MEGAJUICIO POZOS DE BANFIELD Y QUILMES Y BRIGADA DE LANÚS La interferencia televisiva de una pelea de box y los brutales ataques a las casas operativas de Montoneros en La Plata
En una nueva cita del megajuicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los pozos de Banfield y Quilmes y en la Brigada de Investigaciones de Lanús –que funcionó en Avellaneda-, este 15 de marzo prestaron su testimonio Martín Horacio Cañas, hermano de Santiago, secuestrado en La Plata el 2 de agosto de 1977 y que aún permanece desaparecido, y Mónica Huchansky, hermana de Patricia, secuestrada de su casa de City Bell el 7 de febrero de 1977 además de su compañero Carlos Francisco Simón que fue capturado por la tarde del mismo día.
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(Por Diario del Juicio) Martín Horacio Cañas es el primero en declarar en la jornada del 15 de marzo y se presenta “para hablar de mi hermano Santiago, mi hermano querido que fuera visto en la Brigada de Investigaciones de La Plata y luego en el Pozo de Banfield. Su secuestro fue producto de la ‘afrenta’ que significó para la dictadura militar y sus mandamases la interferencia de la señal televisiva durante la pelea de box por el título mundial entre el feminicida Carlos Monzón y el colombiano Rodrigo Valdés”.
Aquella interferencia se produjo el 30 de julio de 1977 en La Plata sobre la señal de los canales 2 y 13, y reemplazó la transmisión de la pelea por una proclama de Montoneros en la que se le anunciaba al pueblo que la organización estaba presente en los barrios.
Según el testigo, la acción se habría realizado con un aparato que trasladaban en bicicleta, y quien la conducía habría sido Santiago Cañas. También participaron otros miembros de prensa de Montoneros como Daniel Mariani –el hijo de Chicha- y la pareja Roberto Aued y María Graciela Médici.
Durante muchos años, Martín Cañas junto a María Isabel “Chicha” Mariani y Cristina de Iturbide se dedicaron a investigar y reconstruir la historia de los ataques desmedidos y brutales de la dictadura sobre las que se conocían como “casas especiales” de Montoneros en la capital bonaerense.
Se trata de la casa de 63 entre 15 y 16 donde son asesinados Adolfo José Berardi y Marisa Gau, embarazada casi a término; la casa de 139 entre 47 y 49, conocida como el “taller”, en la que fueron asesinados “Amalia”, responsable de la columna de La Plata y otros militantes de Montoneros; y la casa de 30 entre 55 y 56, de prensa de la organización y en la que fue asesinada Diana Esmeralda Teruggi, mamá de Clara Anahí.
Dos días después de la interferencia televisiva, el 1 de agosto de 1977, es atacada la casa del matrimonio Aued y Médici, y allí es asesinado Daniel Mariani. Y el 2 de agosto Santiago Cañas se dirigía hacia aquella casa hasta que se da cuenta que comienzan a perseguirlo. En la huida, y en medio de un profuso barrial producto de intensas lluvias, queda atrapado en una zanja y finalmente es capturado por las fuerzas de la dictadura.
“No sabemos si tenía o no lo que se usaba en ese momento y para esas ocasiones, las pastillas de cianuro. Posiblemente la tomó, pero le habrían realizado un lavado de estómago en el acto para detener el envenenamiento”, afirmó el testigo y hermano de la víctima, quien explicó que los ataques con explosivos y desproporcionados en cantidad de efectivos y tipos de armas utilizados contra las casas operativas fueron en represalia a las acciones como las de la interferencia televisiva.
Estos asaltos ejemplificadores, además de otras irrupciones en casas de familiares de militantes, como la propia casa de la madre de Santiago Cañas en calle 134 y 39, fueron llevados a cabo por personal del Regimiento de Infantería 7, la Policía bonaerense -Comisaría Cuarta-, Gendarmería Nacional, Policía Federal, el Batallón de Infantería de Marina 3, Servicios de Inteligencia del Estado y la Concertación Nacional Universitaria (CNU).
“Nuestra investigación generó una hipótesis de la que podrían desprenderse nuevos trabajos: primero, la participación de las fuerzas conjuntas, policías, militares de distintas fuerzas y patotas civiles que actuaban conjuntamente; segundo, el ataque desproporcionado como arma de control social, utilizando a nuestros familiares como excusa para el disciplinamiento social e intentando imponer el terror en la población. Y el tercer punto es la relación entre bomberos, la ferocidad de los operativos y la presencia de niños en las casas atacadas. Por otra parte, cabe aclarar que tanto el ataque a la casa de mi madre como los realizados en otras viviendas de La Plata terminaban con un gran incendio que borraba las huellas”, enumeró Martín Cañas.
“Su objetivo político era que la gente de la ciudad escuchara detonaciones de todo tipo de armas, inclusive cañones. Su objetivo propagandístico era instalar el miedo, es decir, el terrorismo de Estado”, añadió el testigo, cuya madre María Angélica, y su hermana María del Carmen Cañas de Valiente resultaron asesinadas durante el ataque a la casa materna.
“Toda la familia fue destrozada”, sostuvo Cañas, que luego de vivir en varias ciudades del noreste del país –Paraná, Entre Ríos y Santa Fe- pudo salir rumbo a Brasil y de allí exiliarse en Francia. “Mi vida cambió. Mi vida fue otra y no la que imaginaba aquel muchachito de 21 años”, concluyó.
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El otro testimonio de la jornada fue el de Mónica Huchansky, quien se presentó por el caso de su hermana Patricia y su cuñado Carlos Francisco Simón, ambos secuestrados el 7 de febrero de 1977: ella, a las 11 de la mañana, y él a la tarde, después de las 19.
“Hacia marzo de 1976 la violencia se veía en las calles de La Plata. Ya no salíamos casi. Pasamos ese primer año asustadas. Nuestros amigos que militaban en distintas agrupaciones fueron muriendo de a poco. Fue desgarrador. Y un año después del comienzo de la dictadura fueron a buscar a Patricia y a Carlos. Primero a mi hermana, que se la llevaron de su casa a las 11 de la mañana según cuentan los vecinos. Irrumpieron muchos personajes armados en dos autos y se llevaron también a un matrimonio que estaban en la casa, compañeros de trabajo de Patricia, que habían ido a tomar mates”, describió Mónica.
“Dejaron a los niños con los vecinos. Yo estaba en Buenos Aires, por lo que al día siguiente al volver a La Plata fui a lo de mi hermana pero al llegar a su cuadra los vecinos empezaron a gritar que no nos acercáramos. Fue muy confuso porque no sabía adónde no debíamos acercarnos. Hasta que escuché a mis sobrinos gritar ‘tía, upa’. Salió una vecina y nos contó”, agregó.
Durante la tarde del día anterior, cuando se habían llevado a Patricia, había llegado Carlos, su pareja, a la casa, y al enterarse del operativo comenzó a llamar por teléfono a comisarías y destacamentos militares en busca de información sobre el paradero de Patricia.
“Finalmente, del Regimiento de Infantería Mecanizado 7 le dijeron que sí, que su esposa estaba allí y que esperara un ratito en la vivienda porque lo irían a buscar para que retirara a su mujer. Obvio que mi cuñado no apareció más”, explicó la testigo.
Patricia Huchansky tenía 27 años, era militante peronista y trabajaba en el Policlínico Platense. Fue a través de Adriana Calvo, sobreviviente del cautiverio y la tortura y testimonio clave para muchos de los juicios por crímenes de lesa humanidad, que la madre de Mónica y, años después, la testigo misma, conocieron los detalles del periplo de centros clandestinos por los que fue pasada Patricia: Primero la Brigada de Investigaciones de La Plata, luego el Destacamento de Arana, Comisaría 5ª y por último Pozo de Banfield. Allí Adriana vio cómo torturaban a Patricia.
“Los restos de mi hermana nunca aparecieron, los de Carlos sí”, agregó la testigo, quien cerró con un fragmento de la declaración de su madre producida en los Juicios por la Verdad: “Yo vengo trayendo un agujero irreparable y sueños. Y en este juicio sueño que ustedes, que tomaron la determinación de llevar adelante el Juicio por la Verdad, algún día me entreguen tanta justicia como tanta verdad se ha depositado acá. Y quiero también que los gobiernos no me ofrezcan dinero por mis hijos, los hijos no se venden. Yo quiero que algún día, a través de ustedes o algún otro tribunal, pueda yo decir que se hizo justicia”.
El debate oral y público continuará el martes 22 de marzo a las 9 horas con los testimonios de Alejandra Úrsula de Movile, Martín Boneto y Ana Julia Boneto.
*Cobertura realizada por Sebastián Pellegrino
Cómo citar este texto: Diario del juicio. 15 de marzo de 2022. LA INTERFERENCIA TELEVISIVA DE UNA PELEA DE BOX Y LOS BRUTALES ATAQUES A LAS CASAS OPERATIVAS DE MONTONEROS EN LA PLATA. Recuperado de… https://diariodeljuicioar.wordpress.com/?p=1160″