“Que nuestros cuerpos dejen de circular por la marginalidad y empiecen a circular por el derecho”
Entrevista a Lohana Berkins, activista travesti, fundadora de ALITT (Asociación de lucha por la identidad travesti y transexual)
ANDAR entre leyes
(Agencia)
¿Por qué nos cuesta tanto como sociedad pensar cuál es el lugar de la identidad trans? Sobre todo si leemos en clave de estadísticas, la expectativa de vida que tiene una persona trans no supera los 35 a 40 años. ¿Por qué creés que hay tanta resistencia a comprender y revertir esa realidad?
En primer lugar, cuando se empieza a reclamar (cuando los organismos tradicionales como Madres, Abuelas, Familiares y posteriormente los HIJOS comenzaron a reclamar) las demandas eran en términos políticos. Posteriormente, ha quedado demostrado que no eran las únicas víctimas y por eso la ley reparatoria para los ex presos. Luego, las diferentes distinciones de las violaciones a los derechos humanos y, en este caso, las violaciones a los derechos humanos en la dictadura especialmente a las mujeres no fueron tenidas en cuenta como tales. Lo ha denunciado Miriam Lewin en su último libro que especifica la profundización de determinadas prácticas y vejaciones en las mujeres simplemente por serlo. Luego aparecemos nosotras y, la verdad, nos ha costado mucho que los organismos de derechos humanos entendieran que las violaciones de nuestros derechos eran y son violaciones de derechos humanos. Porque quienes desafiábamos a la heteronorma, a la binariedad, a un sistema androcéntrico e interpelábamos con nuestros cuerpos y presencia a la sociedad y las instituciones fuimos convertidas inmediatamente en una “peligrosidad” que se suponía desestabilizaba al Estado. Por esta razón se nos propiciaron castigos muy duros. Y esto quedó demostrado en los últimos debates.
[pullquote]quienes desafiábamos a la heteronorma e interpelábamos con nuestros cuerpos y presencia a la sociedad y las instituciones fuimos convertidas inmediatamente en una “peligrosidad”[/pullquote]
La gente cree que por una cuestión de cosmética, y porque ahora con este gobierno tenemos resignificación de los derechos humanos, nos comienzan a ver. Y hay que fijarse cómo lo mencionan los medios utilizando el término “privilegio” y no el término restitución de derechos. Porque los edictos policiales están desde el año 1952, por ejemplo, y pensemos todos los años que tuvieron que transcurrir para que se abran los debates, se deroguen leyes represivas y modifiquen las leyes policiales. Reflexionemos y entendamos qué paso, cómo controló el Estado la vida de personas, sobre todo aquellas vidas de las que no quería hacerse cargo y no se las consideró pasibles de ningún derecho, ni siquiera del ejercicio más elemental y cotidiano de la ciudadanía y democracia, como acceder a una educación, vivienda, trabajo.
En los medios se debatió mucho acerca del beneficio para la población trans en detrimento de otros grupos o minorías postergadas del sistema: jubiladxs, niñxs en riesgo. ¿Vos que opinás de estas comparaciones?
Eso habla a las claras de cómo funciona el poder hegemónico y cómo se sostiene: más desde un lugar de monarquía que de Estado. También desde un posicionamiento latinoamericano feudalista donde el presidente o las máximas autoridades eran los que decidían quiénes tenían derechos y privilegios y quiénes no. En cambio, ahora estamos discutiendo no sólo en términos de derechos sino la calidad de los derechos y hay un funcionamiento diferente de la democracia; no se trata entonces de darles a unxs o sacarles a otrxs sino de garantizar el equilibrio, el acceso pleno y el cumplimiento de los derechos para todos y todas. Sin distinciones, sobre todo de clase. Porque analicemos: ¿quiénes son los que cuestionan y salen a decir estas barbaridades? Las clases más pudientes porque temen comenzar a perder sus derechos, que para ellxs son privilegios y que para nosotras son derechos. Porque históricamente son además las mismas voces que se han opuesto a la Asignación Universal por Hijo, a los subsidios a los movimientos sociales, a la equiparación económica de sectores que han sido postergados. Creo que cuando se comienzan a reconocer estos derechos se producen los descalabros.
[pullquote]Las clases más pudientes porque temen comenzar a perder sus derechos, que para ellxs son privilegios y que para nosotras son derechos[/pullquote]
En realidad, porque se perpetúa una cuestión medio fascista de considerar que la que puede hablar y pensar es una clase blanca, titulada, clase mediera, que puede tener estos derechos y el resto nada. Si uno piensa el cotidiano: ¿a quiénes les importan los jubilados realmente y todos esos grupos vulnerados que ellxs usan para justificar sus reacciones? Luego la realidad indica que les importa muy poco cuál es el destino de esas personas, cuánto cobran y si sobreviven las chicas que realizan servicio doméstico, los empleados rurales en condiciones infrahumanas de trabajo, el trabajo infantil, la mano de obra barata extranjera. Y podría seguir enumerando. Eso sí, cuando se posicionan tan fuertemente también -para mí- lo que están diciendo es quién tiene derecho a comer y a vivir y quién no. La idea es que el Estado garantice. Entonces sentémonos todxs democráticamente en la mesa, volvamos a distribuir la riqueza respetando los derechos humanos. A veces pienso que mientras nosotras existamos en el marco de la prostitución, mientras seamos la diversión de los señores feudales, a ellxs les parece bien. Ahora, si nosotras decimos “no queremos más eso, pasemos a otro plano porque nos están dando herramientas para mejorar nuestra calidad y dignidad de vida, acceder a un empleo, a capacitarnos”, ahí el problema es otro.
Este proyecto es reparatorio para un grupo dentro de la población trans del país, pero tiene más que ver con el futuro, con las nuevas generaciones trans.
Sí, estamos discutiendo qué sociedad queremos. Las insospechadas puertas que se abrieron en este momento político es lo que no deja que el debate se vuelva conformista. Logramos haber ganado algunos derechos, ahora vamos por profundizar la calidad del derecho. Acá no estamos discutiendo que nos den algo por darnos, porque además sería indigno. Sería un abuso de poder usar el valor crítico que me diferencia para obtener un beneficio. Pero sí me parece que tenemos que pensar, y hacerlo en términos de justicia, en leyes reparadoras. Acá el daño lo han causado las políticas gubernamentales y el aparato represivo del Estado, y es el mismo Estado el que debe reparar esa cuestión.
El proyecto fue presentado por la diputada nacional Diana Conti del Frente para la Victoria. ¿Cómo fue su recepción en otras fuerzas políticas?
El proyecto se presentó a todas las bancas del Congreso nacional y la verdad que la respuesta fue muy buena. En este momento estamos en la etapa de dar debates, instalarlo. Lamento que la gente haya reaccionado enardecida, producto de la desinformación y tergiversación de la prensa y la superposición de proyectos. Esperamos superar estos escollos y apostamos a que en 2015 el proyecto sea una ley nacional para todxs.
Cuando se nombran con el concepto de víctimas, ¿de qué están hablando?
Si nosotras entráramos técnicamente en un cuadro comparativo, por ejemplo con las consecuencias que manifiestan víctimas de situaciones de guerra, de desplazamiento, de muchísima violencia, nosotras encajamos lamentablemente en esas catalogaciones. La gente se queda con la parte performativa del travestismo. Eso es una nimiedad comparada con el daño que nos ha producido la pérdida de la autoestima, no haber sido escolarizadas a la edad que correspondía, o no haber podido acceder a una educación formal o informal. Fuimos conducidas a que hoy la sociedad piense y tenga una alta tolerancia a esa creencia de que la mayoría de nosotras sólo tenemos que estar para la prostitución. La sociedad no nos ve como fuerza productoras de trabajo. Entonces, se deberían preguntar por qué nunca han sido atendidos por una médica travesti, una maestra travesti, y en su ámbito cotidiano no han visto una compañera travesti demostrando experticias. Esa es la pregunta que se deberían hacer.
[pullquote]La gente se queda con la parte performativa del travestismo[/pullquote]
Nosotras decimos que más de mil compañeras travestis murieron en estos últimos años debido a la violencia ejercida sobre ellas, sosteniendo esa arquitectura histórica que acentúa la discriminación, donde predomina que no te atiendan en el hospital, que no te den trabajo, te violenten físicamente; es una situación muy dura de sobrevivir. No tenemos que perder de vista que el travestismo, la transexualidad, la transgeneridad o como lo queramos llamar se asume entre los 8 y los 9 años. Entonces, hablamos de violaciones de derechos de niñas y niños. Y esos niños y niñas deberían estar al resguardo del Estado, de toda la sociedad porque después, juzgarnos de adultas… la verdad que es fácil. Entonces, pensemos como sociedad qué responsabilidad tenemos. De esto hablamos: de que nuestros cuerpos dejen de circular por esa marginalidad y empiecen a circular por el derecho.