ENTREVISTA A MANUEL TUFRÓ (CELS) “La opción por la saturación policial se explica por una cuestión política y no por su efectividad para reducir los delitos”
A pesar de no contar con la cantidad de habitantes que habilita la creación de una policía municipal, Ramallo lo logró. Con una población de 33 mil personas, más de un centenar de jóvenes saldrán a las calles como efectivos policiales luego de 9 meses de capacitación.
ANDAR en Ramallo
(Fernando Latrille) En Ramallo, como en otros distritos de la provincia de Buenos Aires, el intendente Mauro Poletti avanzó en la creación de la Policía Local que -según sus palabras- “es el 50% de su proyecto de seguridad”. Si bien el partido de Ramallo tiene una población de 33 mil habitantes (según censo de 2010) desde el gobierno de María Eugenia Vidal se le brindó la excepción de poder contar con esta fuerza de seguridad que está destinada para aquellos municipios con una población mayor a los 70 mil habitantes.
“Se sumarán luego de una capacitación de 9 meses en el centro de formación ubicado en Ramallo, entre 120 y 150 efectivos”, según expresó el Intendente del FpV a los medios locales. ¿La saturación policial resuelve la problemática de seguridad? ¿Hay evidencia de que a mayor presencia policial haya menor delito? ¿Una fuerza local que se crea a imagen y semejanza de la bonaerense viene a resolver los problemas o los agrava? Para saber un poco más del tema Andar dialogó con Manuel Tufró, coordinador del equipo de Seguridad Democrática y Violencia Institucional del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
-¿Cuál es la opinión del CELS respecto de la implementación de la policía local por parte de los municipios? ¿Han evaluado ustedes resultados positivos en aquellos lugares donde están funcionando?
En general tenemos una opinión negativa sobre todo el proceso que culminó con la creación de las policías locales. Los debates que en principio se habían planteado, sobre la posibilidad de construir unas policías distintas, de proximidad, democráticas, menos violentas y corruptas y más orientadas a proteger derechos, se frustraron por la oposición del Frente Renovador y del sciolismo. Finalmente, las policías locales se crearon por decreto, y no tienen ninguna diferencia significativa con la Policía Bonaerense. En este sentido, consideramos que fue una oportunidad desperdiciada.
La capacitación de estas policías fue muy precaria, y eso se refleja en varios episodios de uso irracional de la fuerza o incluso en accidentes provocados por la mala manipulación de las armas. A pesar del corto tiempo transcurrido se han registrado casos de corrupción que muchas veces involucran a los altos mandos, provenientes de la Policía Bonaerense. Por otro lado, hay también problemas de convivencia entre las fuerzas, ya que los efectivos de la Bonaerense desprecian a los de la policía local por considerarlos inferiores.
– ¿Por qué se cree que la saturación de efectivos policiales dará solución a los problemas de seguridad, existe alguna evidencia al respecto, estadísticas que así lo confirmen?
No hay estadísticas sistemáticas sobre este ni sobre ningún tema vinculado a la seguridad, sólo información muy fragmentaria y poco confiable. En general, hay consenso en que algunos dispositivos de saturación policial en los que no estuvieron involucradas las fuerzas policiales sino la Gendarmería (como el Operativo Cinturón Sur en la Ciudad de Buenos Aires) tuvieron un impacto inicial positivo en términos de la disminución de algunos delitos, fundamentalmente los delitos callejeros predatorios. Este impacto inicial se diluye con el tiempo. La opción por la saturación policial se explica por una cuestión política, y no por su efectividad a la hora de reducir los delitos. La saturación policial permite a las autoridades mostrarse activas en el tema seguridad (porque lo que se muestra es el despliegue policial, nunca la disminución de delitos) y a veces incidir algo sobre el llamado «sentimiento de inseguridad» o inseguridad subjetiva, pero no sobre la cantidad de delitos. Al mismo tiempo, la saturación policial es una política demandada por las propias cúpulas policiales, ya que les permite aumentar sus recursos materiales, humanos y presupuestarios.
– ¿La formación de nueve meses alcanza? ¿Se podría decir que una fuerza policial local es necesaria pero con otro tipo de formación o debería salirse de pensar solamente las respuestas en esta materia con uniformados?
La formación de nueve meses es escasa, y hasta el año pasado era de seis meses. Pero más allá del tiempo lo importante es la impronta que se le quiere dar a la policía. Si la formación va a estar en manos de la Bonaerense, va a ser más de lo mismo, y no va a tener nada de policía de proximidad, porque si hay algo que la Bonaerense no sabe es de policiamiento comunitario o de proximidad. La formación debe en general estar en manos de civiles, salvo algunas materias muy específicas, y además hay que cuidar que luego cuando los policías egresados se integran a la fuerza, sus jefes no tiren abajo todo lo aprendido en la formación, porque en general el mensaje de los jefes es «todo lo que aprendieron en la academia no sirve, acá en la calle y en las comisarías empieza la verdadera formación», y entonces lo que transmiten son los valores tradicionales (violentos, corruptos, machistas) de la Bonaerense.
– En Villa Ramallo ocurrió un suceso trágico cuando el 17 de septiembre de 1999 dispararon a matar al vehículo en que asaltantes escapaban con rehenes de la toma de la sucursal del Banco Nación. Allí la responsabilidad fue de la policía bonaerense, dejando en clara evidencia que la autonomía de la fuerza estaba dispuesta a brindar un mensaje a la política, que los negociados existentes de la bonaerense la hacían más predispuesta a generar el delito que a combatirlo, además de la nula o escasa preparación de los grupos que formaron parte del operativo. Todo esto parece no estar en la memoria de quienes deciden dar como respuesta de seguridad implementar otra fuerza policial ¿Cuál es el análisis que realizan al respecto desde el equipo de Seguridad Democrática y Violencia Institucional del CELS? ¿Por qué no se consulta a especialistas para evaluar si realmente es necesaria de acuerdo a las estadísticas que existan sobre delitos en la comunidad?
No podemos responder para el caso específico de Ramallo, porque desconocemos su realidad, cuáles son los principales conflictos o dinámicas delictivas, su gravedad, por qué se decidió tener una policía local, quiénes son los encargados de formarla, etc.
En términos más generales, la respuesta podría ir por el lado de lo que se aborda en la segunda pregunta formulada: ante la demanda por mayor seguridad, la respuesta política es más policías porque es una respuesta relativamente fácil que permite mostrar gestión y «resultados» rápidamente (el resultado es la cantidad de policías, no la disminución del delito). Al mismo tiempo, con esto evitan meterse con la policía, por el contrario, les dan más poder. Así que todos contentos, salvo que las dinámicas delictivas no se ven seriamente afectadas. Los especialistas que abordan la seguridad desde una perspectiva democrática hacen hincapié en cuestiones como fortalecer el gobierno político de las fuerzas, establecer mecanismos de control rigurosos, erradicar prácticas violentas, diseñar políticas de seguridad que excedan la herramienta policial, etc. Esto implica siempre resistencias corporativas policiales que sólo pueden ser superadas con mucha voluntad política.