CARLOS ALONSO DONÓ UNA OBRA A LA CPM Manos anónimas en el MAM: ética y estética de un pintor comprometido
El artista plástico argentino Carlos Alonso entregó en donación a la Comisión Provincial por la Memoria una de sus obras más representativa: uno de los primeros dibujos que conformarían la serie Manos anónimas. El recuerdo de Paloma, su hija detenida-desaparecida, la denuncia del genocidio y el arte como vehículo de la memoria. Manos anónimas representa la búsqueda ética y estética de un pintor comprometido con la defensa de los derechos humanos. El cuadro estará expuesto al público desde mediados de diciembre en las salas del Museo de Arte y Memoria de la CPM, calle 9 Nº 984, La Plata.
ANDAR en las memorias
(CPM) “Para nosotros una obra de Carlos Alonso es un testimonio de un valor inmensurable por su compromiso y solidaridad. También por su jerarquía como artista y como militante en la defensa de los derechos humanos”, expresó el presidente de la CPM Adolfo Pérez Esquivel. Y destacó la capacidad para sobreponer su arte ante la tragedia personal: “La desaparición de su hija durante la dictadura militar afecta su vida, sin embargo él transforma el dolor en creatividad a disposición del pueblo”.
Como uno de los máximos exponentes de la corriente social del arte, la trayectoria de Alonso está marcada por una técnica rigurosa y su contenido realista: “Ni lujoso ni exhibicionista ni ponderación del yo de la obra artística, como posición frente al trabajo y la sociedad. Desde un principio pensé que ese lenguaje que es tan rico y poderoso, que trasciende la propia vida, que se proyecta en las generaciones futuras, debería contener un mensaje de lo que vivimos, de lo que nos pasó como sociedad”, sostiene él mismo sobre su obra.
[pullquote]Desde un principio pensé que ese lenguaje que es tan rico y poderoso, que trasciende la propia vida[/pullquote]
Una mujer desnuda, los dedos de sus manos enlazados, la mirada de frente y altiva; sobre sus hombros carga el peso de los pies de un hombre. El erotismo de la figura queda relegado ante a la presencia de ese elemento opresor y represivo. La pintura de color sepia y realizada en lápiz en 1982 es uno de los primeros dibujos de Carlos Alonso para la serie Manos anónimas.
La obra está signada por una referencia histórica ineludible: el genocidio argentino y el derecho a la memoria. “Estos fueron los primeros dibujos; me costó mucho llegar, pasaron seis años hasta que pude volver a dibujar. Por estar tan involucrado y sentir tan cerca el genocidio, me resultaba difícil transformar eso en un lenguaje estético y plástico”, explica Alonso.
La desaparición de su hija Paloma en 1977 y el exilio marcarán su trayectoria artística; como quien busca exorcizar el dolor, Alonso comienza a buscar en Manos anónimas su voz, su palabra, sus pérdidas. “Sentí que como pintor tenía que dar testimonio de lo que viví y sentí, de mi condición de víctima y también de la capacidad para rehacerme y acompañar a los organismos en la lucha por memoria y la lucha permanente por la defensa de los derechos humanos”.
En esta serie de dibujos, la pintura de Alonso adquiere un sentido histórico y trágico: la visión de un pintor sobre el genocidio. Y es, al mismo tiempo, un manifiesto ético y político: “La libertad de soñar un mundo mejor era parte de mi formación política y, al mismo tiempo, era parte de mi fervor para que mi pintura no se quedara en un aspecto decorativo sino que pudiera acompañar otros trabajos y otras militancias para mejorar el mundo”, define Alonso sobre el recorrido y valor último de su arte.
[pullquote]No hay en la plástica argentina un testimonio sobre el terrorismo de Estado como el realizado en Manos anónimas[/pullquote]
Para Laura Ponisio, directora del Museo de Arte y Memoria de la CPM, la posibilidad de sumar la obra de Carlos Alonso al patrimonio permanente del museo es un acto de coherencia y justicia artística e histórica en el deber permanente de contribuir a la transmisión de la memoria colectiva: “Su pintura une las tres vertientes del museo: la memoria de los derechos humanos, el compromiso ético del autor y la excelencia estética. No hay en la plástica argentina un testimonio sobre el terrorismo de Estado como el realizado en Manos anónimas, una serie que propone un recorrido por las distintas heridas de esa historia macabra: secuestro, desaparición y cautiverio, violaciones, torturas, enterramientos”.
Más allá del reconocimiento que Alonso recibió por la rigurosidad técnica en los dibujos que componen Manos anónimas, su larga trayectoria lo confirma como uno de los exponentes más destacados del arte plástico: pintor, dibujante, grabador y muralista, sus obras se expusieron en museos de todo el mundo y recibieron innumerables distinciones.
El cuadro de Carlos Alonso pasará a formar parte del extenso patrimonio cultural del Museo de Arte y Memoria de la CPM que cuenta con obras de León Ferrari, Ricardo Carpani, Felipe Noé, Magdalena Jitrik, Claudia Contreras, entre otros artistas.