CÓMO PIENSAN LOS JÓVENES LA DIVERSIDAD Jóvenes y Género: un pasado que no determina
La violencia de género y la trata de personas desde el análisis que hacen los jóvenes en un programa que busca hacer escuchar esas voces. ¿Cuáles son las preguntas que los jóvenes se hacen sobre los géneros? ¿Qué les preocupa? ¿Qué los motiva?
ANDAR en la diversidad
(Agencia) El programa Jóvenes y Memoria de la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires (CPM) es un espacio en donde la voz principal es la voz de los jóvenes. Los docentes, coordinadores y hasta los propios integrantes del programa funcionan como apoyo de las decisiones que ellos mismos van tomando y como soporte en momentos de incertidumbre.
¿Cuáles son las preguntas que los jóvenes se hacen? ¿Qué les preocupa? ¿Qué los motiva? Son cuestiones que en el mundo adulto intentan resolverse muchas veces sin tener en cuenta las voces de los protagonistas. Lo mismo sucede con el diseño de las políticas públicas, que en juventud no han logrado aun fortalecer una perspectiva generacional que atraviese todos y cada uno de los programas implementados y se han concentrado en generar espacios alternativos específicos para jóvenes, siendo de todas formas estos sumamente importantes para la atención de “lo juvenil”.
¿Por qué se presupone que los jóvenes necesitan un intermediario? Tal vez porque los jóvenes asustan un poco, questionando muchas veces la legitimidad del orden establecido. La juventud es la actitud y la posibilidad de preguntarse el por qué de lo que hay, de lo que es. ¿Por qué es así y no es de otra forma? Esa posibilidad de cambio genera miedo. Entonces desde el poder se los inhabilita y se habla por ellos, porque “ellos no saben lo que necesitan, lo que les preocupa, lo que quieren”.
[pullquote]en 2012 un 6% de los trabajos abordaba la línea de género dos años después se duplicó el porcentaje[/pullquote]
El programa Jóvenes y Memoria parte de otra premisa: lo que los jóvenes tienen para decir es importante. Por ello, el mismo programa se fue modificando y desde hace dos años incorporó una línea temática específica de violencia de género y trata de personas, en base a las propias inquietudes que los jóvenes exhibían.
En 2012 -momento en que se abrió ese eje temático- se presentaron 59 trabajos, lo que representa cerca de un 6% del total de proyectos admitidos en las 14 líneas de trabajo. Ya para el 2014, esta cifra se vio duplicada a más de un 12% siendo 127 los proyectos sobre género presentados sobre un total de 1057.
El núcleo común que agrupa estos trabajos es que tod*s estamos inmersos en un orden de género, lo que significa que compartimos -en relaciones de tensión permanente- un sistema de creencias que intenta normativizar roles, atributos y formas de actuar, estableciendo comportamientos “esperables” para las diferentes identificaciones sociales sea hombre, mujer, trans, etc. Se espera que las mujeres tengan una apariencia física determinada y los hombres otra, que los hombres no usen minifaldas, que las mujeres no tengan bigotes, que las mujeres sean débiles, que tod*s seamos identificables como hombres o mujeres en una suerte de binarismo natural.
[pullquote]Los chicos ven en la escuela, en sus casas, en la calle que el género es un tema que pone en jaque ciertos sentidos comunes[/pullquote]
Estas concepciones responden a marcas culturales construidas históricamente y educadas mediante las instituciones y las empresas de comunicación mediática que construyen y reproducen estereotipos que responden al “cómo debería ser”. Cuando esas asociaciones como MUJER=MADRE se ponen en discusión, las posiciones subjetivas parecieran entrar en una trama caótica, difícil de identificar, de educar, de explicar.
En el programa Jóvenes y Memoria, los ejes de abordaje de este imaginario social son de los más variados, pero todos tienen un punto en común: la cercanía de lo cotidiano. Los chicos ven en la escuela, en sus casas, en la calle que el género es un tema que pone en jaque ciertos sentidos comunes, que estalla lo normado y que esta resistencia es respondida muchas veces con violencia: porque se supone que hay unos sujetos que pueden ser lastimados, vapuleados, vulnerados en nombre de otros que se presumen superiores o simplemente “normales”.
Violencia de género
Dentro de estos sujetos tildados de “vulnerables” se encuentran las mujeres. Se cree que la mujer “está hecha” para ser objeto de violencias. Se cree y se ejecuta.
Según un estudio publicado en marzo del corriente por el Observatorio de Femicidios en la Argentina que lleva adelante La Casa del Encuentro, cada 30 horas ocurre un femicidio. En 2013, se registraron en total 295 femicidios, que dejaron 405 chicos y chicas sin sus madres como víctimas colaterales del ejercicio de la violencia. De las mujeres asesinadas, 19 eran adolescentes que tenían entre 13 y 18 años.
La violencia de género es uno de los temas que más abordan los jóvenes que participan del programa de la CPM. Generalmente se representan situaciones domésticas pero con un anclaje en la responsabilidad social en la reproducción de estructuras y modelos.
Un recurso que los jóvenes han sabido identificar es el baile y la música al momento de tener que representar escenas de violencia. Asimismo, los mensajes compartidos de este tipo de producciones es que la transformación social es posible siempre en forma colectiva.
De eso se trata el corto ficcional realizado por la escuela EES N°391 de Lavallol, partido de Lomas de Zamora, que cuenta la historia de una joven que se encuentra atravesando una relación violenta con su pareja. Con la ayuda de sus amigas logra dimensionar el problema y acude a la Comisaría de la mujer y la familia. Gracias a un acompañamiento logra construir una familia con una pareja que comparte las actividades de la casa, que entiende que la mujer no es un apoyo para el hombre sino que las responsabilidades como los placeres deben ser compartidos.
El punto central de este tipo de producciones es que el mensaje no quede en la mera lucha individual: unas mujeres son capaces de “zafar” y otras no. Por ello, los estudiantes identifican roles de género socialmente establecidos que son los que permiten que las prácticas machistas y patriarcales se reproduzcan. Establecer puentes entre las historias personales y la perspectiva de género estructural son desafíos que los jóvenes se plantean, aunque a veces sean difíciles de resolver.
Trans
TRANSparencia es un documental presentado por el colegio ICADE de Pergamino en el marco del programa, que recupera las voces de l*s vecin*s trans de Pergamino. L*s protagonistas cuentan su historia, sus dificultades y alegrías, intentando desarmar la configuración de la identidad que no sigue un patrón social hegemónico. Algun*s se identifican como mujeres, otr*s prefieren definirse como trangenéric*s, como algo distinto a lo masculino o a lo femenino.
Uno de los ejes que problematizan l*s jóvenes en su video es ¿Qué desafíos se presentan al momento de elegir una identidad distinta? Para ello, consultan a otros vecinos de su localidad sobre la posibilidad de brindarles trabajo, de no discriminarl*s, de considerarl*s pares.
“El video cuanta la historia de las chicas trans que pudieron insertarse en la sociedad y tener su documento, pero ellas mismas dicen que un montón de sus compañeras no pasan por la misma realidad”, comentó Irupé Cruz de 17 años, una de las productoras del documental.
[pullquote]un video sobre las chicas trans de Pergamino se pregunta ¿Qué desafíos se presentan al momento de elegir una identidad distinta?[/pullquote]
“Es importante que esto se difunda porque salvo la gente que está muy interesada en el tema o trabaja con eso, la gran mayoría de personas desconoce los derechos de las trans y las ve como que sólo pueden trabajar en la prostitución o que ni siquiera son personas”, señaló Irupe al respecto.
Una nota publicada recientemente por la agencia de noticias ANDAR da cuenta de los malos tratos y torturas que son sometid*s l*s trans y señala que -según un estudio publicado por la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual-: “todas las encuestadas manifestaron tener dificultades para acceder a la vivienda, el sistema de salud o la educación, y más del 90% denunció que sufría sistemáticamente algún tipo de violencia. Más del 85% de las entrevistadas había sufrido abuso policial, y el 90 % había pasado por una detención ilegal. El 79% de ellas recurría a la prostitución como medio de vida (datos más recientes, publicados por el INADI, hablan del 95%.)”.
Estos datos marcan la relevancia que debe tener la cuestión de género y diversidad sexual, porque si bien es necesario comprenden que las historias de vida se ven enmarcadas en lógicas estructurales, también es fundamental no perder de vista que todas estas lógicas se materializan en vidas de dolor y sufrimiento.
La Trata
En el encuentro final de Jóvenes y Memoria en Chapadmalal, el taller de cine Diego Rodriguez de Ringuelet propuso una nueva mirada para abordar la trata de personas. “Ni unx más” es un corto ficcional que pretende no caer en el morbo tan actual en nuestras producciones audiovisuales que circulan en los medios masivos de comunicación y redes sociales. Para ello, su principal objetivo es destacar la búsqueda de las madres y las familias de las jóvenes que son secuestradas en una red de trata, a fin de comprender el compromiso social que la desarticulación de estas redes representan.
Con la intención de que los que vean el video puedan reflexionar sobre eso “porque son todos jóvenes” y los jóvenes “les pasa estas cosas”, Lola Mareco, una de las actrices y guionistas del corto contó que “acá en la ciudad se la llevan chicas a través del facebook, a través del twitter y es importante porque yo tuve experiencia así que me ofrecieron un trabajo en el que me dijeron que ‘iba a ganar muchas plata y me daba el cuerpo’ y es algo que pasa”.
Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, durante el 2014 (hasta el mes de octubre) se recibieron 2.918 denuncias y sólo en el mes de octubre hubo 193 víctimas rescatadas de la red de trata por explotación sexual o laboral. Desde la sanción de la Ley en 2008 hasta el 31 de octubre de 2014, se rescataron un total de 7.576 víctimas.
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