REPERCUSIONES POR EL DISCURSO DE ODIO EN EL FORO DE DAVOS Padre Pancho Velo: “Creemos en el destino universal de los bienes frente a la primacía del mercado que promueve el presidente”
En diálogo con ANDAR, el cura de la opción por los pobres y miembro de la CPM desde mediados del año pasado reflexionó sobre la arenga presidencial contra las identidades de género y disidencias sexuales, los migrantes, los movimientos de derechos humanos, ecologistas y anticolonialistas, entre otras expresiones políticas y sociales. “Fue a decirle al mundo entero que el mercado es perfecto, que el capital es el generador de las riquezas materiales y que la ‘cultura woke’ intenta subvertir y destruir el orden del capitalismo. Sin embargo, en la vida real y en lo cotidiano son esas expresiones e identidades y las formas de organización comunitarias las que sostienen la vida en las grandes barriadas populares”.
ANDAR en la memoria
(Agencia) El discurso del presidente argentino en el Foro Económico Mundial realizado en Davos, Suiza, continúa generando rechazos, respuestas y análisis respecto a lo que el mandatario encasilló dentro de una “agenda woke” que pretendería empujar al fracaso a la civilización occidental mediante la expansión infinita del estado y la “muerte de la libertad”.
La brutal arenga contra las ideas y principios básicos del humanismo, la democracia y los derechos humanos constituye una nueva y peligrosa escalada verbal que alimenta la violencia y las posturas de odio al mismo tiempo que entroniza la idea de la libertad como derecho individual y por fuera de las relaciones de poder, privilegios y de clase desde la que se ejerce.
En este marco, el cura Miguel “Pancho” Velo, integrante de la CPM y pastor del barrio Libertad del distrito de Merlo, afirmó a ANDAR que “detrás de cierto deslumbramiento ante un discurso colorido y resonante encontramos los efectos de estas políticas: el hambre extendido, situaciones límites en los grados de violencia callejera, desilusión, desesperanzas y creciente desánimo en los trabajadores”.
“Como sociedad atravesamos un profundo malestar en la cultura y en él convivimos cotidianamente. Por eso resulta tan grave el aval presidencial a la violencia y al odio dirigido contra organizaciones sociales, identidades de género, movimientos de derechos humanos, ecologistas y anticolonialistas, entre otros. En definitiva, asistimos a un discurso de violencia y de muerte continuamente amplificado en las apariciones del presidente, y eso genera y replica violencia y muerte en la vida cotidiana”, amplió.
El padre Velo también confrontó la pretendida perfección del mercado y del capitalismo como sistema organizador de la sociedad con la mirada del cristianismo y la doctrina social de la iglesia que “sostiene un talante absolutamente comunitario y liberacionista, y propugna el destino universal de los bienes. Milei parafraseó a Churchill –‘Cuanto más para atrás miremos, más lejos podremos ver hacia adelante’- pero en realidad pretende mantener el statu quo, los privilegios y las desigualdades, o sea, conservar lo establecido más que impulsar el cambio por un futuro mejor”.
Acerca de las críticas a la “cultura woke” –con sentido peyorativo respecto a identidades o movimientos progresistas o de izquierda, y que en realidad alude a la toma de conciencia o despertar frente al racismo y otros tipos de discriminación-, el reconocido cura de la opción por los pobres aseguró que “el presidente busca, precisamente, mantener a la sociedad dormida, confundida, en estado de sueño y sin comprender lo que está pasando”.
En términos similares a los establecidos por Miguel Velo, en los últimos días la pastoral social de la Diócesis de Quilmes difundió un comunicado confrontando con los dichos del mandatario argentino en Davos con los que “pretende desacreditar una historia de lucha por la inclusión social, la integración de las minorías, contra la discriminación y la promoción de derechos como ‘agenda woke’. Algo así como una serie de realidades impuestas autoritariamente a la sociedad occidental por una supuesta ‘izquierda marxista’”.
“Tratar al antirracismo, al feminismo, a la lucha por los derechos de las personas que forman parte de la comunidad LGBTIQ+ como ‘cáncer que hay que extirpar’ en nombre de la libertad o del sentido común, nos parece muy preocupante. No podemos, no debemos, permanecer indiferentes a expresiones de discriminación y violencia sobre minorías. Podemos estar o no de acuerdo con posicionamientos o ideas. Pero no podemos dejar de abrazar y acompañar desde los principios evangélicos a las personas que integran estos colectivos”, ampliaron.
“El mismo Papa Francisco nos invita sinodalmente a construir una Iglesia que sea ‘Casa de Todos’, ‘Hospital de campaña’, donde entran todos y todas, especialmente aquellas personas más sufrientes y marginadas. Llamamos una vez más a reflexión y al diálogo fraterno y democrático, imprescindible para el bien del Pueblo de nuestra Patria”, concluyeron desde la pastoral social de Quilmes.