Se murió la muerte
Así anunció H.I.J.O.S. Capital el fallecimiento a las 11.20 de este martes 27 de febrero del genocida Luciano Benjamín Menéndez en un hospital de Córdoba. “A diferencia de sus víctimas, se sabe la hora, el lugar y su familia puede despedirlo. Llegó a ser condenado en cárcel común, perpetua y efectiva, el único lugar para un genocida”, afirmaron desde el organismo de derechos humanos.
ANDAR en las memorias
(Red Eco) “Si se condenara el silencio, también le darían perpetua: se murió sin decir dónde están los cuerpos de los desaparecidos y los bebés que nacieron en cautiverio, nuestras/ hermanas/os, nietos/as de las Abuelas de Plaza de Mayo”, agregaron.
Luciano Benjamín Menéndez tenía 90 años y cumplía arresto domiciliario. Fue la máxima autoridad en Córdoba durante la dictadura, estuvo al frente del Tercer Cuerpo de Ejército entre 1975 y 1979 y dirigió el destacamento de Inteligencia 141 General Iribarren, del que dependía el centro clandestino de detención, tortura y exterminio La Perla.
Además “Cachorro”, “Chacal” o “Hiena”, como se lo llamaba, fue responsable de la represión en Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán.
Menéndez recibió 12 condenas a perpetua por delitos de lesa humanidad, entre los que se encuentran desaparición forzada, secuestro, torturas y robo de bebés.
“Murió el que mandó a matar a mis padres y a otras dos mil personas. Murió la muerte y no me alegra. No soy buenita ni piadosa, simplemente no soy ellos. Sí me alivia que se fue con 12 cadenas perpetuas, que nuestros hijos vieron que pelear sirve, que la justicia se construye. No es su muerte lo que alivia, es que se haya ido condenado. Aunque nos debe mucho que jamás regresará, aunque se fue en un silencio cobarde: nunca dijo dónde están los huesos de nuestros muertos. Su familia podrá enterrarlo hoy porque no somos ellos”, afirmó la periodista cordobesa Paula Mónaco Felipe, hija de Esther Felipe y Luis Mónaco, desaparecidos desde el 11 de enero de 1978 tras un secuestro llevado adelante por integrantes del Tercer Cuerpo del Ejército, que comandaba Menéndez.
María Coronel, secretaria adjunta de CTA Tucumán y coordinadora del Espacio para la Memoria Escuelita de Famailla, en tanto, señaló: “Se murió Menéndez. En domiciliaria, con su familia… Cada vez que muere un genocida, sin contar nada, me acuerdo de que mis abuelas se murieron sin saber dónde estaban los cuerpos de sus hijos. No me olvido, no perdono, no me reconcilio. Memoria, verdad, justicia”.
En el mismo sentido, desde H.I.J.O.S. Escobar-Campana-Zárate, manifestaron: “Por la mañana murió el genocidio Luciano Benjamín Menéndez. Murió el torturador, el asesino y desaparecedor sin decir dónde están los cuerpos de nuestras madres y padres. Murió el genocida sin decirnos dónde están nuestros hermanxs apropiados.