LA CPM APELÓ LA FALTA DE MÉRITO DICTADA PARA LOS DOS IMPUTADOS Masacre de Monte: Gutiérrez y Righero sabían lo que pasó y lo ocultaron
La noche de la masacre de Monte, Juan Manuel Gutiérrez y Cristian Righero iban a bordo del tercer patrullero que acudió al llamado por la persecución del Fiat Spazio, y fueron de los primeros en llegar al lugar donde se produjo el impacto entre el auto y el acoplado. Las pruebas que constan en la causa hacen imposible pensar que Gutiérrez y Righero no supieran qué había pasado. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) apeló la decisión del juez de Garantías de La Plata Eduardo Silva Pelossi que dictó la falta de mérito y ordenó libertad de los dos policías que, no obstante, siguen sujetos a proceso.
ANDAR en Monte
(Agencia Andar) La semana pasada el juez de Garantías de La Plata, Eduardo Silva Pelossi, dictó la prisión preventiva para once de los trece imputados por la masacre de Monte y determinó la falta de mérito y ordenó la libertad de los policías Juan Manuel Gutiérrez y Cristian Righero. Según el juez, las pruebas recogidas hasta este momento en el expediente no permitían acreditar la participación de estos dos imputados en el encubrimiento.
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), como patrocinante de las familias de Danilo Sansone y Camila López, apeló esta decisión del juez y pidió que se revoque la falta de mérito y ordene la prisión preventiva de Gutiérrez y Righero. Para la CPM, los dos imputados sabían desde el primer momento que sus compañeros de fuerza habían perseguido a los tiros al Fiat Spazio y luego participaron de las acciones de encubrimiento para ocultar el delito.
En la presentación ante la Cámara de Apelaciones de La Plata, la CPM destacó que, en la madrugada de la masacre, el móvil de Gutiérrez y Righero asistió al llamado de los otros móviles policiales que participaron de la persecución. Al momento del impacto entre el Fiat Spazio y el acoplado estacionado en la colectora 9 de Julio, el patrullero de Gutiérrez y Righero estaba a unas 15 cuadras y ellos dos fueron de los primeros en llegar al lugar del choque.
Según consta en el expediente judicial, varios testigos que estuvieron en la escena del crimen desde el primer momento comentaron que habían escuchado disparos y esto también fue comentado por los mismos policías que participaron de la persecución.
Luego del hecho, Gutiérrez y Righero, junto a Monreal —uno de los imputados por homicidio agravado y autor del disparo que hirió a Gonzalo—, se quedaron según sus propias declaraciones “preservando el lugar”. Entre el momento del choque y la intervención de los peritos y la Ayudantía Fiscal de Monte pasaron más de dos horas, para la CPM resulta improbable que en todo ese tiempo Monreal no les haya comentado lo acontecido o, al menos, que no hayan recibido información sobre lo ocurrido y las irregularidades que se cometieron en esos primeros instantes para ocultar la conducta homicida de los policías.
Righero, además, firma el acta de procedimiento que se labró esa madruga. En su declaración reconoció que, alrededor de las 9 de la mañana, cuando llegó a la dependencia policial tras terminar su guardia, firmó el acta pero que “sólo había leído detenidamente su parte”. Esta excusa también resulta inadmisible para un funcionario público que, además, sabe la importancia de ese instrumento para la reconstrucción de la verdad.
El silencio cómplice de esa madrugada se extendió mucho más: tanto Gutiérrez como Righero fueron aprehendidos tres días después de los hechos. Durante esos tres días, ninguno de los dos se puso a disposición de la justicia ni colaboró con la investigación aportando lo que sabían por estar en la escena del crimen desde el primer momento.
“El comportamiento omisivo no puede circunscribirse a una cuestión de mera voluntad sino que se inscribe en el accionar evidentemente articulado por los funcionarios imputados”, resume el escrito de apelación. Plan de encubrimiento que ya fue reconocido por el propio juez de Garantías de La Plata al dictar el resto de las prisiones preventivas.