“López encarnó la consigna de memoria, verdad y justicia”
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(Agencia) Con la presencia de su autor Miguel Graziano se presentó el pasado viernes 19 de julio el libro “En el cielo nos vemos. La historia de Jorge Julio López”. El evento tuvo lugar en la Asociación Judicial Bonaerense, calle Sarmiento Nº 2670 a las 19 horas. Además del periodista platense, participó en la presentación la abogada marplatense Guadalupe Godoy, integrante del colectivo Justicia Ya! La Plata, querellante desde los Juicios por la Verdad Histórica hasta la causa Circuito Camps.
López duele, dice el prólogo de la periodista Adriana Meyer en el libro de Miguel Graziano. López duele a casi siete años de su segunda desaparición, aquel 18 de septiembre de 2006, un día antes de la lectura de los alegatos del juicio que condenó a reclusión perpetua al ex director de investigaciones de la bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz. López duele porque poco se supo de él después de aquella madrugada en la que se preparaba para volver a verle la cara a quien había sido su secuestrador y contra quien había declarado en el juicio, dos meses antes.
[pullquote]“Un libro necesario”, dijo Osvaldo Bayer; “para que López no vuelva a desaparecer”, destacó su autor.[/pullquote]
El libro En el cielo nos vemos hace un recorrido por la vida de este albañil de 77 años, peronista y colaborador de Montoneros, que desapareció por primera vez en octubre de 1976 y que permaneció en cautiverio hasta 1979. El relato de Graziano comienza exactamente el día de su segunda desaparición, en los primeros momentos en que la familia no podía creer en la repetición de la pesadilla.
A partir de allí, retrocede en el tiempo –primero para hacer una síntesis de la historia de la impunidad hasta la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final en 2003-, y luego nos cuenta quién era Jorge Julio López antes de ser otro desaparecido en democracia.
En la primer presentación del libro en mayo, Miguel Graziano destacó que “el libro habla de muchas cosas: habla del regreso de Perón, de la militancia, de los jóvenes militantes que estaban en la unidad básica de Los Hornos, a la que López iba porque era vecino y porque era peronista. Y está la dictadura y está la desaparición forzada y el horror, los centros clandestinos”. Pero fundamentalmente, el libro habla también del silencio que rodeó a López después de su liberación.
[pullquote]fundamentalmente, el libro habla del silencio que rodeó a López después de su liberación[/pullquote] Continúa Graziano: “por un lado el silencio de la familia, que no podía aceptar que el albañil Jorge López era un militante, un detenido por razones políticas, y lo condenó un poco a vivir en silencio -creo que por miedo; y también había un silencio social, porque por más que los ex detenidos desaparecidos quisieran justicia, había ley de obediencia debida, había ley de punto final y había indulto”. Ante este silencio, López lo resolvió “escribiendo y haciendo un esfuerzo por reconstruir la memoria”.
Cuando tiene que hablar de las motivaciones que lo llevaron a contar esta historia, el autor dijo: “creo que era un libro necesario. Había que hacer visible a López, había que aprovechar esas cosas que decía y escribía como ‘los argentinos tienen que saber lo que pasó en la dictadura’; los argentinos tienen que saber también lo que pasó con López. El libro intenta también ser un aporte a la construcción de una democracia más genuina, más vigorosa y más legítima. Creo que cuando lo lean va a saber quién era López, la persona. Se caen unas cuantas cosas que se decían cuando él desapareció, las hipótesis de que era un testigo poco confiable, un viejo loco, para nada era así. López no era nada de esas cosas. López era alguien que encarnó la consigna de memoria, verdad y justicia”.
Y finalizó: “Este libro es un intento de tenerlo de cuerpo presente entre nosotros, y que nosotros también hagamos memoria y reclamemos justicia”.