POLÍTICA Y JUVENTUD La participación estudiantil en la secundaria: involucrarse en lo político
El derecho de los adolescentes a ser parte de la vida política de las instituciones convierte a los centros de estudiantes en herramientas claves en la construcción de ciudadanía. El desafío de los estudiantes de lograr unidad mediante la re-fundación de la Federación de Estudiantes de Olavarría.
ANDAR en Olavarría
(AC/FACSO) El compromiso ciudadano es una de las tantas maneras de formar parte de la realidad social, cultural, económica y política de la sociedad en la que vivimos. Es por eso que resulta de vital importancia que estas prácticas sean incentivadas desde las instituciones educativas para que los adolescentes vayan formándose en la experiencia de ser parte en la comunidad.
En Olavarría, y a partir de la Ley nacional de Centros de Estudiantes Nº 26.877 sancionada en 2013, las escuelas secundarias tanto públicas como privadas deben fomentar la participación estudiantil y asegurar la conformación de un órgano democrático que represente los intereses de todos los estudiantes. En el Colegio Fray Mamerto Esquiú, el Centro de Estudiantes fue creado hace muy poco tiempo. El establecimiento, que es público pero de gestión privada, históricamente funcionó con la modalidad de jardín y escuela primaria pero desde el año pasado cuenta con la asistencia al nivel secundario de 125 alumnos. El primer paso fue la redacción del estatuto por parte de los propios estudiantes que fueron ayudados por el director Guillermo Nardini y por la profesora Gabriela Vigneau, entre otros directivos. Posteriormente, se presentaron a elecciones tres listas, de las cuales resultó ganadora La Unión (Lista 12).
[pullquote]a partir de la Ley Nacional de Centros de Estudiantes Nº 26.877 sancionada en 2013, las escuelas secundarias deben fomentar la participación estudiantil[/pullquote]
“Estamos contentos de haber ganado porque queríamos representar a la escuela. Estamos orgullosos que nos hayan elegido” relata Santiago Fierro (16), tesorero del Centro. Por su parte, el vocal Luis Ríos (13) reflexiona con un ejemplo acerca de la importancia de su constitución. “Por ahí alguien tiene una pelea o algún problema y los directivos no saben, entonces voy y lo hablo”, asegura ejemplificando así algunos de los casos de estudiantes que por distintos motivos acuden al Centro de Estudiantes.
Luisina Rodríguez (17) y Micaela Chamorro (16) también concurren a Esquiú. Se presentaron a elecciones con Por lo que venga (Lista 23). “Es importante tener a alguien que te represente y que te ayude” destaca Luisina, mientras Micaela subraya el por qué de participar. “Yo me anoté porque me gusta ayudar, todos lo necesitamos” señala. En este caso, la dinámica del Centro va desde el apoyo en cuestiones diarias de la escuela hasta en el nexo entre los estudiantes y los directivos.
[pullquote]Es importante tener a alguien que te represente y que te ayude, consideran los estudiantes [/pullquote]
Dentro del Instituto Privado José Manuel Estrada existe un contexto de participación diferente al que se vive en otras escuelas. Si bien el Centro de Estudiantes funciona hace mucho tiempo, desde hace dos años que se viene conformando bajo otro sistema: los estudiantes de cada división y curso eligen a dos delegados por aula para que la Dirección seleccione a los integrantes y sus respectivos roles. “Nuestros proyectos son más que nada para mejorar un poco la escuela. Empezar con nuestro propio espacio. Fuimos arreglando cosas de los baños, poner papel higiénico y bueno… esas cosas” grafica Manuela Oyarzún (19), presidenta. Si bien el Centro del Instituto se encarga de situaciones como algunos arreglos edilicios particulares también se plantea el debate en cuanto a la finalidad de la participación. “El Centro es la voz de los estudiantes. Es la forma de llegar a opinar y poder participar” considera Nicolás Lingeri (17), secretario de prensa y difusión.
Sin embargo, y teniendo en cuenta la legislación, el sistema empleado para legitimar al Centro no es el más adecuado, ya que no refleja el espíritu democrático que establece elecciones por lista para garantizar que cada estudiante pueda elegir a sus representantes. En el caso de Gabriel, Franco y Mateo, alumnos de sexto año, la participación es muy limitada al no poder integrar ninguna lista. “Te tienen que elegir como delegado, no hay otra forma. Tendríamos que poder votar” resume Gabriel, mientras Franco asegura que “se tendría que volver a las listas”. Por otra parte, de cara a las elecciones nacionales (en las que participan con más de un millón y medio de jóvenes) particularmente no se sienten identificados con ningún espacio. “Por fuera de la escuela no tengo el interés ni el partido que me represente” especifica Gabriel.
Distinta es la situación de Luciano Bustamante (16), integrante del Centro de Estudiantes de la Escuela Secundaria Nº 6 (ex Colegio Nacional). Él encabezó un proyecto donde se llevó a cabo un debate de pre-candidatos a intendentes municipales en la escuela. “Fue para que los chicos se enteren de las propuestas que tienen los políticos y que nos orienten un poco” afirma. Ser parte de la política es muy importante para Luciano. “A pesar de nuestra edad, está bueno que dejemos nuestro granito de arena y podamos aportar algo. Más que nada porque somos el futuro” asevera. Más allá de lo estrictamente escolar, Bustamante hace hincapié en la militancia como motor para participar en la construcción de ciudadanía. “Me gusta mucho la política. Me gustaría militar en un futuro” reconoce.
Además de la experiencia de Luciano, el Centro de la E.S. Nº 6 está conformado aproximadamente por 20 estudiantes de los últimos años que realizan todo tipo de actividades. Entre ellas, se destacan la organización de capacitaciones estudiantiles, el desarrollo de jornadas deportivas y el acondicionamiento de las instalaciones. “A veces venimos los sábados y pintamos pizarrones y salones” indica Ainara Santarsiero (17), presidenta. “Nosotros trabajamos porque sentimos un gran aprecio por esta escuela” interviene Clara Chirino (16), vicepresidenta. Además el vínculo con otras instituciones es clave. “Tenemos proyectos que tienen que ver con la solidaridad. Recolectamos cosas para escuelas que lo necesiten y estamos presentes en marchas estudiantiles” finaliza Clara. No solo forman parte del espacio del Centro sino que representan a la institución en la Federación de Estudiantes de Olavarría (FESO). “Nosotras dos somos parte de la FESO. Esto surgió en el Parlamento Juvenil, donde nos juntamos con otras escuelas” subraya Chirino. “Hay muchas cosas que un Centro de Estudiantes solo no puede lograr, entonces juntarse ayuda a manifestarse” aclara Santarsiero, mientras reflexiona a futuro. “Yo creo que si está bien organizada, la FESO puede hacer muchísimas cosas”.
El vínculo de las escuelas a través de la Federación
La Federación de Estudiantes de Olavarría surgió durante 2008 pero se disolvió en 2009. Durante junio de 2015 se re-fundó provisionalmente gracias a un Congreso de Estudiantes y mediante el impulso de la E. E. S. T. Nº 2 (ex Industrial), de la E.S. Nº6 (ex Nacional) y de la E.E.S. Nº20 (Escuela Fray Romeo Musaragno). Luego de esto, se estableció de manera formal. En la conducción se encuentra Bruno Monastra, presidente de FESO e Industrial, Clara Chirino (ex Nacional) en la vicepresidencia, y Franco Figueroa (E.E.S. Nº20) como secretario. Por otro lado, la Escuela Normal está a cargo de la tesorería mientras que las otras escuelas funcionan con vocalías.
Los objetivos de la FESO son bastante específicos. “Trabajamos problemáticas concretas como hacer volver las Olimpiadas y ayudar a las escuelas que no tienen Centro a conformarlo porque los directivos le cierran las puertas” ejemplifica Bruno. “Nuestro objetivo principal es ese: formar los Centros de todas las escuelas, sean chicas o regionales como Loma Negra y Sierras Bayas, que son las que no tienen” detalla.
Es así como distintos jóvenes de las escuelas secundarias de Olavarría son parte de proyectos y actividades escolares y comunitarias propuestas desde los Centros. De este modo, cada escuela, con la particularidad de sus contextos y realidades, intenta fomentar la participación para garantizar, además, el derecho de los adolescentes a organizarse para encontrar otra forma de transitar y ser parte de una comunidad.