LA PELÍCULA RETRATA EL ACCIONAR DE GRUPOS NEONAZIS EN MAR DEL PLATA Presentan el documental El Credo en la CPM
Mañana a las 18hs, en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), se presenta el documental El Credo de Alan Sasiain y Javier Blasco. La película, financiada por el INCAA, retrata el accionar de grupos neonazis en la ciudad balnearia de Mar del Plata, el juicio que se llevó adelante por los crímenes cometidos, y las manifestaciones públicas de las organizaciones políticas y sociales junto a miles de marplatenses que salieron a las calles a repudiar los hechos. La función es libre y gratuita y contará con la presencia de los realizadores.
Andar en La Plata
(Agencia Andar) A partir de 2015, en la ciudad de Mar del Plata recrudecieron los hechos de violencia en manos de grupos neonazis asociados a espacios políticos conservadores. Alan Sasiain y Javier Blasco, dos estudiantes de las facultades de Bellas Artes y de Periodismo de Universidad Nacional de La Plata, realizaron El Credo, un documental que reconstruye el avance del fascismo en la ciudad y el histórico juicio que condenó a 9 años de prisión a los agresores. Mañana a las 18hs, la película se proyectará de forma gratuita en el auditorio de la CPM, calle 54 #487 esquina 5.
La propuesta audiovisual recupera también el repudio de las organizaciones sociales, de derechos humanos, partidos políticos y ciudadanos de la comunidad marplatense que vieron con gravedad la ocurrencia de estos hechos asociados a la connivencia policial y política del actual intendente municipal.
La Agencia ANDAR entrevistó al director de la película, Alan Sasiain, quien describe el proceso de producción y las repercusiones de un film que invita a la reflexión acerca de los crímenes de odio y la violencia política. “El documental muestra que la intolerancia y la discriminación son valores destructivos de nuestra sociedad y que si uno se organiza y da pelea puede hacer que no se reproduzcan”, señala Sasiani y aclara “estas ideas de odio son producto del sistema en el que vivimos y si uno no las enfrenta pueden crecer por doquier”.
-¿Cómo se gestó este proyecto audiovisual?
El documental es un proyecto que se viene ejecutando desde el año 2015, cuando empezamos, junto a mi compañero de trabajo Javier Blasco, a grabar testimonios y recabar imágenes del accionar neonazi en Mar del Plata. En ese camino de investigación presentamos la propuesta de largometraje al Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) consiguiendo los fondos para hacer una película que pudiera proyectarse en un cine.
En Mar del Plata, cuando era adolescente, compartía un espacio de militancia anarquista junto a uno de los acusados de los hechos de violencia, Franco Posas? Ya viviendo en La Plata, me llegaron videos de que este pibe había empezado a juntarse con este grupo neonazi y estaban haciendo atrocidades. Entonces, tuve una historia, algo para contar y me involucre en la producción de la película para que el INCAA nos la financie y lo logramos.
-¿Cómo fue el rodaje del documental?
Lo primero que vimos fue el temor en las víctimas, la gente no quería hablar, no se quería comprometer, no nos querían dar testimonio. Si bien yo contaba con la ventaja fundamental de que al ser de la ciudad conocía a muchos de los personajes con los que iba a tratar, de todas maneras cuando arrancamos la investigación el miedo todavía estaba presente. Lo que reflejaba la investigación es que estos grupos, y es lo que se cuenta en el documental, tenían connivencia policial, tenían relaciones con grupo de derecha locales y que en definitiva estaban haciendo política.
-¿Estos hechos de violencia fascista recrudecen en un contexto especifico o Mar del Plata es una localidad que se caracteriza por eso?
Hay un lugar común a la hora de generalizar las características sociales de Mar del Plata que es decir que en la ciudad “son todos fachos”. Esto en algún sentido está fundamentado en el hecho de que estamos hablando de una ciudad envejecida, que tiene un intendente que reivindicaba la dictadura, que los genocidas van a parar a nuestra ciudad, sumado a los antecedentes del accionar fascista en la dictadura. Entonces eso termina armando un imaginario que no es la realidad de la ciudad, porque en definitiva fue la gente, fueron las organizaciones sociales, los trabajadores, que salieron a la calle para ponerle fin a estos grupos. Cuando fue el cambio de Gobierno en 2015, lo que estos grupos neonazis antes hacían por lo bajo, lo empezaron a hacer de una manera más pública y más radicalizada. Hay que tener en cuenta que estos grupos estuvieron ahí festejando en el bunker de Arroyo, el día que el actual intendente ganó la elección.
Para ejemplificar, cuento una anécdota. En un momento hice una línea de tiempo donde fui volcando todos los eventos en secuencia cronológica. Era impresionante ver cómo después de 2015 los hechos ya no se sucedían con un mes, dos meses de distancia, sino que se empezaron a aparecer prácticamente todas las semanas. La gota que rebalsó el vaso que fue el hecho de plaza España donde casi matan a un pibe.
-¿Cómo consiguieron acceder a las imágenes del juicio?
Durante la mayor parte de la grabación, 2015, 2016, incluso 2017, no se sabía que iba a haber juicio oral, porque la fiscalía no acusaba, porque querían arreglar, y por diferentes motivos estaba siempre muy difuso el hecho de que fuera a haber un juicio oral y público. Efectivamente un día le pusieron fecha para nuestra sorpresa y solicitamos al tribunal la posibilidad de grabar, estar adentro con cámaras, registrar todo el proceso y el tribunal nos autorizó. Con Javier viajamos desde La Plata a Mar del Plata todas las semanas durante dos meses, martes y miércoles eran las sesiones y grabamos todo el juicio de principio a fin.
-¿Cómo fue esa experiencia?
Era mi primera vez cubriendo un juicio, pero en seguida noté la importancia de la relación que había entre las manifestaciones en las calles para que el juicio ocurriera y la condena efectiva del tribunal. Había sido prácticamente el mismo tribunal el que meses antes le había dado la approbation al líder del grupo por acciones racistas y xenófobas. Si no hubiera habido movilización, sino se hubiese hecho público, sino se hubiera peleado para que el Municipio le soltara la mano a estos tipos y poder meterlos presos, esto no hubiera sucedido.
-¿Por qué El Credo?
El credo es por definición un grupo fundamentalista que busca imponer sus ideas de una manera cerrada. Un conjunto de ideas y de pensamiento que componen una ideología que se tiende a pensar que es mejor que el resto y eso definía bastante bien a estos grupos. El título lo propuso una compañera, Mariana.
-¿Cómo fue el estreno del documental?
Lo estrenamos primero a fines del año pasado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y este año, además, hicimos el estreno comercial.
La experiencia del festival fue hermosa porque hicimos una película a pulmón, de forma independiente, diciendo lo que queríamos decir y tuvimos la posibilidad de mostrarla en el marco de una actividad especial. La convocatoria fue impresionante. Fueron dos funciones a sala llena. Hicimos una tercera proyección por nuestra cuenta: pusimos una pantalla gigante y parlantes en la Plaza España, que era el lugar donde estos grupos disputaban el espacio público, se reunían y agredían, y más de 400 personas se acercaron a verla. Era una noche en la que hacía 10 grados y estábamos al lado de la costa, pero nadie se levantó de la silla hasta que no terminó. La película obtuvo aceptación de muchos sectores sociales distintos. En esa función había concejales del kirchnerismo y la izquierda, grupos anarquistas, representantes locales, organizaciones sociales y políticas de lo más variadas. El documental logró mancomunadamente darle voz a todos los grupos y nos pareció algo extraordinario. En cada función se repite esta situación muy emotiva que la película genera. Sentimos que la película produce eso y que no se agota, es un momento de reflexión y de indignación por lo que se está viendo. Los que vengan el viernes a verla van a entender de que se trata.