LA COMISARÍA 1° DE PRESIDENCIA ROQUE SÁENZ PEÑA Por un nuevo sitio de memoria en el interior de Chaco
En la localidad de Presidencia Roque Sáenz Peña, en el interior de la provincia de Chaco, se trabaja para la creación de una casa de la memoria en el lugar donde funcionó la ex Comisaría 1°, uno de los lugares de esa localidad donde se vivió el poder represivo de la última dictadura.
ANDAR en Chaco
(Agencia Andar) Marcos Fleytas integra la Multisectorial por la Memoria de Sáenz Peña –conformada por la agrupación Rodolfo Walsh, Cámpora Sáenz Peña, Todos somos patria- y es uno de los que trabaja en este proyecto junto con familiares de desaparecidos y sobrevivientes de la dictadura. Afirma que darle vida a esa casa de la memoria es “poder encontrar un lugar donde explicarle a la ciudadanía chaqueña, a los docentes, a los alumnos que pasan por ahí, qué significó la militancia de los compañeros que hoy no están, qué ideas defendían, cuáles eran sus formas de militancia política, qué era lo que hacían que determinó que fueran asesinados, y lo que significó la dictadura militar en términos socioeconómicos, básicamente para toda la Argentina, porque en definitiva las fuerzas de seguridad fueron una herramienta para inaugurar un modelo económico social y político a fuerza del terrorismo de Estado”.
En marzo de 2020 el gobernador de esa provincia, Jorge Capitanich, a instancias de la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros del Chaco, firmó el decreto 441 que declara patrimonio histórico y cultural provincial a la ex Comisaría 1. La normativa afirma que “era el lugar de paso por el que transitaban detenidos, para tomarles datos, donde se improvisaron oficinas como salas de detención, donde llegó a haber varios detenidos colgados simultáneamente, a los que sistemáticamente se le propinaba golpizas. La detención allí podía durar alrededor de tres días y luego eran trasladados a la alcaidía donde los tormentos eran aún peores”.
La subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Chaco, Nayla Bosch, destacó el sentido estratégico del lugar, ubicado en el medio de Sáenz Peña, al mismo tiempo que resaltó la importancia que tiene a nivel provincial, por ser el primer sitio que se ubica fuera de Resistencia. “Se trata de construir memoria en Sáenz Peña, poder dar cuenta de los y las desaparecidas del lugar, de sus luchas particulares y de todos los lugares cercanos”.
En el predio donde se encuentra la ex Comisaría también funcionaba la Alcaidía y la Brigada de Investigaciones. “Toda esa manzana básicamente funcionó como parte del aparato represor en la dictadura. Acá en Sáenz Peña es lo que nosotros llamamos la manzana policial”, explica Marcos Fleytas.
“Las personas detenidas pasaban básicamente por la Alcaidía, por la ex Comisaría 1° o la Brigada de Investigaciones, entonces la incidencia que tuvo fue tremenda”, remarca Fleytas, quien indica además que permanecían detenidos allí, y a veces eran derivados a otros lugares. También era el lugar al que se hacía ir a firmar a aquellas personas que habían sido detenidas y luego seguían con libertad vigilada, como ocurrió con su mamá Haydeé Zalazar. Su padre, Luis Fleytas, se encuentra desaparecido: fue secuestrado en la segunda etapa de la contraofensiva montonera, en 1980. Ambos se habían conocido militando en la Juventud Peronista.
Según pudo ir reconstruyendo Marcos, su madre estuvo detenida durante 8 meses aproximadamente. Pasó por diferentes lugares, entre ellos la Comisaría 1° de Sáenz Peña, la Alcaidía y la Brigada de investigaciones de Resistencia. Una vez liberada tuvo que seguir yendo a firmar a la comisaría. “Mi mamá seguro, y muchos que estuvieron detenidos y después fueron liberados tenían que ir y firmar todos los meses. Durante ese tiempo inclusive seguía siendo hostigada por los militares, por los policías. Una de las poquitas cosas que ella me había podido contar es que a partir de eso tuvo que dejar de estudiar enfermería. Ella estaba estudiando para conseguir un trabajo digno, era muy jovencita, siguió siendo hostigada por la policía, posterior a su liberación”.
Marcos también sabe que su mamá estuvo en una especie de campo en las afueras de Sáenz Peña, dato que pudo reconstruir gracias al testimonio de otro compañero con quien compartió cautiverio; y en un cuarto lugar que ella no pudo identificar. La importancia de tener la ex Comisaría como sitio de memoria es que servirá para ir nutriendo esa historia, para ir armando ese relato de la militancia de su madre, como la de muchos otros.
Asimismo, con la creación del nuevo sitio quedará determinar, a partir de la investigación y reconstrucción de los hechos y de los testimonios, cuántas personas estuvieron detenidas allí. Aunque se sabe que por el lugar pasaron muchas personas del sector rural, como militantes de las Ligas Agrarias. “Fue el mayor movimiento organizado campesino de la Argentina y Sáenz Peña es un poco donde más resplandeció, a partir de los sucesivos cabildos abiertos que tuvieron las Ligas Agrarias para convocar a los pequeños y grandes productores del lugar, que también tenían relación con organizaciones de otras provincias como Misiones, a través del Movimientos Agrario Misionero, Corrientes, Formosa. Acá en Sáenz Peña tuvo un auge muy importante”, cuenta Marcos.
De esta forma se impulsa el primer sitio de memoria de Sáenz Peña y el segundo de la provincia de Chaco –el primero se constituyó en 2005, en donde funcionaba la Brigada de Investigaciones de la policía en Resistencia.
Monte adentro
A partir del golpe de 1976 los militares empezaron a perseguir a todo tipo de organización política y las Ligas Agrarias no quedaron afuera de esa persecución. El movimiento tenía un desarrollo muy importante en todo el Chaco. Fue en Sáenz Peña donde se llevó a cabo el Primer Cabildo Abierto de las organizaciones campesinas que daría lugar a la formación de las Ligas Agrarias en noviembre de 1970. Sus principales objetivos eran además de la distribución de la tierra, la exigencia de medidas reivindicatorias con respecto al precio y la comercialización del «oro blanco», teniendo en cuenta que Chaco se dedicaba en esa época al monocultivo del algodón. La convocatoria de lo que fue el Primer Cabildo se hizo a través de afiches con la imagen de un campesino y la expresión “¡grita lo que sientes!”. Se reunieron en esa oportunidad 4 mil campesinos. La dictadura se ensañaría fuertemente en desarticular este movimiento.
Luis Fleytas, el padre de Marcos, fue secretario general de la Juventud Peronista de la localidad de Sáenz Peña y también colaboró en la conformación de la Fatre, que luego se convirtió en Uatre (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores), junto con Walter Medina y Aureliano Villar. Con el paso a la clandestinidad, se vio obligado a escapar al monte, donde se encontró con compañeras y compañeros de las Ligas Agrarias. “Cuando a él le avisan que estaba cercada la casa por militares y policías, toma armas y se va al monte, se encuentra con compañeros de Ligas Agrarias con quienes tenía vinculación acá en el pueblo, se reúnen en un lugar, en un paraje donde se esconden y siguen militando con la organización de los pequeños productores, en la medida que se podía, pero básicamente estaban escondidos y tratando de salvarse. Casi dos años estuvieron escondidos en el monte”.
Parte de esa historia se cuenta en el libro de Jorge Miceli Monte Madre. Heroica historia de compromiso y dignidad. Allí se nota el rol central que tuvo la Comisaría 1ra de Sáenz Peña como lugar desde el cual salían los operativos a cazar a militantes como el padre de Marcos y tantos otros. Aparece la historia de Remo e Irmina, una pareja que escapó junto con Luis y otro compañero, Hugo Bacouver, abogado asesor de las Ligas Agrarias. Irmina llegó a dar a luz en el medio del monte y lograron sobrevivir. También aparece el relato que cuenta las torturas que sufrió Walter Medina en la propia comisaría.
Finalmente Luis logra salir del país en el año 78, y cuando intenta volver, en el marco de la segunda contraofensiva de Montoneros, es secuestrado. “Fui reconstruyendo la historia con el tiempo”, dice Marcos. “Cuando intentaba volver por Mendoza, en el mes de septiembre del año 80, ahí es marcado, en teoría lo trasladan a Campo de Mayo, y probablemente pasó por la ESMA y seguramente terminó, como toda esa tanda de compañeros de la contraofensiva, en los vuelos de la muerte”.
A 41 años de ese episodio Marcos trabaja por poner en marcha un espacio que permita dar cuenta de esos hechos. “La expectativa es grande, todos los compañeros estamos muy ansiosos por poder empezar a producir cosas y sobre todo poder contar nuestra versión de la historia. Sigue muy fuerte la teoría de los dos demonios, nuestro Sáenz Peña es una ciudad grande, pero muy conservadora, y esto va a permitir que compañeros expliquen de otra forma la historia. Por lo pronto, que de acá para adelante, las generaciones tengan otra campana para escuchar”, afirma Marcos.
De manzana policial a lugar de memoria
Este lunes 15 de marzo profesionales del Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIATT) comenzaron a trabajar en el rastrillaje para verificar que no se encuentren restos fósiles humanos en el predio de lo que será el primer sitio de memoria de la localidad de Sáenz Peña. Las tareas de rastrillaje se emprenden a partir de la pronta construcción de un barrio Procrear que se encuentra en marcha en el predio de la ex Comisaría. El mismo proyecto prevé la construcción de un espacio común para vecinas y vecinos, que contemplará el abordaje de la memoria en su arquitectura.
La subsecretaria de Derechos Humanos Nyla Bosch explica que “se trata de un predio que supo ser la manzana policial de la dictadura, la idea es ahora retomar ese concepto y poder justamente ir construyendo desde otro lugar lo que es la manzana de la memoria, vinculando estos dos lugares, lo que supo ser la ex Alcaidía, con lo que supo ser la ex Comisaría 1ra”.
De este modo, la ex Comisaría 1ra será el espacio edilicio del sitio de memoria, mientras que una parte del predio será destinada a la edificación de viviendas en el marco del Procrear. Se trata de una articulación multiagencial entre la Subsecretaría de Derechos Humanos -que es parte de la Secretaría de Derechos Humanos y Género de la Provincia- , la Dirección Nacional de Sitios, y el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación. “La idea es no solo que esté vinculado con un contrafrente de la ex comisaría sino que también estén conectados los dos sectores, y además se haga un parque de la memoria”, explica Bosch.
El equipo del LIGIATT ya había realizado una excavación en 2014 y ahora emprenden un segundo rastreo. “La clave está en que comiencen su trabajo junto con el inicio de la obra, de hecho ya estuvieron contactándose entre ellos y van dialogando todos los pasos que dan con el equipo de antropología y arqueología”.
Bosch afirma que a nivel histórico el lugar es de gran importancia porque “Sáenz Peña nucleó todo lo que era las Ligas Agrarias y el sector campesino que estaba discutiendo no solo la cuestión política más general, sino puntualmente el modelo productivo”. Por ese motivo, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos se busca empezar a visibilizar esta historia. “En el Chaco tenemos gran cantidad y muy buenas instituciones de Derechos Humanos con muchísima militancia, pero varias veces la que más se visibiliza es la de Resistencia y ahí es clave el rol no solo de la organización política y la articulación estatal y con la universidad -que allí es muy importante- sino también el uso del espacio. El espacio ordena prácticas, nos ayuda a construir memoria, así que creemos que es fundamental”.
Por ese motivo Bosch resalta la necesidad de generar nuevos lugares de memoria: “En el Chaco hemos tenido un proceso importante de memoria, verdad y justicia que pasó a través de los juicios y quizás nos faltó un poco profundizar la cuestión de los espacios. Tenemos solo uno que es la Casa por la Memoria, en Resistencia, y creemos justamente que es importante salir de allí, o mejor dicho visibilizar todo lo que sucede en otros lugares”. Asimismo, destaca la importancia que la comunidad educativa puede tener en este proyecto. “Una piensa en Sáenz Peña y piensa en la UNCAUS (Universidad Nacional del Chaco Austral), donde se puede vincular a los estudiantes y la comunidad académica, la investigación, los proyectos de extensión, con las necesidades de quienes habiten el espacio en la ex comisaría”.