Llegó a juicio el crimen de «La Moma»
El 19 de octubre de 2011 mataron a Carolina González Abad, conocida como “La Moma”, una activista travesti de 36 años. Pedro Osmar Reyes es el único imputado por el crimen. La voz de un testigo de identidad reservada es la herramienta fiscal para determinar si es posible echar luz y conseguir justicia ante la impunidad. Este 7 de junio concluyen las audiencias testimoniales.
ANDAR en La Plata
(Agencia) El cuerpo de La Moma, como la llamaban sus amigas, fue encontrado en la cama de su casa, en calle 4 entre 68 y 69, con una bufanda atada al cuello, golpes en la cabeza y una puñalada en la pierna. El que la encontró fue su hermano, hoy testigo del juicio que comenzó esta semana después de 7 años. La fiscal Florencia Budiño intentará demostrar, pese al paso del tiempo y lo endeble de las pruebas, que Reyes tenía un vínculo previo con La Moma y que por eso, junto a su compañero, cometió el homicidio y luego el robo.
“Lamentablemente en estos días el resto de las pruebas que arrojó la investigación -llevada a cargo por la DDI bajo la tutela del fiscal Romero- son endebles. Ninguna de las personas que prestó testimonio pudo reconocer al imputado y el otro imputado de la causa falleció el año pasado en un accidente de auto. Esta difícil poder comprobar el vinculo que tenían con ella”, expresó al ser consultada por ANDAR. Quedará en manos de los jueces Ezequiel Medrano, María Martiarena y Juan José Ruiz, del Tribunal Oral en lo Criminal V de La Plata, evaluar qué pasó aquella noche y analizar con minuciosidad el relato del testigo de identidad reservada cuya voz permitió establecer en la investigación la identidad de los dos hombres, presuntos autores del homicidio.
Hasta 2013 la investigación que no tenía ningún detenido; en ese momento se logró ubicar a dos sospechosos por del crimen de La Moma: Daniel Mascione y Pedro Osmar Reyes fueron apresados y puestos a disposición del fiscal Marcelo Romero. Mascione logró su liberación por falta de pruebas y Reyes fue procesado por el homicidio. Luego de varias instancias judiciales el acusado, con el patrocinio del abogado Lautaro Slpizer, logró la libertad por este crimen, pero volvió a juicio detenido por un robo.
Según las pesquisas, el testigo reservado afirmó que ambos sospechosos vivían en el barrio Aeropuerto y eran clientes de La Moma. Aquella noche aprovecharon el momento en la casa para robarle lo poco que tenía de valor y, como ella medía casi dos metros de altura, los acusados tuvieron que golpearla mucho para controlarla. Cuando lograron inmovilizarla, la mataron. Con dos veladores le pegaron en la cabeza y le clavaron un cuchillo en una pierna hasta que quedó semi inconsciente. Fue ahí cuando le rodearon la bufanda en el cuello y la estrangularon. El departamento estaba todo revuelto y faltaba una computadora; encontraron el mouse en el pasillo. Hasta ahora, la hipótesis más firme es que le querían robar y por eso la mataron.