No existen políticas neutras sino solamente ciegas al género
Desde ANDAR conversamos con las compañeras, referentes y luchadoras, que integran la CPM y compartimos sus voces en esta producción especial de la Agencia en el día de la NO violencia contra las mujeres. NI UNA MENOS. VIVAS NOS QUEREMOS!
ANDAR contra la violencia machista
Elisa Carca senadora provincial y vicepresidenta de la CPM
“Los datos de la ONU indican que una de cada tres mujeres y niñas experimentaron violencia a lo largo de su vida. Todos los días nos despertamos con una nueva noticia de un femicidio: niñas, jóvenes y mujeres que tenían una vida por delante cuyos colores fueron arrebatados.
En Argentina hay un femicidio cada 30 horas, pero a cada hora observamos la humillación de la mujer de diferentes formas. La violación y la muerte son la punta del iceberg, hay toda una base que reproduce la disminución de nuestro género: la publicidad sexista, el humor sexista, el lenguaje sexista y otras no tan sutiles como la desvalorización, la humillación, el grito y la insolencia.
¿Cómo evitarlo? Considero que las políticas públicas son la respuesta. El abordaje de la violencia de género a través de las políticas públicas tendrá que ser un norte seguro para nosotras y las futuras generaciones. Venimos -a mi entender- de una legislación precaria, y a futuro siempre deberemos revisarla y observarla como insuficiente pues no existen políticas neutras sino solamente ciegas al género.
La ausencia de ciertas políticas indica, muchas veces, que el Estado no se está haciendo cargo de las desigualdades de género existentes, lo que se manifiesta en distintos sectores de la vida social. Por ejemplo, la ausencia de políticas que instalen contenidos no sexistas en el sistema educativo, sin abordar allí la reproducción de construcciones culturales que atentan contra la igualdad de género. En este sentido, el orden social, el funcionamiento jurídico, institucional, políticas y programas pueden contribuir a una mayor igualdad o mantener y hasta profundizar las desigualdades.
La violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia global; no es natural: es una construcción social, lo que significa que puede ser modificada. Hemos avanzado en la igualdad de género, desde el sufragio femenino hace 65 años hasta la ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, donde se define la violencia hacia la mujer no sólo como física sino también como psicológica, sexual, económica, patrimonial y simbólica. Este marco legal señala el problema, pero no alcanza.
El Estado tiene el deber de protegernos concientizando sobre la igualdad de género para prevenir la violencia, castigando a sus perpetradores y brindando asistencia rápida y eficiente a las víctimas. Pero, por sobre todas las cosas, estableciendo políticas activas a fin de compensar las desventajas estructurales. Las mujeres somos humanas, los derechos humanos también rigen para nosotras.”