Declaración de la CPM La lucha por los derechos humanos reclama unidad
La Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires (CPM) repudió la quema de un muñeco con la figura de Hebe de Bonafini que se realizó al finalizar el acto de conmemoración por los 39 años del último golpe de estado en la ciudad de La Plata. En el comunicado, la CPM llama a la unidad y el respeto en la diversidad de los organismos de derechos humanos. A continuación, el comunicado del organismo.
ANDAR en la memoria
(CPM) En esta conmemoración de los 39 años del último golpe militar se realizaron infinidad de actividades coordinadas y convocadas por diversas organizaciones sociales, políticas y culturales y por diferentes organismos del estado. Congregaron a cientos de miles de personas en todo el país expresando una vez más el repudio masivo a la dictadura cívico-militar. Fueron diversos, como diversas son las memorias y los modos de recordar, pero cada acto ratificó esta idea y actualizó el NUNCA MÁS.
Por eso nos preocupó y nos dolió que entre tantas manifestaciones populares se apelara al agravio y la denostación para expresar las diferentes opiniones. Nos referimos a la quema de un muñeco con la imagen de Hebe de Bonafini. Esta acción merece nuestro profundo rechazo, nuestra solidaridad más sentida con la Asociación Madres de Plaza de Mayo y también una reflexión.
El movimiento de derechos humanos comenzó a formarse hace poco más de 40 años, y siempre fue diverso. Pero esa heterogeneidad, lejos de debilitarlo, le dio más fortaleza. Fue así que en los momentos más duros de nuestra historia supo tener una mirada estratégica y unificar las posiciones necesarias para defender la vida, la libertad y la democracia. Esto fue sin duda lo que le dio tanta legitimidad y tanta fuerza a sus reclamos, y lo que permitió a lo largo de muchos años de lucha que la VERDAD, la JUSTICIA y la MEMORIA sean consignas que, aún inacabadas, hemos ganado como sociedad.
Por eso nos duele ese acto agraviante a una referencia histórica del movimiento de derechos humanos, que nos ofende a todos y todas. Sin embargo, este rechazo no debe constituirse en un justificativo para denostar perspectivas diferentes en la caracterización de la situación actual y ahondar así las divergencias.
Debemos aprender de la historia y reafirmar así que el extenso campo de lucha por la plena vigencia por los derechos humanos convoca a los acuerdos, unifica y ofrece un piso común a tanta diversidad. Instamos a que así sea.