COMENZÓ EL DEBATE POR ENCUBRIMIENTO Y FALSO TESTIMONIO Juicio a peritos médicos: testigo reveló nuevas irregularidades en el hallazgo del cuerpo de Castello
Este martes 4 de junio, a instancias del Juzgado Correccional 5 de La Plata, se dio inicio al juicio en el que se ventilarán las afirmaciones de tres profesionales médicos que, en opinión de la fiscalía de instrucción, resultan falsas y tendientes a generar una hipótesis de suicidio en la investigación penal sobre la muerte del ambientalista de 62 años, Carlos Castello. La CPM participa del debate oral como co-patrocinante del particular damnificado. Importantes datos del testigo de actuación que presenció las primeras pericias en la casa de la víctima.
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(Agencia) Durante la mañana del 20 de octubre de 2008, Eduardo Castello, un veterinario de Capital Federal, recibió un llamado desde el celular de su hermano Carlos Alberto, ambientalista de 62 años y dueño de una vivienda en la Laguna de Lobos que utilizaba como casa de fin de semana. Sin embargo, al otro lado de la línea la voz no era la de Carlos: alguien le avisaba la trágica noticia del suicidio de su hermano.
Desde ese momento, Eduardo Castello debería escuchar a policías, presuntos testigos y a los peritos médicos hablar del suicidio como causal de muerte de su hermano, el que habría sido realizado con “su propia arma” en el contexto de una “profunda depresión por una grave enfermedad”, entre otras afirmaciones que comenzaron a circular desde aquella mañana del hallazgo del cuerpo. Pero Eduardo sabía que su hermano no tenía un arma en su casa y que hacía tiempo que había superado la enfermedad.
Toda la maraña de falsedades respecto a la hipótesis del suicidio fue, poco a poco, siendo desmontada por Eduardo Castello, hasta llegar al cambio de carátula en la causa por la muerte de su hermano –ahora se investiga el homicidio del ambientalista- y el inicio de otra causa penal que examina la actuación del médico policial Jorge Antonio Álvarez Ceballos y los autopsiantes Marcela Sabules y Pablo Miceli.
Es esta última causa por encubrimiento y falso testimonio contra los profesionales médicos la que acaba de empezar a ser juzgada en el Correccional 5 de La Plata. En cuanto a Ceballos, se discute si estuvo o no aquella mañana en la casa de Castello para evaluar el cuerpo –él dice que estuvo, a pesar de que nadie lo reconoce en el sitio y que su firma no aparece en el acta del procedimiento policial-; y se examina por qué afirmó como causal de muerte el suicidio en vez de advertir los notorias heridas en el rostro y tórax de la víctima.
De acuerdo a la hipótesis de la instrucción, con su accionar el médico Ceballos intentó encubrir a los autores de un homicidio, que habrían sido policías del Destacamento de la Laguna de Lobos.
Por otra parte, sobre los autopsiantes Sabules y Miceli se evaluará por qué “ambos afirmaron una falsedad (…) Consignaron en su informe que las características del orificio de entrada y ausencia de lesiones en el cuerpo del causante eran compatibles con signos observados en casos de autoagresión”.
En esta primera audiencia del juicio declaró como primer testigo Eduardo Castello. Luego fue el turno de Carlos Anselmo Leiva, el testigo de la actuación policial de aquella mañana de 2008 cuando fue hallado el cuerpo de la víctima.
“Vivo en la Laguna desde hace 26 años. Aquella mañana, alrededor de las 8, estaba comenzando mi trabajo de recolección de basura en el Club de Pesca en la Laguna de Lobos y me viene a hablar uno de los policías del destacamento, de apellido Morfil. Me cuenta que Castello se había suicidado. Él se va y yo sigo trabajando”, comenzó relatando.
“Horas después, cerca de las 11 de la mañana, me vuelve a ver Morfil y me dice que fuera testigo de las pericias que se iban a realizar en la casa. Me dirijo con él hacia lo de Castello y, al llegar al frente, veo que ya había gente en interior de la vivienda”, continuó Leiva.
-¿Ya había personas en el interior antes de que usted ingresara? -preguntó el fiscal de juicio
-Sí, estaban haciendo las pericias. Cuando entré, vi a 8 o 10 personas más o menos
-Y mientras estuvo allí, ¿esas personas se presentaron ante usted? ¿Supo quiénes eran?
-No -contestó el testigo
-¿Y alguien le fue contando lo que estaban haciendo con respecto a las pericias?
-No.
El relato de Leiva agrega más irregularidades a la causa, particularmente con respecto a las primeras horas luego del hallazgo del cuerpo de Castello sin vida.
Con respecto al médico policial Ceballos –el imputado que afirma desde el comienzo haber realizado las primeras diligencias médicas en la casa-, Leiva pudo reconocerlo en la sala de audiencias.
-¿Lo vio aquella mañana que usted ingresó a la vivienda como testigo? -interrogó el fiscal
-No.
-¿Y en algún momento de ese día?
-No, creo que no.
Otro testimonio importante de esta primera audiencia fue el del médico legista Ramiro Luis González Oliva, perito de parte convocado por Eduardo Castello durante la instrucción.
“En base a las fotografías oficiales, se percibió durante mi estudio la presencia de lesiones vitales pre mortem que no habían sido consignadas en la autopsia. Había lesiones en el rostro y en el tórax de la víctima y son pre mortem porque esas heridas no tuvieron los signos habituales de la evolución de dos o más días”, afirmó el médico.
La fiscalía le preguntó, en base a su experiencia, si es habitual que en una autopsia se puedan confundir o ignorar las heridas en tórax y rostro, tal como ocurrió con el informe de Sabules y Miceli. “Yo diría que no”, fue la tajante respuesta, sobre lo que agregó que se trata de errores evidentes, “gruesos”. En total fueron advertidos 15 errores en la autopsia, de acuerdo a la evaluación que realizó González Oliva como perito de parte, cuatro de las cuales resultan a su juicio notorios.