“Lo que nos duele es que el Nunca Más nunca llega”
Hace un año comenzaba el juicio por la masacre de Pergamino. Seis ex policías serían condenados por la muerte de 7 jóvenes en la comisaría 1ª. A un año del inicio del juicio, a tres años y medio de la masacre, con un acto público vía Facebook la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) recordó ese camino de la lucha por justicia junto a las familias.
ANDAR en Pergamino.
(Agencia Andar) Un poema, un nudo en la garganta, la necesidad de recordar a los que ya no están. “Estos años han sido muy duros porque nosotros vivimos para nuestros hijos. Me costó seguir adelante, pero hay que seguir luchando por ellos, y les agradezco a ustedes porque siempre están ahí y a cada una de las madres”, dijo Carmenza Claros desde Colombia. Su hijo Jhon es una de las siete víctimas de la Masacre de Pergamino.
Ni ella ni las familias de Sergio, Federico, Alan, Franco, Juan José y Fernando consiguen consuelo más que en la lucha por justicia, y en ese recorrido fueron torciéndole el brazo a la impunidad. Cómo llegaron al juicio y dónde están paradas hoy fue uno de los ejes de la charla vía zoom que se organizó a través de las redes sociales de la CPM.
“Está naturalizada la violencia y ahí apuntamos a que no se naturalice y menos desde el estado y en todos los gobiernos”, afirmó Cristina Gramajo, la mamá de Sergio Filiberto. “Lo que nos duele es que el Nunca Más nunca llega. Hoy digo fuera Berni, pero ayer dije fuera Ritondo, es en todos los gobiernos no importa el color partidario la muerte es política de estado y ahí es donde nosotros tenemos que seguir peleando”, agregó.
En el diálogo participaron otros familiares como Silvia Rosito, la mamá de Fernando Latorre, representantes de los espacios de militancia que acompañaron el reclamo por justicia, e integrantes de los equipos jurídicos de la CPM. Sandra Raggio, directora general de áreas del organismo, tomó la palabra: “Cristina dice “la justicia no me repara” y yo pienso que es porque el discurso del victimario sigue ganando, aparece siempre en la escena social como mejor que el de la víctima, como más creíble, porque es inexplicable la violencia que. En Pergamino algo de eso se torció y no vamos a resignarnos a que sigan siendo los victimarios los que tengan la palabra más legítima. Esa es la pelea larga que tenemos”.
“Para la CPM ha sido muy valioso el vínculo que generamos con las familias. La organización que se pudo dar. Hoy, el espacio de memoria es una posibilidad de contarle a las generaciones futuras esta historia. Pensar que la democracia se construye todos los días y también sobre estos hechos. También hay algo positivo, virtuoso, en este proceso que es que hubo un juicio y hay una condena”, agregó Roberto Cipriano.
Quienes participaban de la charla coincidieron en que la instancia judicial fue, a diferencia de otros casos similares como ocurre con la masacre de Esteban Echeverría, un logro y un ejemplo. Todavía falta recorrido: cuatro de los seis policías condenados siguen en prisión domiciliaria. No hubo en un año una instancia concreta frente al tribunal de casación para tratar esta cuestión y se han archivado las causas donde se cuestionaban las responsabilidades políticas.
“Quiero destacar también a los sobrevivientes que pudieron contar lo que pasó y gracias a ellos hay veredicto condenatorio. El estado tiene una gran deuda con ellos que no pueden acceder a los derechos más elementales: un trabajo, una vivienda, una vida digna” agregó Carla Ocampo, una de las abogadas de la CPM que integró la querella coordinada por Margarita Jarque.