Querella argentina por los crímenes del franquismo
Al cumplirse 73 años de la muerte de Lluís Companys, presidente de la Generalitat de Catalunya, el diputado por Barcelona Joan Tardá i Coma se presentó en el juzgado de María Servini de Cubría. Pide que se investigue este caso dentro de los delitos de lesa humanidad.
En su paso por Buenos Aires, Joan Tardá, diputado de Esquerra Republicana de Cataluña participó del programa Memoria para el Futuro, en Radio Nacional AM 870.
¿Podrías contarnos cómo fue el asesinato de Companys que ahora denunciarás ante la justicia argentina?
Se trata de la personalidad de mayor rango elegida democráticamente que fue fusilada en los tiempos de Franco. Fue el presidente de la Esquerra Republicana de Cataluña, y lo más importante es que fue presidente del Catalunya. Una vez finalizada la guerra se refugió en Francia. A pesar de tener el estatuto de refugiado político, fue entregado por las fuerzas francesas a la Gestapo, que a la vez lo entregó a la policía española. Fue trasladado a Madrid, allí fue torturado y al cabo de un par de días fue llevado a Barcelona. Fue objeto de un juicio militar sumarísimo y condenado a muerte. El 15 de octubre de 1940 fue fusilado. Es decir que el fascismo tuvo la voluntad de escarmentar para siempre más a Catalunya fusilando en Barcelona al presidente elegido democráticamente. Además, Companys fue un hombre muy comprometido con la clase trabajadora, había sido durante muchos años abogado laboralista, defensor de los anarcosindicalistas que eran mayoritarios en Catalunya. Un hombre que en 1936 estuvo al frente de todas las acciones para hacer sucumbir el alzamiento nacional de los fascistas. Y que en el año 1939, como miles y miles de catalanes y españoles, tomó el desgraciado camino del exilio. Las fuerzas fascistas lo buscaron y lo encontraron en Francia. Estaba escondido en la Bretaña y la policía española se desplazó expresamente y lo apresó mediante la ayuda de la Gestapo alemana.
En la Argentina hubo un tiempo de impunidad y luego comenzó el camino de memoria, verdad y justicia. Hoy en 2013 en los juicios realizados aquí hubo más de 400 condenas a responsables del terrorismo de Estado. ¿Qué expectativas tienen luego de haberse abierto este juicio por los crímenes del franquismo aquí en la Argentina?
Pues tenemos muchas expectativas. Ustedes saben que venimos de una situación lamentable. Tengan en cuenta que a pesar de los años de dictadura franquista, años de fascismo, cuando se alcanzaron las libertades democráticas el Estado español no hizo como el resto de las democracias que tuvieron un pasado fascista. Es decir, metabolizar el pasado reparando a las víctimas y juzgando a los verdugos. Sino que somos hijos de una ley pre constitucional, la ley de amnistía del 15 de octubre de 1977, antes del Pacto de la Moncloa. La Constitución española se aprobó en 1978. Esta ley de 1977 es pre constitucional, es una ley de punto final. Es una ley absolutamente surrealista, porque equipara verdugos y víctimas. Incluso es peor, es una ley mediante la cual los verdugos perdonan a las víctimas. Esto generó una gran desazón. Pero lo más triste y lamentable es que durante estos 30 años de libertades públicas, a pesar de que la Constitución española asume los valores consagrados por Naciones Unidas en todo aquello que afecta a los derechos humanos, la legislación española ha obviado este reto. Todas las democracias han metabolizado el pasado, pero en el caso del estado español este trabajo no se ha hecho.
En 2006 el gobierno de Rodríguez Zapatero no tenía mayoría absoluta, necesitaba los votos de los republicanos catalanes para formar el gobierno. Le pusimos la condición de que aprobara una ley de la memoria que terminara con este modelo español de extraordinaria impunidad. En 2007 se aprobó esta “ley de la memoria”. Nosotros, a pesar de haberla instigado, no la votamos porque esta ley no reconoce jurídicamente a las víctimas como tales. Además, esta ley vino a decir: los tribunales fascistas eran legales, en consecuencia sus sentencias de muerte también eran legales. Unos años después, a lo máximo que llegó la legislatura española es a declarar ilegítimo los tribunales e ilegítimas las sentencias. Lo cual no es mucho desde el punto de vista jurídico. Así que hemos llegado al 2013 y se mantiene este modelo español de impunidad. Con lo cual nos queda la justicia universal y agradecemos al Estado argentino, para aplicar las leyes universales para hacer aquello que la justicia española no hizo.
Se da la paradoja de que mediante las leyes españolas ha sido posible juzgar a dictadores y torturadores de otros países y, en cambio, la legislación española no permite reparar a las víctimas del franquismo. Ante esta situación surrealista estamos esperanzados y agradecidos con el estado y la sociedad argentina de que hayan abierto una puerta.
Nosotros cumplimos con nuestra obligación de estar en todos los frentes, no solamente por la causa de los catalanes sino para contribuir en la causa a 3 categorías que nos parecen fundamentales combatir en el siglo XXI: los crímenes contra la paz, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad, que ni prescriben ni pueden quedar impunes.
Con tantos años que pasaron, suponemos que ya habrán muerto muchos de los familiares de los fusilados sin conocer la verdad y conseguir justicia…
España es el ejemplo de un modelo de impunidad, estamos enterrando a los hijos de los fusilados en los años ’40 y ’50 sin que se les haya reparado en lo más mínimo. Todavía hoy en día no se los reconocer como víctimas. Hay republicanos catalanes y españoles condecorados por la república francesa porque habían formado parte de las fuerzas que lucharon contra los nazis. Muchos de estos españoles y catalanes tenían el objetivo de acabar con el fascismo en España y siguieron la lucha. Pero hoy día siguen siendo considerados bandoleros. Siempre se pidió que se los considere como combatientes antifascistas. El Valle de los caídos: ese gran mausoleo dedicado al fascismo y uno de los genocidas más terribles del siglo XX en Europa. El caso español es un caso de impunidad.
¿Se puede construir un país sin verdad? Porque no es una sólo una cuestión de desagravio a aquella gente, sino que es cuestión de el papel de la verdad en la construcción de una nación…
Estoy convencido que no metabolizar el pasado lo que hace es relativizar los valores democráticos. Habíamos creído enterrados el nazismo y el fascismo en Nuremberg. Y fuimos muy ingenuos porque hoy un fantasma recorre Europa y no es el fantasma del comunismo: es el fantasma del fascismo. Sólo falta ver qué ocurre en Grecia, hace poco un grupo fascista mató a un cantante muy famoso de hip hop.
La relativización de los valores democráticos conlleva a actitudes autoritarias. Incluso estamos viviendo ahora en España un proceso de banalización del nazismo. El otro día propusimos en el Parlamento español conjuntamente con el Partido Comunista e Izquierda Unida y el Partido Socialista una iniciativa para modificar el código penal y poder perseguir a los grupos nazis que están recuperando fuerzas en el estado español. Lo más triste es que el proyecto salió derrotado. El Partido Popular votó en contra porque dijo que no era momento. Creo que esta crisis económica actúa sobre una sociedad muy burguesa. Y no hay nada peor para la democracia que un burgués asustado. Si no reforzamos los valores democráticos podríamos llegar a cometer errores que dijimos que no volveríamos a cometer.
¿Cuál fue la complicidad eclesiástica?
Todavía la Iglesia Católica española no ha pedido perdón por el franquismo. Parece mentira pero es así. Hoy día en Terragona hubo una beatificación de ciudadanos que murieron en el proceso revolucionario del 1936 -1939. Después de lo que significó el nacional – catolisismo, después de la complicidad extraordinaria de la Iglesia Católica para con los fascistas y de haber bendecido como cruzada el alzamiento fascista, la iglesia católica quizá debería haber movido alguna pieza más. También debo decir que siempre ha existido una iglesia de base que no ha estado de acuerdo con la jerarquía episcopal de la iglesia española que está comandada por un cardenal Rouco Varela, alineado con la ultraderecha. Y así estamos, sociedad del primer mundo pero, si rascas un poco, sale la porquería.
¿Cómo están participando los jóvenes?
Ustedes conocen que surgió un movimiento hace unos meses llamado 15M, el movimiento de los indignados, que puso al descubierto las vergüenzas de esta democracia low cost española. También sirvió para que miles de españoles descubrieran que eran hijos de la clase obrera y no burgueses como estúpidamente se habían creído. Ha ocurrido un fenómeno muy interesante en el Estado español. Nuestros padres, por ejemplo, vivieron con horror los 40 años de fascismo; para ellos el sólo hecho de vivir en democracia, aun cuando fuera esta democracia de baja calidad, ya era el paraíso. Las nuevas generaciones nacieron en democracia, exigen calidad democrática. Ahora el Estado español vive un momento de baja calidad democrática, mucha corrupción, falta de transparencia, poca diligencia e incapacidad para afrontar una crisis económica, que responde a un modelo de especulación, depredación y acumulación de dinero en pocas manos. Y pagar las deudas de los bancos, totalmente ilegítimas.