RECLAMO DE JUSTICIA La bala que mató a Sabrina era de la policía
Se conocieron los resultados de Gendarmería que dan cuenta de que la bala que mató a Sabrina Olmos –la joven de 15 años que estaba en el patio de la escuela y murió al ser alcanzada por un proyectil – pertenecía a un arma policial.
ANDAR en la Justicia (Agencia)
Los resultados de las pericias, realizadas por Gendarmería Nacional a pedido de la Fiscalía Nº 5 de Morón, fueron confirmados ayer, y probaron que la bala que mató a la joven de 15 años Sabrina Olmos, ocurrido en el mes de agosto en Gervasio Pavón, partido de Morón, pertenecía a un arma disparada por un agente policial.
Vale recordar que el 25 de agosto de 2014, cerca de las 9.30 hs, varios móviles policiales perseguían a un vehículo que habría sido robado momentos antes, los agentes dispararon repetidamente hacia el mismo. Uno de los proyectiles, luego de recorrer 80 metros impactó en el cuerpo de la adolescente, quien se encontraba en un patio interno del establecimiento educativo donde cursaba sus estudios, causándole la muerte instantáneamente.
Desde la Comisión provincial por la Memoria expresaron que con “este caso se reedita el uso abusivo y desproporcionado de armas de fuego por parte de las agencias de seguridad del Estado, demostrando la falta de profesionalización de la fuerza y el desprecio a la vida. No sólo se incumplió el artículo 13 inciso i de la ley 13482, que dispone que “cuando exista riesgo de afectar la vida humana o su integridad, el policía debe anteponer la preservación de ese bien jurídico al éxito de la actuación o la preservación del bien jurídico propiedad”, sino que se incumplieron protocolos ratificados por nuestro país que regulan el uso legítimo de las armas de fuego por parte de los funcionarios.
La muerte de Olmos no es una situación aislada. El 6 de mayo de 2012, Lautaro Bugatto fue asesinado por el agente David Benítez cuando este intentaba repeler el robo de una moto en la avenida Monteverde de Lomas de Zamora; Bugatto salía de su casa en ese momento y recibió el impacto de uno de los (al menos) 7 disparos que realizó Benítez, en una zona altamente transitada. El día 29 de agosto de 2013, en la zona céntrica de la ciudad de La Plata, el agente de la policía Mauricio Aguilera se encontraba circunstancialmente en un local de comida, al cual ingresaron a robar dos personas; el agente persiguió a los delincuentes disparando sin ningún resguardo por las calles adyacentes, y uno de esos proyectiles impactó en el cuerpo de María Soledad Bowers, quien se encontraba esperando para ingresar a un recital, causándole la muerte. En estas dos situaciones pudo evidenciarse las fatales consecuencias del “estado policial”, que obliga a los agentes a intervenir estando fuera de servicio en cualquier situación delictiva.
El discurso bélico asumido por el ejecutivo provincial y que refleja la orientación de las políticas de seguridad y definen el rol policial, es parte del problema y no de la solución. Lo anunciado en el marco de la denominada emergencia en materia de seguridad, respecto a los
«delincuentes abatidos en el marco de enfrentamientos» es el fiel reflejo de la naturalización por parte de las autoridades políticas respecto al empleo de armas por parte de la policía y del resultado muerte como algo esperable y positivo.
La justicia deberá continuar el proceso judicial garantizando el acceso a la verdad y la justicia. Las autoridades políticas deben tomar medidas que limiten el uso de armas por parte de los agentes policiales y revisar en particular la exigencia de intervención bajo el denominado estado policial.