ENTREVISTA A DANIEL ARZOLA #nosoytuchiste “Nada muestra más que el arte que somos distintos”
Daniel Arzola es un “artivista” venezolano -como se nombra a sí mismo-. Tiene 25 años y su obra ya fue traducida a tres idiomas, elegida por Madonna como parte de su campaña Art for freedom y compartida más de 6 millones de veces en las redes sociales. No soy tu Chiste es la primera campaña viral desde Venezuela hacia el mundo e intenta desarticular a los discursos homofóbicos presentes en la sociedad. La campaña todavía sigue rodando por las redes; si alguien quiere sumarse puede hacerlo compartiendo las ilustraciones con el hashtag #nosoytuchiste o la versión internacional #imnotajoke. Forma parte de la Muestra L*SOTR*S que se inaugura el próximo jueves 16 de octubre en el Museo de Arte de la CPM.
ANDAR en el arte
(Agencia) No soy tu chiste o I’m not a Joke -su versión internacional- es una campaña virtual compuesta por 57 afiches que señalan y responden a las declaraciones homofóbicas presentes a lo largo y ancho del globo. Los dibujos de Daniel Arzola han sido compartidos en más de 30 países, incluso en algunos Estados que prohíben y sancionan este tipo de prácticas. El arte y las redes sociales parecen haberse juntado en este nuevo siglo para buscar una táctica que dé respuesta a las censuras sistematizadas en los poderes represivos y sostenidas en los discursos del sentido común. Arzola identificó que en el mundo virtual existía la posibilidad de permanencia, de reproducción, de lo “imborrable/imparable” que le permitía mostrarle al mundo que su condición de “distinto” no lo hacía más ni menos que nadie y que no hay nada más “normal” que aceptar las diferencias ya que “ni siquiera somos iguales a nuestros hermanos o a nuestro padres, y nosotros venimos de ellos”.
¿Cómo surge No soy tu chiste?
Las expresiones siempre surgen de una necesidad. En mi caso era porque en Venezuela no existe ningún tipo de medio respetuoso con referencia a la sexo-diversidad. Siempre la televisión muestra a los personajes homosexuales como una burla, como un payaso, como un bufón. Invisibilizan a los y las trans y siempre tratan a las lesbianas como si fueran una fantasía del hombre heterosexual. En Venezuela está muy presente la burla ante la sexualidad. Digamos que yo tuve una adolescencia bastante marcada por acoso y todo eso, y me di cuenta de que yo logré sobrevivir a eso, y me di cuenta de que hay gente que no tiene la misma suerte, la misma fuerza. En mi ciudad un chico de 18 años fue quemado vivo por ser homosexual. Esto ocurrió en el año 2012 en Maracay, el lugar del que soy. Le tiraron gasolina y lo prendieron fuego. Casi ningún medio en Venezuela mostró eso. Yo me enteré de boca en boca porque casi ningún medio se atrevió a cubrirlo. Entonces prendía la televisión y seguía viendo la burla, y también veía a algunas personas en la calle burlándose, ante eso surge No soy tu chiste. Yo denomino lo que hago “artivismo”, yo creo que soy “artivista”, porque yo uso arte por derechos humanos. Y ese fue el inicio.
¿Por qué de este “artivismo” surge la idea de un afiche?
Cuando yo era pequeño solía dibujar más de lo que hablaba. Cuando tenía 15 años una vez me rompieron todos mis dibujos en un ataque, tuve un bloqueo creativo y me pase más de 6 años sin dibujar. Cuando sentí la necesidad de romper ese bloqueo, fue el primer afiche de No soy tu chiste. Yo necesitaba que si hacía algo no lo pudieran destruir. Entonces se me ocurrió dibujarlo en la computadora, porque si alguien lo destruye yo puedo imprimir otro y otro y otro, lo que me permita el bolsillo. Fue una manera de conservar el trabajo y difundir el mensaje. Todos son experimentos. Yo me planteo una estructura: voy a trabajar con unas ilustraciones, con tantos temas, y fue completamente experimental. Que el resultado haya sido completamente maravilloso fue increíble.
¿Cuál fue ese primer dibujo?
El primer dibujo de No soy tu chiste fue: nadie tiene derecho a lastimarte por ser diferente. Es un hombre con la mitad de la cara azul y la mitad de la cara rosada. Porque el ser humano no es enteramente masculino, no es enteramente femenino.
¿Cuál es la filosofía de No soy tu chiste?
Romper con un estado en el que somos todos iguales. Siempre escuchaba que todos somos iguales y yo no me sentía identificado con eso. Yo siempre pensé que todos somos distintos y precisamente eso es lo que nos hace valiosos. Que cada una de las personas tenga su universo interno. Ni siquiera somos iguales a nuestros hermanos o nuestros padres, y nosotros venimos de ellos. Entonces no soy tu chiste fue decir: todos somos diferentes pero yo tengo el derecho a ser tratado igual.
Este discurso de que somos todos iguales es precedente en el arte también…
Sí, claro. Yo doy cátedra sobre artivismo y es algo que estoy subrayando… porque no hay nada que muestre más que somos distintos, cada persona a la otra, que el arte. En las conferencias que doy sobre artivismo mando a la gente que dibuje un mismo objeto y todos lo dibujamos distinto. Primero pienso en la versión del individuo para armar una versión colectiva que todos tengamos voz.
¿Lo que querés decir es que nuestra diferencia no anularía nuestra capacidad de respeto y el acceso a nuestros derechos?
Exacto. Yo creo que la diversidad es el respeto a las diferencias. No la obligación. Yo siempre digo, prefiero una sociedad que me respete por mis diferencias y no una que me obligue a ser igual.
Esta muestra se llevó a diferentes países de Latinoamérica y también a Europa…. ¿Cómo pensás que está el mundo respecto de la diversidad sexual?
Yo creo que el mundo está cambiando y que hay una generación que está reclamando sus derechos. Yo vengo de un país donde no podría tomarme de la mano con un chico porque eso pondría nuestra integridad física y psicológica en peligro. En Venezuela hay una situación bastante difícil porque si bien la Constitución dice que las personas tienen derecho al respeto por su integridad sexual y racial, etc., no se pone en práctica. Por ejemplo, los políticos cuando quieren insultar a otro, utilizan la homosexualidad como una ofensa. En cadena nacional lo puedes ver. Hay un mensaje ahí que se está dando. Si yo comparo esta realidad, yo llegue aquí y se armó todo el asunto de Lanata con Flor de la V. Acá ellos responden y dicen: sabes, no deberías hacer esto. En Venezuela eso no ocurre. Se naturaliza, es natural, es homofóbico. Los activistas LGTB en Venezuela combatimos contra esto. Algunos son menos críticos, justifican que utilicen la homofobia como un lenguaje común. Yo no lo justifico. Yo creo que todos los sistemas tienen que estar abiertos a la crítica. Cuando se deja de criticar deja de ser sistema funcional y se convierte ya en algún tipo de violencia.
¿En esta propuesta de arte diverso hay algún cambio? ¿Cambia el contenido? ¿Cambian las formas?
El artivismo lo que tiene es inclusión social; darte cuenta que el arte es un método de acción no violento y puedes utilizarlo para empezar a cambiar tu entorno. Yo tuve resultados con No soy tu chiste que en Venezuela no existía nada para combatir la homofobia a nivel ideológico, y de repente la gente empezó a responder con el #nosoytuchiste a cualquier declaración homofóbica.
En Venezuela, ¿cómo fue la intervención inicial con No soy tu chiste?
En internet. No soy tu chiste es la primera campaña viral de Venezuela. Empezó el 23 de enero del año 2003. Se compartió más de un millón de veces al menos en 30 países en aquel momento. Hasta la fecha lleva compartida más de 6 millones de veces. Empezó desde mi habitación en Facebook, en Twitter y en Tumblr y la gente empezó a compartir, compartir, compartir. Entonces gente de muchas partes del mundo -incluyendo a EEUU y Portugal-, me escribieron y me dijeron queremos hacer esto en nuestro idioma, te podemos ayudar con la traducción. Entonces saqué la campaña en inglés I’m not a joke que fue la que compartió Madonna, y saqué la versión en portugués Não sou uma piada. Luego de esto fue tanta la gente que compartió que me empezaron a contactar de museos. El primer museo que se atrevió a exponerlo en Venezuela fue el Centro Cultural Chacao que precisamente es uno de los centros más reconocidos de Caracas, ahorita. De hecho cuando se montó la exposición hubo gente que se quejó porque le pareció que el trabajo era vulgar por hablar de sexualidad. Pero nunca permitieron que lo bajaran. Entonces ahí empezó la primera exposición y tuvo un impacto.
Y ahora vas a exponer en la Argentina, en la ciudad de La Plata, en le Museo de la Comisión Provincial por la Memoria…
Yo nunca había salido de Venezuela en mi vida y este año he viajado a muchas partes. Impresionante, todavía hay cosas que no asimilo. Todavía no siento que he llegado a Argentina, aunque me vine a vivir acá. Siento que me estoy remodelando por dentro.
Creo que L*SOTR*S es una viva muestra de que los pensamientos sean semejantes o no, pueden convivir allí. Cada persona va a colgar una muestra física de su pensamiento individual junto con otros. Así, la opción de lo distinto puede conformarse como un colectivo.
En la Muestra L*SOTR*S exhibe también sus fotografías Juan Pablo Bort. Leer entrevista