LESA HUMANIDAD: JUICIO MONTE PELONI II Hinojo, otro escenario de la dictadura
El caso que refiere a la represión que sufrieron los trabajadores de la Fábrica de Bolsas Industriales (FABI) de Hinojo (Olavarría) durante 1976 comenzó su etapa testimonial. Durante la audiencia brindaron sus testimonios familiares de Humberto Gubinelli, delegado gremial de FABI durante la dictadura.
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(Leandro Lora / Agencia Comunica y Radio Universidad-UNICEN) A fines de noviembre de 2017 el Tribunal Oral Penal de Mar del Plata resolvió incorporar dentro del juicio Monte Peloni II al caso FABI. El mismo refiere a la detención de los trabajadores de la Fábrica Argentina de Bolsas Industriales de Hinojo durante mayo de 1976. Esas detenciones habrían operado como parte de la estrategia de la empresa para evitar la sindicalización de sus trabajadores y desnuda así la connivencia entre el poder empresarial y la última dictadura cívico-militar en Olavarría. El caso involucra a ocho víctimas y a nueve imputados. Durante la audiencia del 3 de mayo se dio inicio a la etapa testimonial de este caso, donde se sucedieron tres relatos de familiares de Humberto Gubinelli. Todos recordaron los hechos que terminaron con la detención y tortura de quien fuera elegido delegado gremial de los trabajadores de FABI en 1976.
Al mediodía comenzó la jornada prevista para el día jueves. El tribunal contó con la presidencia del Dr. Víctor Bianco y sólo estuvieron presentes el Dr. Juan Manuel Portella en representación del Ministerio Público Fiscal y cinco abogados defensores. Como hace mucho no se veía, esta vez hubo un público nutrido que se hizo presente en la sala de audiencias del TOF de Mar del Plata acompañando los testimonios brindados.
“Lamentablemente los compañeros eligieron a mi marido como delegado”
El primer testimonio fue el de Margarita Ernestina Torres, viuda de Humberto Gubinelli. Con sus 83 años, y acompañada de parte de su familia, Margarita relató cómo fue la detención de su marido y el de sus compañeros de trabajo el 7 de mayo de 1976 en Hinojo. Ante las preguntas del fiscal, contó cuál era el clima que se vivía en la FABI durante aquella época; la explotación laboral que se denunciaba; y la intención de organizar un sindicato que defendiera a los trabajadores. Fue el abogado laboralista Carlos Alberto Moreno quien acompañó a los trabajadores de FABI en el armado del sindicato. Y fueron los trabajadores quienes eligieron a Humberto como delegado gremial. “Lamentablemente los compañeros eligieron a mi marido como delegado”, señaló. A partir de allí, el relato se vio interrumpido en varias oportunidades por la emoción de los recuerdos, atravesados por la vejaciones sufridas por Gubinelli y la incertidumbre de una familia que aún estaba impactada por la detención de los trabajadores de la fábrica.
Margarita recordó a varios de los compañeros de su marido, y también a Zuljevic, directivo de la FABI que intentaba evitar la sindicalización y las protestas, observado como el autor intelectual de la detención de los trabajadores. Torres finalizó su testimonio recordando que cinco días después de la detención de su marido lo liberaron y pudo volver a trabajar en la fábrica. Pero su detención fue una tortura y ya no era la misma persona. “Desde que lo vi después de ser liberado, ya no era el mismo… Se derrumbó. Trabajó dos años y unos meses y le agarró una depresión y presentó la renuncia”, agregó. Mientras, a sus compañeros jamás los dejaron volver a ingresar a la fábrica.
“De mi casa se fue un Humberto Gubinelli y volvió otro”
El segundo testimonio fue el de Graciela Esther Gubinelli, hija de Humberto. Su testimonio fue breve pero permitió agregar detalles de la tortura sufrida por su padre y ratificar las fechas, nombres y lugares en lo que se produjeron los hechos. También contó que su hermana menor era la ahijada de la esposa de Pedro Cura, contador de Hinojo que pudo intervenir ante el comisario de Olavarría y confirmar que iban a liberarlo luego de averiguar que no tenía antecedentes penales. “De mi casa se fue un Humberto Gubinelli y volvió otro” relató. Dijo que este hecho les cambió profundamente la vida y que su padre estuvo afectado psicológicamente y hasta psiquiátricamente, lo que lo obligó a renunciar.
“Lo vi con mis propios ojos: había un par de Unimogs con militares y armas largas”
Esa fue una de las frases que pronunció Mario Alejandro Gubinelli, hijo de Humberto Gubinelli y cuyo testimonio fue el último de la jornada. Tenía 16 años en ese entonces y relató que pudo ver, al momento de la detención de su padre, vehículos militares, policiales y civiles. Contó que pudo ver a su padre en el auto en que se lo llevaban detenido y que hoy identificaba como un Torino blanco. El testimonio de Mario Alejandro Gubinelli aportó aún más detalles y recordó una frase que su padre le contó pasado un tiempo de los hechos: “Lo peor que puede hacer un ser humano es pegarle a alguien atado”, señaló.
Acerca de las torturas sufridas, Humberto Gubinelli había hablado poco con su familia. Pero entre todos pudieron ir armando los momentos de horror. Tal vez como memoria, tal vez como detalle, pero finalmente como información útil para un proceso judicial que avanza a paso lento pero que hoy extiende su mano más allá de la ciudad y se interna en el pequeño pueblo de Hinojo del 76. Otro lugar que no escapó de la violencia del Estado asociada a la violencia empresarial. Otro lugar que fue testigo del ataque a los trabajadores porque Hinojo, como tantos otros, también fue otro escenario de la dictadura cívico-militar.