SUSPENDEN EL JUICIO POR PABLO ALCORTA “No iba a permitir que la justicia se ensañe conmigo y mi familia”
La familia de Pablo Alcorta le había solicitado al Tribunal Oral Criminal 5 de Morón que suspenda el juicio hasta tanto se completara una medida de prueba pedida por sus abogados. A pocos días del inicio del juicio, que iba a ser el próximo 9 de diciembre, los jueces escucharon el reclamo de la familia y suspendieron las audiencias. Emilia Vasallo asegura que fue producto de la lucha permanente, que la familia no tuvo las mismas condiciones para litigar y que todo “estaba preparado para atacar a mi hijo y mi familia”.
ANDAR en Morón
(Agencia Andar) “No iba a ser parte de este juicio. Era una decisión que había tomado, no iba a dejar que se ensañen ni verdugueen a mi familia y a mi hijo. Era un juicio donde sólo buscaban cargar la culpa de todo en mi hijo y yo no iba a permitir”, sostiene Emilia Vasallo, mamá de Pablo Alcorta.
El 18 mayo de 2013, a la altura del peaje Vergara de Morón, el sargento de la policía bonaerense Diego Tolaba disparó contra Pablo Alcorta y un compañero que viajaban en moto. El disparo dio en la cabeza de Pablo que murió el 6 de diciembre, luego de siete meses de agonía.
Desde el primer momento, la familia de Pablo, con el patrocinio de los abogados de la Gremial, cuestionaron la instrucción judicial y denunciaron que todas las medidas de prueba habían sido dirigidas para avalar la versión policial. El sargento Tolaba fue incluso absuelto en tres oportunidades y la Cámara de Apelaciones de Morón ordenó en dos oportunidades seguir investigando.
Ante la proximidad del juicio, que estaba previsto realizarse el 9 y 11 de diciembre, los abogados de la familia de Pablo habían solicitado en más de una oportunidad que se suspenden las audiencias porque había medidas de prueba solicitadas por la parte acusadora que no se habían realizado; la más importante era la pericia planimétrica. “Una y otra vez, sin ningún motivo, el Tribunal nos había dicho que no”.
En el último recurso presentado, los abogados de la Gremial volvieron a remarcar la importancia de esta prueba y alegaron -como ya lo había reconocido la Cámara de Apelaciones- que seguía sin garantizarse el principio de igualdad para litigar. En esta oportunidad, además, el pedido de aplazamiento de las audiencias también fue acompañado por el Ministerio Público Fiscal.
“La planimetría es importante porque con esa medida de prueba podemos saber a qué distancia disparó Tolaba, cuál fue la trayectoria de la bala. Y lo importante es que el resultado de esa pericia se podrá confrontar con las declaraciones de los testigos del peaje, que son compañeros de Tolaba y declararon todos a su favor”, explica Vasallo.
Para Emilia, la decisión del Tribunal de suspender el juicio fue resultado de la lucha: “Ellos sabían de la multitudinaria movilización que iba a haber frente a los tribunales, sabían lo difícil que iba a ser contrarrestar ese reclamo afuera de la sala y también sabían, supongo, que no iba a exponerme a ese juicio y seguiría en la calle con la militancia, que es la única lucha que sirve”.
En la resolución del TOC 5 de Morón, suspendió el juicio para abril del próximo año y lo supeditó a la realización de las medidas de pruebas solicitadas: la planimetría y la pericia de la historia clínica.
A pesar de celebrar este logro, las irregularidades en la investigación no le permiten confiar mucho en la justicia. “A medida que va pasando el tiempo, y ya llevamos seis años, una no deja de luchar pero se va dando cuenta cómo funciona la justicia”, dice. Y agrega: “Esta decisión no me renuevan la esperanza en la justicia, pero sí quería demostrar que las cosas se consiguen con la lucha y con ser consecuente con lo que uno dice y hace”.
Diego Tolaba está imputado por homicidio simple, un delito con una expectativa de pena que va de los 8 a los 25 años. Durante los seis años de instrucción judicial, el sargento de la Bonaerense nunca estuvo detenido; incluso, poco después del hecho, fue ascendido, y después trasladado a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
“Si logramos condenar a Tolaba, por lo menos no andará en la calle, como muchos otros”, cierra Emilia Vasallo.