ver la exhibición de sus naves y sus cargueros en el que pueden transportar todo tipo de material bélico”, afirma el premio nobel de la paz y presidente de la CPM, Adolfo Pérez Esquivel y agrega: “allí hay buques de todas las nacionalidades usufructuando los recursos nacionales, es un punto estratégico del Atlántico Sur. Deben mantener con las regalías de la pesca todo ese despliegue”.
La cuestión de los recursos naturales es un tema esencial para analizar la historia y el devenir de las negociaciones por la soberanía sobre las Islas. Ya en la invasión de 1833, Gran Bretaña había constituido un lugar estratégico para almacenar carbón y proveer a sus barcos de un recurso como la turba, que podía reemplazar al carbón. Entrado el siglo XX, el Reino Unido se lanzó a la busca de petróleo en todo el mundo, y las Malvinas le sirven sin lugar a dudas para abastecerse del petróleo de Comodoro Rivadavia, para sostener su poderío naval en los mares del sur. Al año siguiente del descubrimiento de petróleo en la Patagonia argentina, la corona británica anexó las islas Georgias, Orcadas, Shetland, y Sandwich a su colonia de las Islas Malvinas. El Atlántico Sur es la principal frontera de la puja por controlar y dominar los recursos naturales del continente y la militarización de este gran espacio territorial es una cuestión que amenaza la soberanía territorial de toda la región.
“Después de 1982 se han multiplicado en 23 veces los territorios ocupados por los ingleses. En los 90 comenzaron a explotar los recursos ictícolas y hoy van por los recursos hidrocarburíficos”, remata Alonso. “En la Islas están muy cerrados. No fuimos a controlar sus armamentos, fuimos a construir instancias de diálogo y eso lamentablemente no lo conseguimos”, reflexiona el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.
Otro de los tópicos centrales que aborda la película es el derecho a la identidad. Desde hace años los ex combatientes y los organismos de derechos humanos como la CPM reclaman la identificación de los argentinos muertos en combate y enterrados en Malvinas. Son 123 tumbas NN donde las lápidas versan la leyenda “soldado argentino conocido por Dios”.
“Ver la placa pensando que alguno puede ser tu hijo… Nos han comentado familiares que cuando han viajado a Malvinas y no pueden identificar la tumba de su hijo, se han parado en cualquiera, que por alguna razón los identificó y ahí se quedaban…. Es muy fuerte eso…”, narra Yamila Zabala Rodríguez, hija de madre y padre detenidxs desaparecidxs, integrante de la CPM y protagonista de El viaje.
Ese derecho humano a saber la verdad sobre quiénes somos forma parte del proceso de justicia y reparación ante tanto dolor dentro del proceso de un duelo. Zabala Rodríguez, como abogada y querellante en causas de lesa humanidad, plantea que el reclamo de los familiares de los soldados muertos y enterrados en Malvinas por la restitución de la identidad es una lucha que se hermana con la de las Madres y los organismos de derechos humanos.
Cabe recordar que un grupo de familiares de soldados sin identificar enterrados en las islas acompañados por el CECIM iniciaron el reclamo en 2011 con una presentación judicial ante el juez federal Julián Ercolini que avaló el pedido. Al año siguiente la entonces presidenta Cristina Fernández ordenó al Ministerio de Justicia, a la Cancillería argentina y al Equipo Argentino de Antropología Forense que avancen con el tema y se tomen muestras de ADN de los familiares vivos. Luego de años de negociaciones las tareas humanitarias fueron llevadas a cabo por el equipo de forenses de la Cruz Roja Internacional que, en 2017, comenzó con la exhumación de 123 de las 237 tumbas que se encuentran en Darwin. A raíz del acuerdo entre el Estado argentino y el británico, y con la intervención de la Cruz Roja Internacional 115 combatientes argentinos fueron identificados. Este acto profundamente humanitario es reparatorio para sus familiares y es también un acto de soberanía para todo el pueblo argentino.
“Tenemos que generar un diálogo con las personas que están en Malvinas. Están muy desinformados en relación a lo que pasó y nosotros queremos respetar sus derechos pero sin que se violenten los nuestros. Nosotros no queremos más colonización y estas personas están colonizadas. La libre determinación de los pueblos es cuando el pueblo conoce la verdad de lo que ocurrió. Esto es nuestro y queremos recuperarlo. No estamos violando ningún derecho humano de los habitantes de las Islas”, concluye Nora Cortiñas en el documental.
La guerra decidida por la última dictadura cívico-militar alejó a nuestro país del reclamo histórico de soberanía por la vía del diálogo, llevó a la muerte a 634 jóvenes y produjo el padecimiento de miles que fueron movilizados al combate sufriendo hambre, frío y la violencia propia del conflicto bélico. Finalizada la guerra, los soldados que se suicidaron por sus secuelas superan a los muertos en las Islas.
El registro que puede apreciarse en El viaje es la permanencia del reclamo de justicia e identidad por las víctimas de torturas, y por la identificación de los 123 NN, por la soberanía de los pueblos y también un mensaje de paz y de diálogo para todos los habitantes del mundo.