CIUDADANÍA 2.0 EN OLAVARRIA Los reclamos ciudadanos encuentran eco en las redes sociales
ANDAR en Olavarría
(AC-FACSO) Cada vez más demandas de olavarrienses encuentran en las redes sociales un lugar de difusión masiva. Las nuevas formas de protesta y exigencia también se aplican en la ciudad. La protección del Cerro Largo, la repavimentación de la Ruta 51 o los reclamos de Fernando Menino ante IOMA fueron las consignas on line más resonantes.
En Olavarría unas 60.000 personas tienen perfiles en Facebook, es decir que aproximadamente la mitad de la población local está en esa red social. Antes de que el uso de esta red como forma de participación ciudadana explotara mundialmente (en 2011, con las revueltas árabes del norte de África), en Olavarría, en 2009, ya habían comenzado las primeras experiencias de reclamos ciudadanos organizados a través de las redes sociales.
[pullquote]En Olavarría unas 60.000 personas tienen perfiles en Facebook, es decir que aproximadamente la mitad de la población local está en esa red social[/pullquote]
Esas experiencias es lo que Howard Rheingold denomina ‘multitudes inteligentes’. El surgimiento de estas puede derivar en unión de ideas y trabajo en conjunto de personas que se organizan dentro de la red para actuar fuera de ella, participando en la sociedad y organizándose en torno a causas políticas e ideológicas haciendo uso de su ciudadanía.
«La primeras organizaciones en redes sociales en relación a una temática de interés social fueron el caso de la desaparición de Magalí Giangreco y marchas contra la inseguridad durante los primeros meses de 2009», afirma Peret, Licenciado en Comunicación Social e Investigador del grupo ‘Mediaciones Tecnológicas y Comunicación Digital’ perteneciente al NACT ECCO de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN.
Sin embargo, cabe destacar que la primera demostración en Olavarría de la capacidad organizativa y masividad que tienen las redes sociales no fueron temas de índole social sino los festejos navideños durante 2008. «Un joven puso en Facebook ‘¿Porque en vez de festejar en el boliche, nos juntamos todos a festejar en el parque?’. A partir de eso se organizó la movida con las herramientas que brinda Facebook como eventos o grupos. Esa fue la primera muestra de ‘multitudes inteligentes’ en Olavarría», asegura Peret.
[pullquote]en Olavarría, en 2009, ya habían comenzado las primeras experiencias de reclamos ciudadanos organizados a través de las redes sociales[/pullquote]
Durante 2013 se llevaron a cabo varios reclamos sociales que tuvieron a las redes sociales como protagonistas para lograr visibilizar las protestas. Desde la más popular y conocida como Facebook, pasando por Twitter o subiendo videos a YouTube, todas sirvieron como herramientas para que los reclamos tomen un carácter público y masivo.
Reclamos por el estado de la Ruta 51
A comienzos de 2013 vecinos de Villa Alfredo Fortabat organizados a través de un grupo de Facebook, empezaron a juntar firmas para que se repavimente y repare un tramo de la Ruta 51. El 30 de enero unas 200 personas realizaron un corte pacífico en ese lugar y juntaron firmas para elevar un petitorio al gobernador bonaerense Daniel Scioli.
«Facebook fue fundamental en la organización de la protesta. A través del grupo llamamos a movilizarnos. Ahí vimos que lo más difícil es que vayan todos, de las 850 personas que había en el grupo, sólo fuimos 200», analiza Gladys Ramón, vecina autoconvocada.
La protesta y su organización a través de Facebook logró visibilizar públicamente el reclamo hacia toda Olavarría. «Con la movilización logramos que nos atiendan funcionarios municipales pero lo que más difundió nuestro reclamo fue la pelea en Twitter entre el Ministro de Infraestructura de la Provincia Alejandro Arlía y el intendente José Eseverri en la que intervine y les pedí que más allá de sus diferencias políticas trabajen para solucionar el tema de la ruta», recuerda Gladys Ramón.
A partir de esa pelea en Twitter, los vecinos se siguieron organizando y lograron que sea el mismo Arlía el que visite la Ruta 51 y la Villa Alfredo Fortabat para que los autoconvocados le muestren el estado de la vía. «Como vecinos logramos lo que queríamos que es que el tramo de la ruta que es intransitable ya se esté arreglando. Creo que usamos bien las redes sociales. La clave fue no utilizarlas para faltar el respeto o escrachar y después esconderse sino para reclamar lo que es justo», concluye Galdys Ramón.
Las protestas por la no explotación del Cerro Largo
La firma de un convenio entre el Ministerio de Defensa de la Nación y unas diez canteras locales para la explotación minera en el Cerro Largo provocó que un grupo de vecinos se organizaran a través de las redes sociales para manifestarse en contra de este acuerdo.
«El grupo abierto de Facebook ‘Juntos por Sierras Bayas’, era un espacio creado inicialmente para organizarnos para protestar por los basurales en el pueblo. Luego de charlar entre los vecinos lo comenzamos a utilizar para convocar a todos para realizar lo que fue la primera manifestación en contra de la explotación del Cerro», explica el artista plástico y vecino autoconvocado, Daniel Fitte.
Luego de una exitosa primera convocatoria, los ‘Vecinos autoconvocados por la no explotación del Cerro Largo’ continuaron la campaña de concientización contra el daño ambiental que puede ocasionar la explotación del Cerro Largo. La difusión de esa campaña no sólo se hizo a través de las redes sociales sino que se utilizaron todos los canales de comunicación posibles.
«Si bien Facebook nos dio un alcance muy grande, no descuidamos otros canales tradicionales porque hay generaciones que se siguen informando a través de la radio por ejemplo y cuando se hace una difusión de algo que afecta a todos tiene que ser abarcativo», afirma Fitte.
La segunda convocatoria de protesta, llevada a cabo el 3 de noviembre de 2013 en el Cerro Largo logró convocar a más de 500 personas, no sólo de Sierras Bayas sino de todo el Partido de Olavarría.
«Para mí, más allá de los debates virtuales, la verdad está cuando uno le pone el cuerpo, se compromete, asiste a las reuniones y realiza acciones concretas. Las redes sociales deben ser herramientas que sirvan de puente entre el decir y el hacer. Ya somos conscientes de que si las utilizamos de forma correcta podemos lograr una movilización concreta», concluye Daniel Fitte.
Las demandas de Fernando Menino
Fernando Menino, de 38 años sufre una enfermedad congénita que le causa una discapacidad motora. Su caso se diferencia de los anteriores ya que no existió una organización de varias personas debido a la situación individual de su reclamo.
La protesta llevada a cabo en Facebook tenía como objetivo peticionar a la obra social IOMA los 7 meses que no le habían pagado el acompañante terapéutico que necesita para desempeñarse en el día a día.
«Primero llevé a cabo las peticiones formales ante IOMA. Al ver que no había respuesta decidí hacer una huelga de hambre y publicar mi situación en Facebook. Me ayudó muchísimo esa red social porque te posibilita llegar a mucha gente en un período de tiempo muy reducido porque cada uno va compartiendo en su muro lo que va viendo y lo ven tu amigos y eso lo ven los amigos de tus amigos y la cadena se va a haciendo muy larga», cuenta Menino.
La huelga de hambre duró 6 días y a través de varios videos fue subida a YouTube y éstos, compartidos en Facebook a través de la cuenta personal de Menino. «El hecho de filmarme lo hice porque me pareció que iba a llegar de forma más directa y tener un impacto mucho más profundo. No es lo mismo ver un texto que dice estoy haciendo una huelga de hambre que ver a una persona de carne y hueso que te lo está diciendo, escuchar su voz, sentir su angustia, sentir las palabras, eso te ayuda a la credibilidad» explica Menino.
Estos casos de reclamos y protestas ciudadanas que encuentran en las redes un espacio de difusión masiva, reconfiguran las formas de visibilizar problemáticas sociales. Hace unos años el primer paso consistía en ir a una radio, al diario o al canal local. Ahora lo primordial es tener presencia en las redes sociales y desde allí comunicar y difundir. El desafío está en poder manejar bien estas herramientas y que las exigencias on line tengan también su correlato off line, en la calle.