PRESENTAN EL LIBRO DE MAMÁ CULTIVA EN LA CPM “El autocultivo es una herramienta de soberanía sanitaria”
El próximo jueves 19 de septiembre, se presentará en la Comisión Provincial por la Memoria el libro La historia de Mamá Cultiva Argentina. El camino del cannabis terapéutico de Valeria Salech, presidenta de la ONG. Desde ANDAR entrevistamos a la autora para conocer más acerca de la historia de esta organización de madres que lucharon por la sanción de la ley de cannabis medicinal en Argentina que se hizo efectiva en 2017, y que aún están organizadas en la construcción de una soberanía sanitaria.
ANDAR en La Plata
(Andar Agencia) La historia de Mamá Cultiva comienza años atrás, antes de ser una organización, cuando Valeria Saech buscaba un tratamiento para la enfermedad que padece su hijo Emiliano que nació con epilepsia. La medicina tradicional le negó la posibilidad de acceder a una solución para el padecimiento de su hijo. No conforme con esto, Valeria comenzó un camino que la lleva en 2016 a la creación de la ONG Mamá Cultiva, junto con otras madres que se encontraban en la misma situación. Hoy ya suman 30 voluntarios que trabajan para más de 500 personas.
Juntas impulsaron la ley de cannabis medicinal (27.350) en Argentina, en 2017, y cuando eso tuvo sabor a poco, se encargaron de sistematizar y difundir experiencias de cultivo y uso del cannabis para fines terapéuticos. “Saber es poder”, dice Valeria preocupada porque todas las personas que transitan por una situación similar puedan acceder a este conocimiento. “No puede ser que haya Emilianos en el mundo sufriendo y pasándola mal, y Valerias que no sepan que tienen esta posibilidad, porque una cosa es que vos no lo elijas, pero otra muy distinta e injusta es que vos no sepas”, aclara.
A fines de 2018, publicaron el libro La historia de Mamá Cultiva Argentina. El camino del cannabis terapéutico donde se cuenta toda esta experiencia de lucha que supieron construir. El próximo jueves 19 de septiembre, a las 18:00 hs, la obra se presentará en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria, calle 54 N°487 entre 4 y 5. La autora, acompañada por Claudia Pérez, referente de Mamá Cultiva Argentina La Plata, analizará la situación legal del cannabis en Argentina, la lucha por la autonomía sanitaria y el rol de las mujeres cuidadoras en la visibilización de este problema.
Desde ANDAR entrevistamos a Valeria para profundizar acerca de Mamá Cultiva y el uso de cannabis medicinal.
¿De qué se trata este libro?
Es un libro que cuenta el recorrido de una organización que nació a principios de 2016 con un objetivo y que hoy tiene otro, que es mucho más grande y mucho más ambicioso. Si bien es una organización que nació con la única intensión de lograr una ley, al ver las necesidades que hay en la población y la falta de políticas públicas, nos pusimos al hombro una tarea mucho mayor que es tratar de repensar un poco el sistema de salud con una perspectiva de género, comunitaria e inclusiva.
¿Por qué el autocultivo?
Porque no había otra cosa. Cuando una persona tiene un tema de salud que puede mejorar consumiendo cannabis y el país te cierra todas las puertas de acceso a esa terapia, el autocultivo pasa a ser la solución numero uno. Después, nosotras con el ejercicio del autocultivo nos dimos cuenta de que era una herramienta de soberanía sanitaria. Era una herramienta que nos permitía autogestionarnos la salud. Y la verdad que eso es empoderante. También es una herramienta sumamente económica, entonces te resuelve la urgencia con muy poca plata y te empodera, te genera una sensación de poder y de bienestar porque vos estás haciendo algo por vos misma, que a través de la medicina aleopática no se puede. Porque uno en la medicina hegemónica tradicional terceriza la salud y la deja en manos de los médicos y acá estamos ejerciendo autonomía como ciudadanas, ejerciendo un derecho que nunca antes habíamos ejercido. Esto tiene un impacto psicológico muy potente. El autocultivo a nosotras nos salvó. No solamente porque pudimos mejorar las condiciones clínicas de las personas que queremos o de nosotras mismas, sino porque nos permitió gestionarnos la salud desde otro lugar y eso fue muy positivo y nos abrió la mirada y la perspectiva muchísimo.
¿Qué propiedades tiene el cannabis?
La planta tiene un impacto directo en el sistema endocannabinoide, que es un sistema que se conoció en los ‘90 en Israel. Este sistema tiene la propiedad de generar un equilibrio de todo el organismo. Entonces, mejora el estado cognitivo, los ciclos de sueño, el sistema digestivo, el apetito, regula el dolor, es neuroprotector con lo cual hay una cantidad enorme de patologías que entran en estas sintomatologías. Ayuda a controlar los movimientos involuntarios y la coordinación motora. Es una planta que es necesaria en el tratamiento de salud. Acompaña todos los procesos vitales de nuestro organismo con lo cual es importante para todo el mundo. Todos en algún momento vamos a necesitar cannabis.
La cultura occidental nuestra puso la medicina alopática por encima de cualquier terapia. Estamos muy colonizados por esa cultura occidental. En la mayoría de los países el cannabis es la última opción, o si fallan los tratamientos alopáticos. Pero yo estoy convencida de que en algún futuro no muy lejano esto no va a seguir siendo así.
¿Cómo llegás vos al cannabis medicinal?
Por una mamá. La mayoría de nosotras llegamos por una mamá porque los médicos no te lo recomendaban. Un día mirando Facebook me encontré con una publicación de una mamá en Estados Unidos; era un video de una nena de 13 años en medio de una convulsión y la mamá se ponía algo en el dedo, se lo frotaba por la encía y automáticamente cedía la convulsión. No hay medicamento alopático en el mundo que logra hacer eso. Hoy más de la mitad de los Estados Unidos tiene el cannabis medicinal legalizado.
Después, acá busqué ayuda en el movimiento cannábico que tiene más de 10 o 15 años de existencia. Me ayudaron con mucho amor, con mucha dedicación, y con mucha solidaridad, así que rápidamente en menos de 6 meses le estaba dando cannabis a mi hijo y ya nunca más lo dejé.
¿Cómo se fue organizando Mamá Cultiva?
Nace con el único objetivo de constituirnos como sujeto político para ir a pedirle a la clase política un marco legal para una actividad que ya estábamos haciendo. Yo me encontré con otros cultivadores, cultivadoras, incluso médicas, y muchas madres y usuarias de cannabis, y coincidíamos en que era un derecho a la salud que nos estaba negando. El movimiento cannábico en Argentina venía haciendo bastante ruido y estuvieron a punto de lograr una ley en 2012, pero nunca se había militado la legalización de la marihuana con una perspectiva de salud. Entonces, decidimos armar una agrupación: éramos madres que pedíamos para nuestros hijos. Después, en 2017, se sancionó la ley de investigación científica de cannabis medicinal, y como era absolutamente insuficiente, nos transformamos con mucho esfuerzo en una organización que empezó a dar respuesta dada a la falta de políticas públicas por parte del Estado. Ya veníamos haciendo talleres informativos pero le agregamos cursos profesionales. Tenemos una sede desde donde acompañamos a las familias en el proceso de aprender a cultivar, sobre la planta, nuestro organismo. Es de alguna manera una forma de democratizar la información, compartir lo saberes y generar una comunidad de personas que se empoderen. El libro viene en esa línea también, informar para que se sepa y cuando uno sabe accede a une escalón de poder que no tenía.
¿Por qué la ley de cannabis medicinal es insuficiente?
La ley que se sancionó es de investigación médico-científica y no tiene en cuenta ni el autocultivo, ni la cantidad de propiedades que tiene la planta, ni la cantidad de aplicaciones. Se reguló en septiembre de 2017 para una sola patología, que es rarísima, que es la epilepsia refractaria. Hay 15 tipos de epilepsia y una de las menos comunes es esa. Todo es insuficiente e irrespetuoso respecto de la lucha que nosotras dimos en 2016, que estuvimos yendo a los despachos de los diputados, uno por uno durante 6 meses sin descansar ni un solo día, y solo sirvió para que entiendan que era legítimo el reclamo pero no alcanzó para que el gobierno escuche. Este es un gobierno sordo.
¿Por qué hay tanta resistencia de incorporar el cannabis?
Es una planta tan compleja que no puede estandarizarse porque tiene muchas propiedades. Al no poderse estandarizar no se puede vender en farmacias, entonces no es negocio. Mi hijo tomaba cinco medicamentos diferentes y empezó a usar cannabis y ahora toma solamente dos. Uno de los medicamentos que él tomaba de manera crónica, ahora, el frasco, sale 6 mil pesos. Estamos ahorrándole al Estado miles de pesos por mes, pero se está perdiendo en los laboratorios. Es una lucha contra los laboratorios y también pone en jaque un modelo médico que no entra en la lógica del método científico medicinal y occidental.
Por el contrario, la sociedad acompaña porque el reclamo es legítimo. Cuando vos tenés un problema de salud que podés tratar con marihuana, los prejuicios los doblás chiquititos y lo metés en un paquetito y los tirás a la basura. No hay nada más importante que la salud de uno y los que uno quiere.