AUDIENCIA 47 DEL JUICIO POZO DE BANFIELD, POZO DE QUILMES Y EL INFIERNO DE AVELLANEDA Garachico y Brigadas: juicios que se entraman
Esta audiencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata tiene carácter de conjunta, ya que responde a los debates promovidos desde dos conformaciones distintas: la de los jueces a cargo del Juicio Garachico y de aquellos del Juicio a las Brigadas. Por lo tanto, se halla presente en la Sala el Dr. Basílico y virtualmente participan Rodríguez Eggers y Venditti. Asimismo, la audiencia se desarrolla en forma semipresencial. Los testigos de la fecha y algunas querellas están presentes en La Plata y el resto a través de sus pantallas.
ANDAR en la justicia
(Diario del juicio) «Tres de mis hermanos fueron detenidos, desaparecidos, secuestrados y asesinados».
La declaración testimonial se centra en primer lugar en Víctor López Muntaner, ya que el Equipo de acompañamiento a las víctimas informa de la no participación de Miguel, otro de los hermanos. La Dra. Bogliano indica al Tribunal que se estima que en su reemplazo declarará más adelante Emilio López Muntaner.
Ante la pregunta en torno a si algún familiar había sido víctima de la dictadura, Víctor afirma que tres de sus hermanos fueron detenidos desaparecidos. Dos de ellos Luis César y Francisco, secuestrados en sus viviendas y otro, fusilado en su casa.
El 16 de septiembre de 1976, se produce el allanamiento de la vivienda donde vivía con su hermano Francisco, “Pancho”, y de la de sus padres, lindera, en La Plata. De noche, un grupo de entre diez y trece hombres armados, algunos vestidos de fajina con uniforme azul, otros de civil y uno solo con la cara descubierta, ingresan a su casa con su mamá. Ya habían roto la puerta de la casa de sus padres y sacado a sus dos hermanos de la cama. “Tiene que tener más hijos” fue la orden para obligarla a ir amenazada a la vivienda contigua.
Al ingresar, le preguntaron a Víctor su nombre e inquirieron por Pancho. Lo bajan de su cama cucheta e inician un violento interrogatorio en busca de volantes y armas. Un rifle y una pistola de aire comprimido que les indican que están en un cajón, les resulta una cargada. Todo es revuelto en la casa. Lo hacen vestir a Francisco. “Abrigate porque donde vas va a hacer mucho frío”, le dicen y lo esposan. Pancho tenía 16 años.
Ante las preguntas de su mamá sobre su destino: “¿y si él no sabe lo que ustedes quieren saber?”, le respondieron: “¡que se atenga a las consecuencias!”. Se llevan a Francisco y fue la última vez que Víctor y su mamá lo vieron.
A partir de ese momento la madre de Francisco inicia la incansable búsqueda, muchas veces junto a la mamá de María Claudia Falcone, juntas formaron parte con el tiempo de las Madres de Plaza de Mayo.
Lo que Víctor supo después fue a partir de las declaraciones de Pablo Díaz, sobreviviente de la “Noche de los lápices” quien les informó del paso por Arana y el Pozo de Banfield. También otros secuestrados en este último centro de detención, tortura y exterminio habían compartido un tiempo con los jóvenes estudiantes y les acercaron sus vivencias.
Tiempo después, la Policía entrega a los familiares de los jóvenes de la “Noche de los lápices”, una ficha con la actividad de cada uno, el nivel de responsabilidad y el castigo. Allí aparecía que el nivel de peligrosidad era mínimo y el lugar sobre el castigo estaba en blanco.
La querella pregunta a Víctor sobre las consecuencias de las desapariciones en su familia. “Las consecuencias del sistema represivo no solo afectó a los familiares sino a todos”, enfatiza. Desde 1976, sufrieron el distanciamiento de parte de la familia y de sus vecinos, de quienes eran clientes del negocio paterno, de los amigos del barrio que ya no querían acercarse. Todos estaban atravesados por el fuerte temor sobre lo que les pasaría si estaban próximos a ellos.
En la escuela secundaria, Víctor aceptaba con culpabilidad las sanciones, los maltratos. Con el tiempo, pudo reconocer que también eso era parte de un sistema de intimidación y persecución. Lo mismo le sucedió en el servicio militar, donde lo hostigaban por ser familiar de detenidos desaparecidos.
Son muchas las marcas que Víctor registra de esos tiempos en su vida, huellas que aún se mantienen en sus trayectos urbanos, cambiando siempre los recorridos, estando alerta, entre tantos otros pequeños gestos inconscientes que están arraigados en su cotidianeidad. “Son secuelas en la memoria que no pude modificar”, expresa.
La familia López Muntaner, con larga militancia peronista, fue arrasada por el terrorismo de Estado en nuestro país. Aún lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
A continuación pasa a declarar Walter Docters, quien ya testimoniará en el Juicio a las Brigadas. Por ello, el juez Basilíco establece un cuarto intermedio hasta las 9 del día siguiente, en que se presentarán como testigos los hermanos Juan Manuel y Luis Borzi.