PARO NACIONAL, MILITARIZACIÓN Y VIOLENCIA EN COLOMBIA La Pandemia es el gobierno
Por Fabián Bernal, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y asesor político de la Fundación Grupo de teatro Cazamascaras, Cerrito – Valle del Cauca Colombia
Ph. Gentileza de AGENCIA DE NOTICIAS TIERRA VIVA
En los últimos días el mundo ha puestos sus ojos en Colombia y ha visto con terror decenas de asesinatos, centenares de desapariciones e incontables violaciones a los Derechos Humanos por parte de las fuerzas policiales del gobierno de Iván Duque. Los tiros han apagado las vidas no solo de Dylan Cruz en el 2019 o más recientemente de Lucas Villa, sino de muchos y muchas más. La oleada de la violencia estatal ha sido la respuesta a los clamores populares que levantaron su voz de protesta ante una usurera y neoliberal reforma tributaria que no fue más que la gota que derramo el vaso de tanta injusticia, corrupción e indiferencia por parte del gobierno para con su gente.
Autorizadas por los tweets de los lores de la guerra, las fuerzas policiales han sabido responder con balas la manifestación popular. La indiferencia gubernamental, con su discurso arrogante solo ha sabido criminalizar la protesta social y empoderar la defensa paramilitar que nunca se ha desmovilizado. Bajo la mirada impávida de la Policía Nacional, supuestas “gentes de bien”, protegidas con chalecos anti balas y armadas con fusiles de asalto salen en sus camionetas a disparar contra la población que se moviliza por un mejor país.
Hoy más que nunca, desde los rincones más alejados de Colombia y del mundo, todos y todas vemos la realidad de un país al que la Narco-política le declaro la guerra hace muchos años. Hoy, como siempre, quienes soñamos un país distinto alzamos la voz y la palabra para por fin terminar con más de cien años de soledad y violencia. Heredamos la lucha de quienes con sus ideas han forjado nuestra patria. Somos herederos y herederas de Jaime Garzón, Jorge Eliecer Gaitán, Policarpa Salavarrieta, José María Carbonell, Rafael Uribe Uribe, de la Gaitana, de Manuela Beltrán, de Quintín Lame y de muchas más personas silenciadas por esa violencia política que siempre ha ensangrentado el país.
Somos hermanos, hermanas, hijos, hijas, padres, madres abuelos y abuelas de esos jóvenes reclutados por la guerra, de esas mujeres y niñas violadas por agentes de la fuerza pública, de esas millones de personas arrancadas a la fuerza de su tierra, somos familia de esas familias masacradas en Ituango, Mapiripan, Montes de María, el Salado, Trujillo, el Aro, Orión, las selvas de Putumayo, Santander, Tolima, Caquetá, el Cauca, el Choco, Barranquilla, Cali, Medellín, la Guajira o Bogotá. Somos quienes pese a todo nos negamos a acatar el terror y continuamos caminándola esperanza con la Minga indígena.
Quienes estamos tan lejos del país, nos movilizamos hoy, como nunca y cómo podemos, acompañando nuestra gente, acompañando nuestro pueblo para decirle a los señores de la guerra que soñamos un país distinto y vamos a luchar por él. Que invitamos a miles de almas para que nuestros enemigos sean la desmemoria, el autoritarismo y el miedo. Para que nuestras armas sean las palabras y el debate. Para que nuestros territorios de batalla sean las calles, los escenarios, las plazas, los parques y todos los lugares que nos han negado por soñar una Colombia incluyente y digna.
Hoy más que nunca es necesario ver renacer una Colombia justa, sin paramilitarismos de ningún tipo. Sin revoluciones armadas. Sin malabaristas ni titiriteros políticos que solo buscan perpetuarse en el poder. Sin justicia penal militar para amparar la impunidad. Una Colombia sin quienes le han declarado la guerra a Colombia
En los últimos días el mundo ha atestiguado como nos están matando. Como nos han venido matando. Por eso caminamos. Por eso paramos. Para decir que no toleramos más masacres, no toleramos más desapariciones, no toleramos más desplazamientos forzados, no toleramos más violaciones y violencia de género, no toleramos más corrupción e indiferencia política, no toleramos más ISMOS. Porque nos cansamos de esperar a que la clase política construya el país que soñamos y al cual tenemos derecho. Hoy caminamos para que el mundo escuche que el pueblo colombiano desde todas las latitudes del planeta grita fuerte NUNCA MÁS!!