RESPUESTA A LA EDITORIAL DEL DIARIO LA NACIÓN DEL 30 DE JUNIO Malvinas y Fuerzas Armadas: su negocio es la impunidad
El editorial del diario La Nación del 30 de junio pretendía desacreditar el proceso judicial que se inició hace once años para investigar los delitos de lesa humanidad cometidos en las islas contra los soldados conscriptos y deslegitimar la histórica lucha por memoria, verdad y justicia del Centro de ex-combatientes de las Islas Malvinas de La Plata (CECIM). Frente a estas acusaciones y preocupados por el mensaje de complicidad e impunidad que se desprende del editorial, compartimos la respuesta pública del CECIM.
ANDAR en Malvinas
(CECIM La Plata/Agencia Andar) Sr. Jefe de Redacción Diario La Nación: en su editorial del Sábado 30 de Junio de 2018, titulado “Malvinas: absurda persecución” el diario en su editorial cuestiona la búsqueda de justicia de víctimas que sufrieron graves violaciones a los DD.HH durante la guerra de Malvinas con la misma línea ideológica que la publicada el 23 de Noviembre de 2015, circunstancia que ha despertado nuestro más enérgico repudio.
En esta oportunidad “el editorial” se dedicó a cuestionar el proceso de Memoria, Verdad y Justicia que los ex soldados conscriptos sostenemos desde hace 36 años. En concreto se cuestiona a nuestra organización, el CECIM LA PLATA, que ha batallado por más de tres décadas y media para que nuestro pueblo sepa la verdad de lo que ocurrió con sus soldados durante el conflicto armado con gran Bretaña en 1982, que ha bregado por consagrar la Verdad y la Justicia para los que fueron víctimas de graves violaciones a los DD.HH cometidas por los propios oficiales y sub oficiales de las FF.AA.
El editorial titulado “Malvinas: absurda persecución” invita a justificar que “es necesario acatar la palabra de la Justicia y no permitir que se usen acusaciones con oscuros fines contra oficiales”, desconociendo que existen en sede judicial cientos de testimonios de soldados cuyas denuncias fueron efectuadas una vez que regresaron al continente. A su vez, desde el año 2015, han sido incorporados al expediente judicial los documentos de las FF.AA. que constatan el ocultamiento de los hechos aberrantes a instancias de la implementación de un cuidadoso plan de inteligencia militar orientado a que éstos no trasciendan. Dicho plan implicó la instrumentación de maniobras de disuasión, amedrentamiento y acciones de corte psicológico y mediático. Ello, como puede ser debidamente acreditado, no obedece a un relato afiebrado, sino por el contrario, a la explicitación de los términos que se desprenden de los documentos confeccionados al efecto por las Fuerzas Armadas.
Así, el editorial constituye un aporte de quienes bregan por la consagración de la impunidad, conmovidos por el pedido del Fiscal Marcelo Rapoport en el marco del expediente 1777/07 caratulada “Pierre, Pedro Valentín y otros s/ delito de acción pública”, en el que requirió, a mediados de mayo del año en curso, la detención e indagatoria de 26 militares que integraron el Regimiento de Infantería 5. Dichos requeridos, entre los que se encuentra el ex Teniente Primero Jorge Eduardo Taranto, ocuparon en 1982 posiciones en la Isla Gran Malvinas. La acción penal se encuentra vigente, por constituir los hechos denunciados graves violaciones a los derechos humanos, circunstancia que, en nuestro ordenamiento jurídico obliga al Estado a investigar y juzgar, tras el precedente “Derecho, René Jesús”.
El caso del Ex Teniente Primero Jorge Taranto, puntualmente, es el que nos obligó en nuestro carácter de querellantes y en representación de las más de 100 víctimas, a recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en cuyo seno tramita la Petición P-460-15, por privación material de acceso a la justicia, circunstancia que ha puesto en peligro la observancia de los artículos 8 y 25 en relación al artículo 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y en el marco de la que el Estado argentino puede resultar responsable por violación de los derechos aludidos.
Este ex militar pretende excusarse por la prescripción parcial de un hecho, pero teme a presentarse ante el Juez. Ya no pueden negar que en Malvinas torturaron como lo demuestran los propios documentos oficiales de las FF.AA que este editorial desconoce. Cualquier periodista de investigación de La Nación podría escribir páginas enteras sobre lo que está plasmado en los documentos oficiales de las FF.AA, sin embargo, opta por hacerse eco de un testimonio individual, de la voz de un implicado, de una persona que se encuentra siendo investigada por la comisión de crímenes que repugnan a la humanidad. En este caso, lamentablemente, la voz de un presunto torturado ha calado más profundo que los propios documentos. Taranto y el Diario La Nación pueden tener sus interpretaciones, lo que no pueden tener son sus hechos. Los documentos muestran todo lo contrario a sus afirmaciones.
Todo el desarrollo del editorial es la evidente prédica del imputado, que los editorialistas cortaron y pegaron en el texto publicado. Sí explicitan toda la carga ideológica que los caracteriza utilizando recursos amenazantes como se puede leer en el siguiente párrafo de la editorial: “Los responsables de tales persecuciones han sido identificados. Sus móviles tendrían connotaciones no solo económicas, sino también ideológicas y políticas”. Lo mismo se aprecia en las redes sociales de Taranto y sus acólitos, desde donde lanzan piezas y aseveraciones intimidatorias.
Al momento de revisar los archivos de la Dictadura, y los archivos secretos de Malvinas, encontramos muchos informes de inteligencia militar con la misma terminología que se utilizan en el editorial. No es en vano recordar al medio, que el CECIM La Plata y los excombatientes sufrimos todos los embates del aparato represivo. Así, fuimos recibidos a nuestro regreso por dispositivos estatales cuyo único fin fue la consagración de la impunidad, fuimos infiltrados, amenazados, perseguidos por fuerzas de seguridad, como por ejemplo por la DIPBA (Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense), quien nos hizo inteligencia hasta el año 1998, ya en democracia. A 36 años de la Guerra no les tenemos miedo. Pretendemos un proceso judicial que nos acerque a la Verdad y la Justicia.
Repudiamos el recurso de difamar a las víctimas que denunciaron ante el Juez, y con valentía brindaron detalles de los hechos. Así, frente a aseveraciones como “Ocurre que los presuntamente «estaqueados» y «torturados» negaron las acusaciones y confesaron, en cambio, haber sido sometidos a presiones y tentaciones deleznables para que falsearan testimonios a fin de facilitar el logro de una reparación histórica monetaria”, le exigimos al medio que vaya e indague, que le de voz a las más de 100 víctimas de torturas, y que intente constatar el contenido de sus líneas. No podrán. Las víctimas, por el contrario, nos contactan en forma periódica para interiorizarse sobre el avance de la investigación, y se molestan con cada acción dilatoria, muchas de las cuales han sido azuzadas por el Sr. Taranto, en su misión de eludir la Justicia.
El tratamiento de la editorial divaga en comparaciones poco felices de casos recientes de violencia institucional por la que la sociedad sigue reclamando justicia, pareciera que todo reclamo de justicia para que los responsables de graves delitos cometidos por agentes estatales sean juzgados se trataría de ataques a las FF.AA y de Seguridad. A Malvinas fue el ejército de Videla, la Marina de Masera y la aviación de Agosti, las FF.AA formadas bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional, no bajo la doctrina de la Defensa Nacional. Solo basta revisar algunos nombres de quienes participaron en Malvinas para que se den cuenta de lo que estamos denunciando.
Pernias, Rolon, Tigre Acosta, Menéndez, Losito, Parada, Binotti, Daviou, Pla, Garcia, Lombardo, Astiz, Corbeta, Vildoza, Perren, Llanos, Otero, Rioja, Insúa, Allara, Villegas, Betollin, Andujar, Polano, etc etc etc. Si quieren encontrar pilotos de los vuelos de la muerte, apropiadores de bebés, participantes de los grupos de tareas de la ESMA, Campo de Mayo y partícipes de cuanto centro clandestino existió en la República Argentina podrán hacerlo. Muchos de ellos, de hecho, se encuentran condenados. La Dictadura también fue Malvinas.
Señores editorialistas de LA NACION: ni persecución, ni negocios, ni ideologización, ni política como la entienden ustedes. El CECIM La Plata, sólo busca la VERDAD de Malvinas. Toda la VERDAD. No la que cuentan las FF.AA y también LA NACIÓN.