HACE 45 AÑOS SU CUERPO APARECÍA EN LA COSTA URUGUAYA La historia de Floreal Avellaneda en los documentos de la DIPPBA
En la madrugada del 15 de abril de 1976, una patota del Ejército secuestró a Iris Pereyra Avellaneda y a su hijo Floreal Avellaneda; buscaban a Floreal padre, que logró escapar un rato antes del operativo. Madre e hijo fueron brutalmente torturados primero en la Comisaría de Villa Martelli, luego en el centro clandestino de detención “El Campito”. Dos semanas después, Iris fue puesta a disposición del PEN. Floreal tenía 15 años y fue la víctima más joven de los vuelos de la muerte, su cuerpo apareció en la costa uruguaya el 14 de mayo de 1976. A 45 años, compartimos los documentos del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) sobre su desaparición y la respuesta negativa de la inteligencia militar ante los pedidos de habeas corpus solicitado por él.
ANDAR entre Archivos
(Agencia Andar) En septiembre de 1976, cinco meses después del secuestro, cuatro meses después de que su cuerpo apareciera en la costa uruguaya, el nombre de Floreal queda registrado por primera vez en el archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA): es un informe elaborado por el Primer Cuerpo del Ejército: “Se servirá comunicar que en el Comando general del Ejército no existen antecedentes de Floreal Edgardo Avellaneda”.
El legajo N° 8325 de la Mesa Ds [Delincuentes subversivos] varios recoge el parte de inteligencia elaborado por el Ejército a partir de una solicitud de información remitida por el Juez Federal de San Martín, Guitard, en el marco de un habeas corpus presentado por Floreal.
El informe del Primer Cuerpo del Ejército existía desde mayo e informaba sobre la madre de Floreal: “Pereyra Iris Etelvina se encuentra a disposición del P.E.N. por decreto 203/76”. La omisión de lo informado por la inteligencia militar está a la vista: Iris y Floreal fueron secuestrados en el mismo operativo, por disposición del Ejército; sin embargo, el Estado Mayor niega tener información de Floreal.
El 15 de abril de 1976, una patota militar llegó en ocho automóviles Falcon a la casa de la familia Avellaneda-Pereyra en Munro; buscaban a Floreal padre, que había sido delegado sindical de la fábrica metalúrgica Tensa. Su hermana, que vivía en la parte delantera de la vivienda, entró para avisarle y él logro escapar. En lugar de Floreal, los militares se llevaron a Iris y al Negrito. En la casa quedó sola la hija menor de los Avellaneda, de 12 años.
De allí los llevan a la Comisaría de Villa Martelli, los torturan a ambos: Iris escucha los gritos de dolor de su hijo; Floreal escucha los gritos de dolor de su madre. En la dependencia policial, es la última vez que Iris escucha la voz de Floreal, él le dice “mami, menos mal que papi se escapó”. Después los dos son trasladados al Centro Clandestino de Detención “El Campito”.
Luego de 15 días de cautiverio, Iris fue puesta a disposición del PEN y alojada en la cárcel de Olmos. El 14 de mayo, ocho cadáveres aparecen en la costa uruguaya; entre ellos, está el cuerpo de Floreal, que tenía 15 años. La víctima más joven de los vuelos de la muerte.
En ese momento, el diario Crónica había publicado la noticia y descrito que uno de los cadáveres tenía 1,70 metros de altura, tez trigueña y un tatuaje en el brazo con las letras FA. Ese tatuaje permitió identificarlo. La confirmación oficial llegaría muchos meses después; luego de varias presentaciones judiciales, las autoridades uruguayas enviaron fichas dactiloscópicas y fotos del cadáver: la Policía Federal Argentina confirmó la identidad a través del cotejo de las huellas dactilares.
Antes de esto, el trámite de habeas corpus presentado por Floreal en la justicia argentina no había tenido ningún resultado. Su caso formó parte de un pedido de informes por parte de la Suprema Corte de la Nación. Está registrado en el Legajo Nº 7987 de la Mesa Ds Varios, caratulado: “Antecedentes de 405 personas y solicitud de paradero al P.E.N. por la Suprema Corte de la Nación. 5 de mayo de 1977”. En la foja 6, Nº de orden 30 se consigna: “Floreal Edgardo Avellaneda: 15 años, desapareció el 15/05/76 [Se trata de un error en el texto original]. Se desconoce su paradero. Habeas Corpus presentado en el Juzgado Federal Nº 1 de San Martín”.
Cuando recuperó su libertad en 1978, Iris Etelvina Pereyra conoció el destino de su hijo y comenzó los trámites para trasladarlo a la Argentina, pero entonces el cuerpo del Negrito había desaparecido. Su cuerpo nunca se recuperó.
La última mención a Floreal Avellanada en la DIPPBA es Legajo Nº 21347, caratulado: “Volante de la Federación Juvenil Comunista. Año 1984”, que informa sobre el reparto de volantes en la zona norte y Capital Federal y adjunta copia del material: un volante con consignas, la foto de Floreal y el pedido de verdad y justicia; el otro volante titulado “Un hecho estremecedor que no debe repetirse”, relata a partir del testimonio de Iris toda esta historia: el secuestro, las torturas, la última vez que ve a su hijo en la comisaría, la identificación del cuerpo y el pedido de justicia.
En el año 2009 el caso llegó a juicio, con condenas firmes para todos los acusados. Santiago Riveros, ex comandante de Institutos Militares, fue condenado a prisión perpetua. Otros cinco ex militares recibieron penas de entre 8 y 25 años de prisión: se trata de Fernando Verplaetsen, ex jefe de inteligencia en Campo de Mayo; el entonces jefe de la Escuela de Infantería, general Osvaldo García; los capitanes César Fragni y Rául Harsich, que estaban a cargo del centro de detención ilegal El Campito; y Alberto Aneto, el principal de la comisaría de Villa Martelli que fue reconocido como jefe de los operativos de secuestro y tortura en Campo de Mayo.
Los legajos citados en esta nota fueron parte del valioso informe documental que la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó durante el juicio. La importancia del material del archivo fue reconocida tanto en la sentencia de primera instancia como por la Casación.
Al momento de su desaparición, Floreal tenía 15 años; con tan sólo 12, el Negrito se había afiliado a la Federación Juvenil Comunista. Tanto Iris como Floreal, su padre, eran militantes en el Partido Comunista. Su casa, en Munro, había sido local del partido. La historia había comenzado con su abuela, quien había sido cofundadora del PC en Vicente López y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre –hoy Liga Argentina de los Derechos Humanos (LADH)- allá por el año 1935, cuando la organización llevaba el nombre de Socorro Rojo.
Hoy, a los 81 años, Iris es vicepresidenta de la LADH e integrante de la Comisión de sobrevivientes, familiares y compañerxs de Campo de Mayo. El Campito es uno de los CCD más grandes: se estima que 5 mil personas pasaron por allí de las cuales sobrevivieron muy pocas. Se ubica en el predio de Campo de Mayo, en San Miguel, donde también se encuentran otros espacios emblemáticos: la pista de aterrizaje, de dónde salían los vuelos de la muerte; la Cárcel de encausados (Unidad penal 34), donde están alojados muchos de los genocidas; el CCD conocido como Las Casitas y el Hospital Militar, a donde llevaban a las embarazadas a parir para después apropiar a sus bebés.
El 1° de marzo del año pasado, el Presidente Alberto Fernández anunció la creación en el lugar de un espacio de memoria, como venían reclamando desde hace años desde la Comisión de sobrevivientes, familiares y compañerxs.