LUEGO DE 23 AÑOS, AVANZA LA CAUSA PENAL CONTRA EL EXMAGISTRADO Mirna Gómez declaró contra el destituido juez Amílcar Vara
ANDAR en La Plata
(Agencia) “Han sido muchos años de lucha, de búsqueda incesante de datos y testimonios, y de rondas interminables por lo que pasó a ser dramáticamente algo así como mi segunda casa, los pasillos de tribunales”, afirmó a ANDAR Mirna Gómez, pareja y compañera de Andrés Núñez, secuestrado de su casa de Villa Elvira el 28 de septiembre de 1990 por cuatro policías que lo llevaron a la Brigada de Investigaciones de La Plata donde lo torturaron hasta su muerte.
Las palabras de Mirna fueron dichas, no con resignación, sino con una ligera mueca de bienestar esperanzado luego de tantos años de impunidad en torno a uno de los casos más paradigmáticos de violencia policial, connivencia y complicidad judicial y corrupción estructural del orden punitivo bonaerense, ocurridos desde el retorno democrático.
Las circunstancias de tales palabras fueron, una vez más, en pasillos judiciales. El miércoles 18 de septiembre, esta vez en la Unidad Funcional de instrucción y Juicio n° 8 de La Plata a cargo del Fiscal Jorge Paolini, la compañera de Andrés Núñez se presentó a declarar en el marco de la investigación sobre la actuación del exmagistrado Amílcar Vara (Ver declaración completa en formato PDF al final de la nota).
El exjuez fue destituido a finales de los 90 por haber sido hallado culpable de encubrimiento, prevaricato, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público en 27 causas judiciales a su cargo, entre ellas las de Andrés Núñez y Miguel Bru, el estudiante de Periodismo secuestrado, torturado y desaparecido en 1993.
[pullquote]»Cuando estaban torturando a Andrés en la Brigada de Investigación, Vara se encontraba en el lugar comiendo y tomando con los policías»[/pullquote]
La declaración de Mirna Gómez es la primera de una serie de decenas de testimonios que se espera incorporar a la investigación y que incluye a efectivos policiales condenados.
Acompañada por el abogado Ernesto Julián Ferreyra, uno de los defensores oficiales designados para su patrocinio, Mirna declaró que la ya fallecida madre de Andrés Núñez supo, por intermedio de una mujer llamada Norma Ordaz y su hijo David Guevara, que el exjuez Vara había presenciado las torturas y la muerte de Andrés en la sede de la Brigada de investigaciones de La Plata.
Asimismo, de acuerdo al texto de la declaración de Mirna Gómez, su anterior abogada Elba Témpera le había dicho a ella y a Rosa Schönfeld de Bru “que cuando estaban torturando a Andrés en la Brigada de Investigación, Vara se encontraba en el lugar comiendo y tomando con los policías (…) Esta abogada fue amenazada por el mismo juez Vara mientras intervenía en la causa”.
[pullquote]A días de la desaparición de Núñez, el juez Amílcar Vara le dijo a Mirna Gómez: ‘Señora, quédese tranquila que su marido debe estar viajando'[/pullquote]
Ante el fiscal Paolini, Mirna Gómez reiteró que, cuatro días después de la desaparición de su pareja, un policía de la Comisaría 8° de La Plata le informó que Andrés se hallaba alojado en la Brigada. Al llegar allí, la mujer se encontró con una persona que intentó calmarla: “Señora, quédese tranquila que su marido debe estar viajando”.
Días después, al ver nuevamente a esa persona en el juzgado que tramitaba la causa por la desaparición de Andrés Núñez, Mirna Gómez supo quién había intentado tranquilizarla en la Brigada: el propio juez Amílcar Vara.
Más adelante, la declaración de Gómez registra el nombre de Alicia Visconti, esposa de Daniel Ramos –uno de los condenados en el juicio por la muerte de Andrés Núñez-.
[pullquote]Se espera que se realice, en los próximos días, una nueva audiencia con la presencia de dos testigos clave, Norma Ordaz y su hijo David Guevara, para el avance de la causa[/pullquote]
Visconti habría dicho “que el juez Vara y los policías de la Brigada se entregaban dinero entre sí para encubrir la causa de la muerte de Andrés Núñez y otras causas como la de Miguel Bru. Que esto también lo dijo el acusado Alfredo González en el juicio oral”.
“Que también de la causa de las amenazas a Elba Témpera que la dicente leyó surge que el exjuez Vara le habría pagado a policías de la Brigada para matar a esta abogada. Que esto salió también en los diarios. Que Vara intervino en la causa de la desaparición de Andrés Núñez hasta que fue destituido por el año 1997”, continúa el texto de la declaración de Gómez.
Acerca del segundo juez a cargo de la causa por Núñez, el magistrado Ricardo Szelagowski, afirmó que también con él “la causa se siguió encubriendo porque en una oportunidad vio a la señora de Ponce (uno de los policías acusados y que permaneció prófugo durante 20 años) que iba a retirar o cobrar un sobre del juzgado mientras Ponce se encontraba prófugo”.
Asimismo, Mirna Gómez dijo al fiscal que, luego de que Ponce fuera recientemente detenido en Neuquén, el imputado también “declaró en sede judicial sobre todas las vinculaciones entre la Brigada y Amílcar Vara y la responsabilidad que este último tenía en la desaparición de Andrés”.
Los datos aportados a la investigación contra el exjuez Vara expresan la absoluta discrecionalidad del magistrado: en su momento, le negaron la posibilidad a Mirna Gómez de hacer un reconocimiento en rueda de personas y, en vez de eso, le mostraron algunas fotografías de efectivos de la Brigada entre las que faltaban más de quince identidades.
[pullquote]Mirna Gómez: “La justicia por el caso de Andrés no está concluida, pero está más cerca”[/pullquote]
La audiencia testimonial ante el fiscal Paolini duró aproximadamente una hora y en la misma debían presentarse a declarar otros dos testigos solicitados por los defensores patrocinantes de Mirna Gómez: Norma Ordaz y su hijo David Guevara. Sus ausencias se debieron a que no fueron localizados por la fiscalía por lo que se espera que se realice, en los próximos días, una nueva audiencia con la presencia de esos testigos clave para el avance de la causa.
“¿No me habré olvidado de nada? ¿En cualquier caso se puede ampliar, no?”, preguntó Mirna a su defensor oficial Ernesto Ferreyra mientras salían de la fiscalía. El paso del tiempo y la demora judicial no han producido en ella la mella frustrante de la desidia corporativa. Su ímpetu es el mismo que el de hace 23 años, cuando el 28 de septiembre de 1990 secuestraron a su compañero.
Luego del diálogo con ANDAR, se despidió invitando a participar de la jornada conmemorativa que ella organiza por el nuevo aniversario del crimen. “La justicia por el caso de Andrés no está concluida, pero está más cerca”, dijo nuevamente con esa ligera mueca y con la firmeza y prudencia de alguien que conoce desde adentro los enredos del Poder Judicial.