CUARTA AUDIENCIA – 18 DE AGOSTO Los defensores de los imputados insisten con la idea de un presunto motín
A pesar de que, hasta el momento, todos los testimonios de personas que estaban detenidas en Magdalena durante el incendio coinciden en señalar que los penitenciarios abandonaron su responsabilidad de velar por la integridad y seguridad de los detenidos en el penal, los abogados particulares que patrocinan a varios de los imputados continúan formulando preguntas tendientes a instalar la idea de un motín posterior al incendio en el pabellón 16. Los testigos en el juicio también coinciden en que al menos un encargado de pabellón ayudó, mientras pudo, a abrir las puertas y rejas, lo que contradice la presunta revuelta
ANDAR en Magdalena
(Agencia) Durante la cuarta audiencia del histórico juicio por la masacre de Magdalena se trató, antes del inicio de las testimoniales, un pedido del defensor oficial Ferreira en torno a un escrito que consta en la causa y que llevaría la firma del exjefe de la Unidad Penal 28 de Magdalena, Tejeda, con referencias al estado de la red hidrante de la cárcel. Específicamente el defensor solicitó al tribunal que se realizara una pericia caligráfica sobre la firma de Tejeda en virtud de “una evidente discordancia” con respecto al registro del imputado aludido.
Luego comenzaron las declaraciones de tres testigos que, durante el incendio, estaban detenidas en el pabellón 17, separado del 16 por los patios respectivos de cada módulo. En sus relatos, concidieron en afirmar que las bocas de agua del ingreso de los pabellones no tenían carga ni tampoco el camión de los bomberos que llegó minutos después de iniciado el fuego.
“La unidad quedó vacía, se fueron todos los penitenciarios, nos dejaron solos, excepto uno de ellos que intentó ayudarnos para romper el candado de una puerta lateral del pabellón 16. Cuando recién pudimos hacer un boquete cerca de una de las ventanas, empezamos a rescatar a varios pibes que luego llevábamos hasta el ingreso a sanidad”, recordó uno de los testigos.
Para la rotura de la pared usaron un matafuego sin carga, mesas, bancos y cualquier objeto que encontraran a mano porque, según los testigos, las paredes eran de bloques de cemento que se rompían sin mucha dificultad.
Con respecto al presunto motín al que apuntan los defensores particulares de varios imputados, los relatos son coincidentes: los testigos señalan la bronca y la impotencia de más de un centenar de detenidos que habían logrado salir de los pabellones 15, 17 y 18 intentando ayudar a los que estaban encerrados en el 16, y las reacciones de algunos de ellos que increpaban y gritaban a los pocos penitenciarios que se encontraban aislados por una reja al otro lado del acceso a sanidad.
“Después del incendio se empezó a hablar de armar un motín porque los penitenciarios habían dejado morir a los pibes. Pero no se trató de algo planeado, ni de aprovechar lo que estaba pasando, sino una reacción de bronca porque nadie del servicio estaba ahí para ayudar y salvar a los del 16. Y cuando el incendio había pasado, los ‘limpieza’ de distintos pabellones se reunieron y le entregaron el penal a los penitenciarios”, describe otro testigo del viernes 18.
Cabe destacar que, luego de una de las declaraciones testimoniales de esa audiencia, el defensor particular Saldaño pidió al tribunal que ordenara una investigación por falso testimonio, por advertir una supuesta contradicción del testigo con respecto a su declaración anterior, brindada el mismo día de la masacre.
Al mismo tiempo, Saldaño solicitó una investigación sobre el delito de falsedad de instrumento público dirigida contra los funcionarios judiciales que tomaron aquellas declaraciones testimoniales en octubre de 2005. Sin embargo, antes de concluir la audiencia, el propio abogado desistió de ambos pedidos.