CONVERSATORIO SOBRE JUVENTUDES Y DERECHAS “La adhesión al liberalismo es el procesamiento sociocultural de una fuerte crisis del Estado”
Convocados por la CPM en el marco del programa de formación en educación, memoria y derechos humanos “Pensar la democracia”, los investigadores Melina Vázquez y Nicolás Welschinger participaron del conversatorio «Juventudes y nuevas derechas»; allí compartieron herramientas para pensar el avance de los discursos de ultraderecha en Argentina y el resto del mundo, y el rol de las juventudes, las aulas y la escuela en este contexto.
ANDAR en la CPM
(Agencia Andar) Melina Vázquez y Nicolás Welschinger son parte del equipo de investigadores que escribieron el libro Está entre nosotros ¿De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir?, compilado por Pablo Semán. En el marco del programa de formación en educación, memoria y DDHH de la Comisión por la Memoria “Pensar la democracia” participaron de un debate con docentes acerca del lugar de las nuevas generaciones en la escena política moderado por la directora general de la CPM, Sandra Raggio.
¿Qué piensan y sienten los y las jóvenes sobre el rol del estado? ¿Cómo y por qué se acercan a la política? ¿Qué votan y porqué? ¿Hay un giro de la juventud hacia las derechas? ¿Cómo eso es posible? ¿Cómo se vinculan, aparecen o inciden esas posturas políticas en el ámbito de la escuela?
“Las juventudes son como la sociedad: heterogéneas. La experiencia de los jóvenes no es inocua. Las ideologías son el emergente al que hay que oponer un detrás de escena. Durante dos años generamos un vínculo con esas juventudes cuya experiencia generacional está marcada por la crisis de la pandemia. Hicimos el camino inverso de muchos análisis: no pensamos primero las narrativas políticas, ideológicas o doctrinarias, miramos cómo desde las experiencias cotidianas estos jóvenes adherían a la ideología, y cómo la experiencia de esa crisis lleva a la adhesión al ideario libertario”, sintetizó Welschinger sobre la metodología de trabajo para describir luego lo que vio como una “triple crítica social juvenil”.
“Critican el estado en que se encuentra el Estado, la economía y la política; es el procesamiento sociocultural de una fuerte crisis de ese Estado, de la estructura social argentina y de empleo. Es una crítica anclada en experiencias personales. No es una crítica doctrinaria al rol del Estado en la vida social, como puede ser el discurso de Milei, sino al rol que tiene el Estado en su cotidiano y un uso muy irónico del discurso que el kirchnerismo construyó en los años anteriores sobre el Estado presente”, explicó el investigador.
La distancia entre esos discursos y la experiencia cotidiana llevó a que los jóvenes vieran al Estado como “un actor que hace mímica” y avanzó hacia una crítica a lo público en la medida en que Milei pudo ponerle un nombre a ese malestar. “Lo mismo pasa con la crítica a la economía a la que las gestiones anteriores de gobierno (la de Cambiemos y el Frente de Todos) no pudieron estabilizar, como primer punto en torno a la inflación. Y esta discusión no es economicista sino en torno a cómo se procesa eso en los proyectos de vida de los jóvenes: la imposibilidad de proyectarse hacia el futuro, de concretar proyectos como salir de la casa de los padres, la idea de viajar en algunos sectores o comprar un terreno, alquilar, ir a la universidad, todo eso es lo que se ve socavado por la incertidumbre de la inestabilidad económica. Esto es lo que precede de nuevo a la adhesión a propuestas de La Libertad Avanza”, agregó.
“Todo esto redunda en la crítica a la política, que también habla haciendo mímica narrando una realidad que debería ser pero no es, y que no termina de ser aquella que permite construir una interpretación de qué está pasando con la propia vida”, concluyó sobre la mirada de muchos jóvenes hacia la política.
Melina Vázquez puso la lupa específicamente en los jóvenes con una militancia activa dentro de La Libertad Avanza e introdujo en la charla la mirada sobre el pasado reciente como uno de los grandes temas. “Hay un activismo que, lejos de negar la discusión sobre el pasado, disputa ese pasado de forma permanente. Siempre las miradas sobre el pasado agregan lecturas que se hacen desde el presente. Hay en ellos una manera de discutir el pasado muy mediada por su lectura sobre qué fue el kirchnerismo y desde una posición profundamente antikirchnerista”.
La investigadora subrayó la importancia de las aulas como espacio donde se desarrollan los valores democráticos para pensar en estos discursos: “hay un desafío que es hacer lugar a esto, no puede haber en el aula temas que no se puedan hablar; en todo caso hay que ver cuáles son las inquietudes y cómo responderlas. Por ejemplo el debate sobre los 30 mil. Las aulas son lugares de mucha potencia en torno a los valores democráticos en el sentido de un ejercicio de escuchar cosas que no nos gustan pero que son necesarias discutir”, apuntó.