TERMINÓ EL XVIII ENCUENTRO DE JÓVENES Y MEMORIA La esperanza de un mundo mejor
14 mil jóvenes participaron del XVIII Encuentro de cierre de Jóvenes y Memoria en Chapadmalal. Como desde hace 18 años, el programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) convoca masivamente a las nuevas generaciones que, desde sus escuelas y organizaciones territoriales, renuevan la agenda de la democracia desde una perspectiva de los derechos humanos, una agenda política que se inscribe en una larga historia de luchas y conquistas. “A pesar de todo el sufrimiento, de la desigualdad, de la violencia, nosotros construimos la esperanza de un mundo mejor”, señaló el presidente de la CPM Adolfo Pérez Esquivel.
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(CPM) ¿Acaso no es una fiesta abrirle los ojos a la gente?, se preguntan. “Como jóvenes creemos que es necesario rebelarnos ante lo injusto, lo impuesto, lo normal; luchando unides y organizades para combatir este Estado capitalista que se fortalece cada vez más con el hambre y la miseria del pueblo”, dijeron en uno de los tantos manifiestos escritos durante estos 42 días de encuentro. Jóvenes y Memoria es, desde hace 18 años, ese espacio donde las nuevas generaciones exponen sus demandas, también sus sueños y deseos.
Entre el 29 de octubre y el 10 de diciembre, 14 mil jóvenes de más de 100 distrito de la provincia de Buenos Aires participaron del encuentro de cierre en Chapadmalal. Durante 42 días, el hotel 4 del complejo turístico se llenó 21 veces. El programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) lleva realizándose durante 18 años sin interrupciones; una experiencia pedagógica única que se renueva año tras año, que crece y consolida como una política pública en educación y derechos humanos.
«Educar es generar conciencia crítica para la libertad y, desde la Comisión, estamos seguros que Jóvenes y Memoria aporta a esa construcción, a crecer como hombres y mujeres libres, porque si no somos libres no podemos amar», dijo el presidente de la CPM y premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. La pedagogía de este programa es una pedagogía de la esperanza: “Democracia significa derecho e igualdad y si miramos a nuestro alrededor vemos que eso no es así. Frente a esto, tenemos la esperanza como un valor para transformar el mundo, construimos la esperanza de un mundo mejor”.
Este año, se presentaron 1.080 equipos, las investigaciones realizadas por les jóvenes construyen una agenda política de las demandas sociales, una muestra de las deudas que aún hoy mantiene la democracia y que, peor aún, en los últimos años crecieron con la imposición de un modelo neoliberal y regresivo.
“El neoliberalismo volvió y nos atravesó como sociedad, con su mandato de regresión, represión, pobreza y exclusión. Sigue pendiente ese país de los que estamos acá abajo y tenemos la esperanza de un mundo mejor”, dijo la directora general de la CPM Sandra Raggio en el cierre del encuentro. Y agregó: “Nos quieren hacer creer que esto es todo lo que tenemos, pero no es esta la sociedad que queremos. Queremos que la felicidad sea con el otre y acá, en Chapa, somos la certeza de que el mundo va a ser distinto”.
Este año como en el anterior, el programa de la CPM sólo ocupó un hotel. El abandono de los fines para turismo social de este complejo también fue una marca de estos últimos años que se cristalizó hace pocos meses en un decreto presidencial que pretende entregar los hoteles 7 y 8 a Gendarmería Nacional. Día tras día, jóvenes y educadores que participaron del programa reivindicaron el rol de este espacio y se pronunciaron contra la propuesta del Ejecutivo: “Más pibes, más pibas, menos Gendarmería”, escribieron en un mural de 8 metros.
“A pesar de las dificultades, seguimos estando acá, porque estábamos convencidos que era indispensable sostener Jóvenes y Memoria. Y también seguimos acá año tras año, porque ustedes le ponen el corazón, porque sabemos que acá construimos una trama de relaciones que nos sostiene humanamente”, expresó el secretario de la CPM Roberto Cipriano García.
El encuentro de este año también coincidió con un contexto de crisis y protestas populares en América Latina: el golpe de Estado en Bolivia, las rebeliones populares en Chile, Ecuador y Colombia. La coordinadora de la Unidad memoria y derechos humanos del Ministerio de las culturas, las artes y patrimonio de Chile, Francia Jammet Pizarro, estuvo en Chapadmalal, compartió la presencia de Adolfo Pérez Esquivel y presenció la intervención “El violador eres tú” que mujeres realizaron en la explanada del hotel.
Francia agradeció la reciente visita de Pérez Esquivel a Chile, una visita humanitaria para denunciar la represión y ver a las personas detenidas en las protestas sociales. De manera conjunta, apostaron al proyecto de compartir un espacio de Jóvenes y Memoria con escuelas y organizaciones territoriales de ambos países.
“En Chile hay un estallido social que comenzaron los jóvenes saltando los molinetes del metro. Durante años, el país fue un emblema de las políticas neoliberales y esa protesta, que era no sólo por el boleto del metro sino también por el costo de la vida, demostró que había una sociedad cansada, como dicen acá, de la normalidad que impone el neoliberalismo”, resumió Jammet Pizarro. Tras su intervención, de pie, en el auditorio jóvenes y coordinadores gritaron: “Chile, escucha: tu lucha es nuestra lucha”.
Ese compromiso también estuvo en los manifiestos realizado por les jóvenes: “La vulnerabilidad de la democracia es el punto crucial de Latinoamérica, que debe seguir resistiendo contra el neoliberalismo y contra la opresión del sistema que nos quiere encerrar”.
Además de les jóvenes, el espacio es también de les coordinadores que están detrás de este encuentro, que impulsa el trabajo en cada uno de sus lugares. Este año fueron más de 2.200 educadores que pasaron por Chapa: “El programa viene a recuperar las pedagogías latinoamericanas ocultas, silenciadas, y que de alguna manera nos llevan a ejercer la pedagogía de la pregunta, a sacarnos del círculo de la repetición que es tan difícil de romper, para nosotros los profes, pero también para los jóvenes”, explicó Ximena Martel, docente de la EEM 3 de Coronel Pringles.
Las investigaciones de Jóvenes y Memoria deben tener un anclaje territorial y, en ese sentido, los barrios populares fueron el centro de muchos de estos trabajos: denunciaron la falta de políticas públicas que garanticen los servicios básicos para una vida digna y la presencia cada vez más fuerte de la Gendarmería y las fuerzas de seguridad que despliegan su fuerza represiva especialmente sobre les jóvenes.
Crisis económica, trabajo y organización popular fueron otro de los temas de investigación más abordados este año. Más de 200 proyectos de investigación denunciaron la violencia contra mujeres y disidencias, y cuestionaron las estructuras binarias; muchos esos trabajos trataron las múltiples violencias al colectivo trans y los crímenes de odio.
“La exclusión condena nuestros deseos”, resumen les jóvenes en el manifiesto. Y en otro dicen: “Le respondemos al individualismo con compromiso político y social, y al miedo con coraje y rebeldía”.
“Este espacio de construcción colectiva es un derecho conquistado, un espacio de les pibes desde hace 18 años y que lo seguirá siendo mucho más”, señaló la directora del programa Jóvenes y Memoria, María Elena Saraví. “Cada año ratificamos ese compromiso con la historia, la política, la memoria y los derechos humanos. Un compromiso que hacemos desde esas redes que nos sostienen en el barrio y la escuela”.
Frente a un sistema que nos propone el individualismo, Jóvenes y Memoria refuerza lo colectivo como principio político y transformador: como siempre recuerda Adolfo Pérez Esquivel, citando a un poeta francés, “nadie puede ser feliz solo”.
“La felicidad está en encontrarnos y compartir. Esto hacen acá, en Chapa, y nos ayudan a construir una sociedad más justa, una sociedad con libertad donde se respeten los derechos del pueblo», cerró el presidente de la CPM.
Un año más, otro, 18 veces Chapadmalal. Tantos años dejan una certeza: les jóvenes son la garantía de no repetición y la esperanza de un mundo mejor”.