VALENTINO BLAS CORREAS TENÍA 17 AÑOS Organismos de DDHH repudiaron el crimen de un joven baleado por la policía de Córdoba
En la noche del miércoles 5 de agosto, policías de la provincia de Córdoba dispararon varias veces contra un auto que evadió un retén policial en la avenida Vélez Sarfield de la ciudad capital; en el vehículo paseaban cinco jóvenes amigos, uno de los disparos atravesó la luneta e hirió de muerte a Valentino Blas Correas de 17 años. La Comisión Provincial de la Memoria de Córdoba y espacios de memoria de la provincia expresaron en un comunicado su preocupación por el violento accionar policial que, denuncian, se agudizó en tiempos de pandemia.
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(CPM-EMP de Córdoba) La Comisión Provincial de la Memoria y Espacios de Memoria de la Provincia de Córdoba expresan una vez más su más profunda preocupación por el violento accionar de la policía de la Provincia de Córdoba. Estas prácticas contrarias a derecho lamentablemente parecen haberse agudizado en tiempos de Pandemia, mostrando su rostro más violento, cobrándose esta madrugada la vida del joven Valentino Blas Correas, de 17 años de edad, baleado por la Policía de la Provincia, bajo pretexto de haber evadido un control policial.
En este sentido, expresamos nuestro más absoluto repudio a este accionar represivo, acompañamos el dolor y el reclamos de justicia de la familia del joven asesinado, y una vez más desde esta Comisión, exigimos el pronto esclarecimiento del crimen y la urgente actuación de la justicia sobre los responsables directos, pero también sobre los responsables políticos de este luctuoso hecho.
Desde hace tiempo venimos manifestando que en nuestra provincia se ampara un modo de actuación violento y antidemocrático por parte de la policía, que en muchos casos continúan con una formación y por ende, con prácticas, similares a las utilizadas durante el terrorismo de estado en Argentina, situación inadmisible en un estado de derecho, que reclama la apertura de una urgente agenda de discusión sobre seguridad democrática en nuestra Provincia.
Es perentorio que nuestros gobernantes pongan coto al avance del estado policial por sobre el estado de derecho, haciendo llegar a la Policía de la Provincia, y a los responsables de la seguridad de los habitantes, un mensaje claro y contundente. La seguridad debe darse en el marco del más absoluto respeto por los derechos humanos, sin estigmatizaciones, ni criminalización de la pobreza, de la juventud o de la protesta social. La seguridad sin derechos no es seguridad.