40 AÑOS BUSCANDO MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA La CPM celebra la restitución de la identidad de la nieta 125
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) celebra la recuperación de la nieta 125, hija de Lucía Tartaglia, y reivindica una vez más la conmovedora tarea de las Abuelas de Plaza de Mayo que desde hace 40 años vienen sosteniendo la búsqueda de los nietos y nietas apropiados por los genocidas. Para la CPM, la restitución de la identidad de cada uno de ellos es un acto reparatorio no sólo para la familia sino también para todo el pueblo argentino que hizo de la lucha por memoria, verdad y justicia un emblema de nuestra democracia.
ANDAR con las abuelas
(CPM) Ayer, durante el acto por el 40° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo, la asociación anunció la restitución de la identidad de la nieta 125. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) le da la bienvenida a la nieta 125, saluda a la familia y celebra esta lucha de Abuelas y de todo un pueblo que sigue buscando memoria, verdad y justicia.
La nueva nieta restituida es hija de Lucía Tartaglia, que fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977 en La Plata. En cautiverio, Lucía llegó a mandar una serie de cartas a su hermano; en una de ellas contó que estaba embarazada y que esperaba dar a luz para principios de 1979. Tras la recuperación de la democracia, los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención del llamado circuito ABO (Atlético, Banco y Olimpo) confirmaron que la vieron y que dio a luz en cautiverio. Desde que la familia de Lucía supo del embarazo, comenzó la búsqueda de su bebe; 38 años después, esa búsqueda terminó.
Como ha señalado en otras oportunidades la CPM, la recuperación de cada nieto o nieta apropiados por los genocidas durante la dictadura militar es un acto de justicia y reparación que fortalece nuestra democracia, y reafirma el camino de memoria, verdad y justicia como un principio irrenunciable de esa democracia que, como pueblo, construimos en las calles.
La restitución de la identidad de una nueva nieta es también un acto de inmensa alegría que renueva energías y fuerzas para continuar la búsqueda de los cientos de nietos y nietas que quedan por recuperar. En ese sentido, los 40 años de las Abuelas de Plaza de Mayo son un ejemplo del compromiso con esa historia de lucha.