LESA HUMANIDAD Monte Peloni: el recuerdo del recuerdo
Durante la audiencia del 5 de abril el Tribunal decidió la proyección de los testimonios brindados durante el juicio Monte Peloni I. Los mismos estuvieron vinculados a los casos de los matrimonios Gutiérrez- Ledesma, Gutiérrez- Elizari y de Jorge Oscar Fernández y Osvaldo Roberto Fernández.
ANDAR en los juicios
(Leandro Lora / Agencia Comunica y Radio Universidad-UNICEN) Hasta el mismo momento del comienzo de la audiencia del jueves 5 de abril vinculada al juicio Monte Peloni II, las partes intervinientes desconocían cómo se iba a desarrollar la misma dado que no había ni testigos citados, ni información alguna que orientara lo que iba a ocurrir. Finalmente, cerca de las 10.50 hs, el presidente del Tribunal, el Dr. Ruiz Paz, comunicó una resolución en la que se dio lugar a un pedido de la fiscalía que había solicitado la reproducción de los testimonios filmados durante el juicio del 2014. La representante del Ministerio Público Fiscal había hecho esta solicitud para contemplar a aquellas personas que, por motivos de salud, no estaban en condiciones de brindar declaración testimonial en esta oportunidad. Sin embargo, el Tribunal habilitó la reproducción de los videos de todos los testimonios realizados durante el 2014 en la primera parte del juicio desarrollado en el campus universitario de la UNICEN (sede Olavarría). No obstante, el mecanismo contempla que, en caso de ser necesario, se pueda citar a las personas cuyos testimonios se requiera que sean ampliados.
En esta jornada estuvieron presentes el Dr. Juan Manuel Portela, en representación del Ministerio Público Fiscal, por la Secretaría de DDHH de la Pcia. de Bs As el Dr. Manuel Marañón, y por la APDH el Dr. Guillermo Torremare. Por su parte, estuvieron presentes seis abogados de la defensa.
El primer testimonio que se reprodujo fue el de Laura Viviana Nichea, hija de Araceli Gutiérrez. Allí se relató la infancia que vivió con sus tíos, sin la presencia de sus padres y las dificultades que esto trajo aparejadas. Fue un testimonio breve, duró apenas 10 minutos pero pudo comenzar a recordarse parte del juicio Monte Peloni I en Olavarría. Sin posibilidad de realizar algún tipo de pregunta o intervención, los testimonios fueron reproduciéndose un atrás del otro a pedido del presidente del Tribunal.
El segundo testimonio fue el de Néstor Elizari. Allí relató su secuestro junto a su pareja, Araceli Gutiérrez; el traslado a la Brigada de Investigaciones de Las Flores, momento que recordaba muy poco; y luego su cautiverio en el CCD Monte Peloni. El testimonio de Elizari dio cuenta de las personas que estuvieron secuestradas con él y cómo esto lo afectó física, psicológica y laboralmente. “Nunca más tuve un empleo fijo”, subrayó.
El tercer video en reproducirse fue el de Manuela Cecilia Elizari. Al momento del secuestro de sus padres, Manuela tenía 2 años y medio y relató las dificultades de su infancia, en la que vivió con sus tíos, y la repercusión que esto tuvo a lo largo de su vida. “Cuando mis padres salen, son otras personas”, señaló.
El cuarto testimonio fue el de Eugenio Elizari, hermano de Néstor Elizari. Allí relató cómo se enteró del secuestro de su hermano y cómo fue que se hizo cargo de sus sobrinos sin tener demasiada información de lo que sucedía. “El comentario era que los militares se los habían llevado”, dijo. También mencionó que en una oportunidad Ignacio Verdura, a cargo del Regimiento, lo llamó para notificarlo que ellos tenían a su hermano y que le iban a avisar sobre lo que iban a hacer. “Nunca me llamaron”, agregó.
Finalmente, el quinto video, que se reprodujo antes del cuarto intermedio, fue el de María Haydée Esnal Durruty quien, durante 1977, trabajaba como enfermera en el Hospital Municipal de Cacharí y presenció la llegada de tres personas vestidas de traje que llevaron una beba y la dejaron allí por unos días. “Llamaron a la puerta, entraron y me pidieron si había una salita con cama o camilla. Les dije que sí y ellos depositaron algo ahí, no sé qué era…”. Durruty relató que una vez que las personas se fueron quiso saber qué era y se encontró con una beba. Ante esto dio aviso a las autoridades del hospital. Luego de unos días retiraron a la beba y no la vio ni supo más acerca de ella. La beba era Natalia Ledesma, hija recién nacida del matrimonio Gutiérrez-Ledesma.
“Me guía el afán de justicia, nada más”
Con esta frase comenzó, luego de un cuarto intermedio, alrededor de las 12:50hs, la reproducción del testimonio de Osvaldo Roberto Fernández. Este testimonio fue extenso y bastante detallado. Duró más de una hora y en él relató su secuestro durante la madrugada del 16 de septiembre de 1977; su cautiverio en la Brigada de Investigaciones de Las Flores y en Monte Peloni junto a su hermano Jorge Oscar Fernández; el Consejo de Guerra que le realizaron; y finalmente su liberación y posterior actividad. El testimonio de Fernández reflejó la brutalidad de los secuestros y el cautiverio, describiendo las distintas modalidades de tortura implementadas. “Reconocimos tres tipos de guardia: una blanda, una media, y otra durísima”. En este relato, Osvaldo dijo reconocer la voz de Walter Jorge Grosse y la asoció a las guardias duras. Incluso llegó a describirlo como “el gran interrogador”. A Grosse no pudo verlo en el CCD Monte Peloni pero Fernández reconoció su voz cuando participó en una manifestación en favor de la dictadura, donde el militar, ya retirado, discutía con un periodista del programa “Punto Doc”.
El testimonio tuvo sus momentos descriptivos pero también aquellos cargados de emoción y reflexión. “El daño es irreparable. Perdí a un hermano, perdí a un amigo…”, dijo en un momento, refiriéndose a Jorge Oscar Fernández y a Alfredo Maccarini. Finalizada la reproducción del video, la defensa le solicitó al tribunal la posibilidad de citar al testigo para que pueda ampliar su testimonio en torno a la situación en la que Fernández dice reconocer la voz de Grosse. El Tribunal aceptó el pedido y se comprometió a dar respuesta lo antes posible.
La jornada terminó pasadas las 14 hs. Fue novedoso para este juicio encontrarse con la reproducción de testimonios ya realizados. Durante la misma, se pudo traer a la memoria aquellos días de 2014 en Olavarría. Se pudo ver rostros y voces reconocidas y recuperar historias que aún pelean por justicia. El juicio Monte Peloni, con sus dos partes, significa verdad, justicia y memoria. No solo por lo que se denuncia sino también por lo que se pudo ver durante la jornada desde Mar del Plata y en pantallas: eso que podría ser el recuerdo del recuerdo.