ÚLTIMAS AUDIENCIAS DEL JUICIO GOROSITO Otra testigo compromete a los policías imputados por torturas y muerte
En una semana marcada por el ataque violento a una de las víctimas y testigo clave del juicio, Daniel Mancini, se desarrolló la anteúltima audiencia del debate oral y público. Frente a los jueces del Tribunal, y como ya había declarado durante el primer juicio, Vanesa Briseño dijo que la noche del 14 de agosto de 2010 vio, en un descampado de Mariano Acosta, a dos personas en móviles policiales que se llevaban a la rastra a un joven, que reconoció como Fabián Gorosito. Cuando terminó su testimonio, Briseño denunció que le armaron una causa y responsabilizó a los imputados de cualquier cosa que pueda pasarle.
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(Agencia Andar) Vanesa Briseño, testigo de la fiscalía y la querella, pidió la palabra antes de declarar y se dirigió a los jueces del Tribunal Oral Criminal 5 de Morón: “El testimonio en esta causa ya me trajo problemas”, dijo. En mayo pasado, en el marco de una investigación por homicidio, Vanesa fue víctima de un allanamiento. “Preparate para un par de años largos” y “Briseño, estás hasta la pija”, le gritaban los policías mientras hacían el operativo. Vanesa estuvo detenida más de un mes y, ahora, estaría pronto a notificarse la falta de mérito.
Frente al tribunal aseguró que se trata de una causa que le armaron como represalia por su testimonio en el primer juicio. Luego contextualizó ese incidente en un marco general: “Desde el 2013, cuando declaré, vengo sufriendo amenazas constantes”. Testigos que piden no mencionar su domicilio o no declarar frente a los imputados, otros que dicen no recordar nada o incluso se desdicen. En esas condiciones, se realizó todo el juicio.
Las situaciones de hostigamiento y amedrentamiento que vienen sufriendo desde el comienzo del segundo juicio los familiares, víctimas, testigos y abogados alcanzaron su punto más violento el sábado a la madrugada cuando cuatro hombres encapuchados ingresaron a los tiros al domicilio de Daniel Mancini, una de las víctimas y testigo clave del juicio. El episodio que denunció Vanesa ante los jueces se suma a esta larga lista de amenazas que buscan consagrar la impunidad de los 11 policías imputados por las torturas de Daniel y José Mancini y Maximiliano Silva, y la muerte de Fabián Gorosito.
Alrededor de la medianoche del 14 de agosto de 2010, Vanesa Briseño, trabajadora sexual, estaba con un cliente en una calle de tierra, rodeada de descampados, y alejada del casco urbano de Mariano Acosta. Desde el interior del auto, comenzaron a escuchar amenazas y gritos de queja. “Veo a dos personas que venían desde el descampado arrastrando a otro hombre corpulento, lo pasan a los empujones por arriba del alambrado”, relató. Y agregó: “Nos alejamos rápido por temor a represalias”, agregó.
Ante las preguntas de las partes, Vanesa dijo que no llegó a ver si los hombres vestían uniforme pero estaba segura que eran policías porque los móviles estaban identificados, tenían sirena. Cuando le pidieron precisiones sobre la persona que era arrastrada, dijo que el joven llevaba un buzo rayado y arriba un chaleco oscuro. Esa descripción concuerda con la ropa con que encontraron el cuerpo sin vida de Fabián Gorosito. “Cuando me enteré por los medios de comunicación del crimen, lo asocié con este hecho que vi y me acerqué a la familia de Fabián”.
Después de su declaración que compromete a los 11 policías imputados en este juicio, Vanesa volvió a pedir la palabra al Tribunal: “Responsabilizó a los imputados de cualquier cosa que pueda sucederme”.
Ahora los jueces del TOC 5 tendrán que evaluar esta declaración junto al testimonio de los tres jóvenes víctimas de torturas y del testigo que vio a Fabián en la comisaría 6ª de Mariano Acosta pocas horas antes de su muerte. Además de la autopsia, los exámenes médicos y las pericias psicológicas.
El próximo lunes será la última audiencia del debate oral y público antes de los alegatos. Se estima que a fin de mes será la sentencia. Mientras tanto los imputados siguen libres y en funciones. Quien no corrió la misma suerte fue el policía Ángel Manuel Sosa condenado, por los mismos hechos que se ventilan en este juicio, a 13 años de prisión.