TRABAJO INFORMAL Y POLÍTICAS PÚBLICAS Generando exclusión de los más pobres
La comunidad bahiense se movilizó contra un decreto del ejecutivo local que prohíbe la circulación de los vehículos de tracción a sangre que utilizan los trabajadores informales. También denunciaron persecución policial y de la guardia urbana a los cartoneros.
ANDAR en Bahía Blanca
(Hernán Herbalejo) El Departamento Ejecutivo Bahiense, mediante un decreto determinó, de forma unilateral la prohibición de los trabajadores informales en el micro y macro centro de la ciudad, mediante la utilización de tracción a sangre.
El descontento a la medida autoritaria, movilizaron unas 300 personas frente al palacio municipal, en apoyo a los cartoneros y cartoneras, a quienes se sumaron distintas ONG´S y militantes de expresiones políticas de la ciudad, para exigir la reivindicaciones de los trabajadores de la economía popular.
La movilización, también fue acompañada por la Federación de Cartoneros y el Movimiento de Trabajadores Excluidos, quienes solicitaron “que se les permita a los cartoneros seguir trabajando hasta que se regularice la situación laboral. En el mismo sentido denunciamos las presiones de la Policía Bonaerense y la guardia Urbana, quienes persiguen desde hace varios días a Cartoneros y Recicladores. Hay una persecución a los sectores más desposeídos de la ciudad”.
[pullquote]También denunciaron presiones y persecución de la Policía Bonaerense y la guardia Urbana[/pullquote]
Luego de recorrer varias calles del centro bahiense, el sector movilizado se acercó al Concejo Deliberante, para denunciar las presiones de funcionarios, que los extorsionaron “con retirarles subsidios de asistencia, y los amenazan con que les van a quitar el caballo”, dijo Jano Toledo. En otro pasaje de la alocución, Toledo señalo “No vengo a pedir plata sino que me dejen seguir laburando. Si no puedo trabajar no puedo darles de comer a mis hijos, es así de simple”.
La exigencia de los trabajadores y trabajadoras se centra no sólo en la oposición a esta prohibición, sino también en el pedido de ejecución de un sistema logístico para los recicladores, que no implique la tracción a sangre, que garantice la regularización de sus derechos laborales, las condiciones de higiene, y que aporte a la construcción integral del sistema de recuperación de los residuos sólidos urbanos.
El descontento fue expresado por cartoneros de los barrios Villa Caracol, Bajo Rondeau, Los Sauces, 5 de Abril, Maldonado, Villa Talleres, Villa Harding Green, Spurr, Vista Alegre, Villa Serra, El Saladero e Ingeniero White entre otros.
En definitiva, parece que el germen conservador y expulsivo, se ha instalado en las huestes del poder ejecutivo local, y desde allí aplicar las recalcitrantes medidas de excluir a los sectores más pobres de la ciudad. Ellos fueron condenados socialmente por un sistema económico y la desprotección del Estado; producto de estas medidas insolidarias, ellos hoy sólo pueden desempeñarse en el sistema laboral informal.
Estamos hablando de negarles, a quienes menos tienen, la posibilidad de autogenerarse un ingreso monetario, y de esta forma poder llevar dignamente un plato de comida para sus familias.
En la ciudad resuenan dos interrogantes, ¿Al municipio les molestan los pobres? o ¿Se viene el negocio del reciclado para empresas amigas del poder?
Texto del Decreto 2086/14, que señala: “ …. a partir de las 0 horas del día 1 de agosto solo será permitida la actividad de recolectores informales, mediante tracción a sangre equina, fuera del sector delimitado por las calles Chile – Sixto Laspiur; Charlone – Perú; Corrientes – 12 de octubre; Montevideo – Parchappe”. Léase fuero del micro y macro centro de la ciudad.